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La posición de Quirós es la quién se ve superado por una realidad que ni siquiera intenta cambiar…

 

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Los expertos replican a Salud que sí se puede controlar el consumo juvenil de alcohol

Críticas al consejero Ramón Quirós, quien considera «ineficaz» el aumento de la edad de acceso desde los 16 a los 18 años en Asturias

Oviedo, Eduardo GARCÍA, en La Nueva España

El consejero de Salud, Ramón Quirós, aseguró anteayer en su comparecencia en la Junta General del Principado que subir a los 18 años la edad para el consumo de alcohol sería una medida «ineficaz» por incontrolable. Asturias es la única comunidad española que tiene establecido ese límite de consumo y acceso a las bebidas alcohólicas en los 16 años.

Al calor de las manifestaciones del consejero, algunos de los expertos que comparecieron igualmente en la Junta para dar su opinión sobre el plan regional de drogas 2010-2016, aseguraron ayer a este periódico que «la dificultad para hacer cumplir la norma no exime de las obligaciones de la salud pública» en palabras del psiquiatra Julio Bobes.

Para el profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo, José Ramón Fernández Hermida «subir la edad de acceso a las bebidas alcohólicas y después no hacer nada es, ciertamente, una medida inútil, pero si la alternativa es ni siquiera cambiar la norma, pues tampoco hacemos nada».

Cambiar la edad mínima de consumo de 16 a 18 para adecuarla al resto del país no es tan sencillo, porque requiere cambiar la ley. La Administración asturiana parece desbordada por la realidad. No sólo hay consumo alcohólico generalizado entre adolescentes de 16 años, sino entre un porcentaje no pequeño de población entre 12 y 13 años. Ramón Quirós aportó otro dato que mete miedo: hay en Asturias 15.000 establecimientos donde hay evidencias de que se vende alcohol a menores. ¿Cómo controlarlos?

Fernández Hermida pide que se mire qué hacen los demás. «La experiencia ajena nos demuestra que allí donde se ponen medidas drásticas de acceso al alcohol, hay resultados». Hermida entiende la presión social de un sector que ya viene rebotado con la ley antitabaco «pero que nadie hable de costes catastróficos y de hecatombes. El sector del ocio tiende a adaptarse con más facilidad de la que creemos».

Un informe de la Unión Europea (UE), del Observatorio Europeo sobre Drogas, analiza accesos y consumos alcohólicos de jóvenes y demuestra que cuanto más avanzada es la sociedad, más restricciones de edad y más restrictiva es la norma.

Hay cuatro países que marcan los 20 años como edad mínima para el consumo de bebidas alcohólicas (licores) o para su compra: Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia. La inmensa mayoría tienen estipulada la edad de los 18 años. Y hay otros con el menor nivel de restricciones (o simplemente sin ellas), como Albania, Armenia, Bosnia, Italia o Serbia. Que cada cual extraiga sus conclusiones.

El psiquiatra Julio Bobes prefiere no entrar en asuntos de índole política, que no es lo suyo. Pero desde un punto de vista científico lo tiene claro: «Hay órganos de nuestro cuerpo que están plenamente desarrollados a los 14 años, pero el que más tarda en lograr ese desarrollo pleno es el sistema nervioso» hasta aproximadamente los 21 años. Bobes afirma con rotundidad que «con el alcohol estamos podando las neuronas de nuestros jóvenes, y ahí están los rendimientos escolares de muchos a causa precisamente del alcohol». Para el miembro de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría «las dificultades para que se cumpla la ley están ahí, pero no por eso vamos a dejar de legislar».

Se empieza a beber a los 12 años, asegura el consejero Quirós. «Es cierto», dice Fernández Hermida. Y la prohibición de beber por debajo de los 16 años no se cumple en Asturias, y en fines de semana menos. «También es verdad» reconoce Hermida. «Pero no podemos quedarnos con los brazos cruzados. El uso de alcohol por parte de los jóvenes es además cada vez más peligroso: intenso y buscando efectos inmediatos». La borrachera exprés.

El psicólogo apunta a la creación de espacios libres de alcohol: en este local no puede haber alcohol si se deja entrar a jóvenes. Y si se pilla a un adolescente dentro consumiendo alcohol, «se criminaliza al local, no al joven».

En España no existe una ley de protección de la juventud frente al alcohol y otras sustancias, una iniciativa legislativa que tienen algunos de los países de nuestro entorno europeo. Hubo en los últimos años al menos dos iniciativas que se quedaron en eso, quizá por presiones de una industria y un sector poderosos. Uno de ellos llegó por iniciativa del que fuera delegado nacional del Plan de Drogas en alguno de los gobiernos de José María Aznar, Gonzalo Robles. Ahí quedó la cosa, en el baúl de las buenas intenciones... y a la espera de mejores tiempos.

¿Qué daño va a hacerle al chaval un culín de sidra?

Más de la mitad de los jóvenes asturianos entre los 14 y los 17 años aseguran haber consumido alcohol dentro del último mes, y un tercio de esos jóvenes confiesa ser bebedor habitual todos los fines de semana. El primer contacto con el alcohol lo suelen tener los niños asturianos entre los 12 y los 13 años (casi un año antes que la media nacional), en muchas ocasiones dentro del ámbito familiar y con el beneplácito de su familia. ¿Qué daño le va a hacer un «culín» de sidra? Peligrosa pregunta.

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