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Y a la tercera ya fue inauguración

     
La ministra de Sanidad, Leire Pajín, asiste a la presentación del edificio técnico del Instituto Nacional de Silicosis, anejo al nuevo HUCA y aún desnudo de equipamiento

PABLO ÁLVAREZ
A la tercera fue la vencida. A la primera puesta de largo del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) -correspondiente al área ambulatoria- se la denominó «recepción» (del edificio). A la segunda -la del bautizado como atrio- «presentación». Y el acto de ayer fue elevado a la categoría de «inauguración». Al menos así consta tanto en la placa que descubrieron el presidente del Principado y la ministra de Sanidad en la zona de acceso a la futura sede técnica del Instituto Nacional de Silicosis como en el encabezamiento de los siete folios del discurso de Vicente Álvarez Areces.

Un edificio -el de Silicosis- ubicado junto al HUCA y parte integrante del complejo sanitario. Un recinto cuya desnudez de mobiliario y equipamientos -como la del resto del nuevo hospital- fue disimulada con unos grandes paneles de fotografías que muestran trabajadores y aparataje. Unas instalaciones que, en principio, no entrarán en servicio antes de mediados de 2012, según las actuales previsiones del Gobierno asturiano. ¿Qué término se empleará cuando tal cosa suceda? El próximo Ejecutivo regional tendrá que decidirlo.

El presidente Areces lleva varios meses haciendo balance de sus doce años al frente del Gobierno del Principado. Muchos de sus oyentes se saben el discurso casi de memoria; pero basta con que uno de los presentes no conozca la historia para que el jefe del Ejecutivo se sienta irreprimiblemente impelido a repetirla, y no precisamente con brevedad. Ayer el nuevo oyente era ministro, ministra, para más señas.

Y Leire Pajín, titular de Sanidad, Política Social e Igualdad, pudo escuchar en vivo y en directo cómo se gestó el nuevo HUCA. Un recinto que la próxima semana vivirá su cuarta ¿recepción, presentación, inauguración...?, centrada en la zona de docencia, tal vez la más deslumbrante desde el punto de vista arquitectónico. También la semana que viene el complejo sanitario acogerá la presentación de un libro de José García, ex consejero de Sanidad y de Asuntos Sociales, sobre la historia del Hospital General de Asturias -que acaba de cumplir 50 años de andadura integrado en el HUCA actual- y su influjo en la implantación del hospital moderno en España.

Areces afronta sus meses finales de gestión con el entusiasmo intacto. «El nuevo Hospital Universitario Central de Asturias es uno de los proyectos más ambiciosos y singulares desarrollados en la democracia en nuestra comunidad», proclamó el Presidente, quien subrayó una vez más que «empezamos en solitario» y «tiramos adelante» pese a que «otros» -en alusión al Partido Popular- se oponían al proyecto.

En el estrado, a su derecha, le escuchaba una sonriente Leire Pajín. Más de uno concluyó que la Ministra es de esas personas que gana en la cercanía, de las que te toca el brazo mientras te habla para expresar que hace algo más que cubrir un acto oficial. Derrochó simpatía, saludó con sonrisas y besos a las decenas de personas que Areces le iba presentando, entró a todas las bromas y comentarios amables que suscitaba el Presidente, frotó la espalda del consejero de Economía, Jaime Rabanal, en gesto de complicidad... Incluso mantuvo el tipo con notable entereza cuando un estudiante de Medicina se le plantó delante del estrado y desplegó un cartel que llevaba impreso el lema «¿Dónde está nuestra facultad?», una pregunta que equivale a un nuevo reproche por el incumplimiento del compromiso inicial de llevar a La Cadellada las facultades y escuelas de contenido biosanitario.

Subrayó Pajín su satisfacción por estar en Asturias, «una tierra a la que quiero y que me gusta mucho», y desveló que «parte de mi familia procede de una de las zonas mineras de León», circunstancia que aumenta su sensibilidad con un equipamiento como el Instituto Nacional de Silicosis.

La presencia de Pajín en el acto de ayer estaba más que justificada. El Gobierno central aportó 72 millones de euros para la construcción del HUCA en los terrenos de La Cadellada, y justificó esa decisión -criticada por otros gobiernos autonómicos, que se quejaban de no haber recibido el mismo trato- apelando a que el Instituto de Silicosis es un centro de referencia para toda España en el ámbito de las enfermedades respiratorias de origen laboral y medioambiental.

Areces hizo hincapié en esta ayuda, que se oficializó en septiembre de 2005 con una visita al Principado del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. «Se superaron así anteriores obstrucciones y presiones para que la sanidad pública de Asturias funcionase sobre la rehabilitación de unas instalaciones con 50 años de historia», señaló el jefe del Ejecutivo asturiano. A medida que avanzaba en su discurso, Areces se enardecía: «Va a ser un referente mundial», aseveró en alusión al nuevo equipamiento.

Leire Pajín secundó a Areces al señalar que el Instituto de Silicosis «va a ser un referente a nivel nacional, incluyendo la formación en Ciencias de la Salud». Asimismo, se manifestó «tremendamente orgullosa de que el trabajo de este centro vaya más allá de nuestras fronteras y llegue a otros países, como Perú».

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