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«Queremos sanidad, no coches blindados para los políticos»

«Queremos sanidad, no coches blindados para los políticos»
15.05.11 - 02:18 -
Julián González Sarasúa (Bilbao, 1946) llegó a trabajar al HUCA hace 31 años y hace menos de un mes que se jubiló. Como los de Bilbao son de donde les apetece, el ya exjefe del Servicio de Cirugía Plástica del HUCA se declara «gijonés de pura cepa», porque en Gijón es donde vive y disfruta de la vida: «Te das un paseo por Deva y te quedas nuevo. Vivir en Asturias es un privilegio del que, a veces, no somos conscientes». Y, como dice lo que quiere decir, defiende que «hay un divorcio claro entre la sanidad y la política».
-Los que están menos encantados que usted son los hospitales concertados de Gijón: Jove y Cruz Roja.
-Es necesario que Cabueñes asuma los pacientes que debe asumir y ellos, los que les corresponden. Y para eso se necesitan fondos.
-¿Y qué pasa con los retrasos de la unidad de hemodinámica del Hospital de Cabueñes?
-Todo lo que sea mejorar la atención a los pacientes es fundamental. A los ciudadanos no nos preguntan cuáles son nuestras prioridades. Y pasan por tener buena sanidad. No porque el político se compre un coche blindado.
-No lo veo jubilándose del todo.
-Ese es otro privilegio. No es que tuviese ganas, porque el trabajo siempre me ha gustado muchísimo. Para mí trabajar no ha sido ninguna calamidad. La diferencia entre trabajo y profesión es que en un trabajo te remuneran y ya está y en la profesión llegas a casa y sigues con ella. Y yo me considero un profesional.
-Se retira por la puerta grande, con una investigación en la que ha logrado curar úlceras a los pacientes parapléjicos incluidos en un ensayo clínico con células madre de médula ósea. A lo grande.
-A lo grande ha sido la emoción con la que me ha despedido la gente del hospital. Esto otro no es más que la continuación de un trabajo inicial que yo no he hecho: que ha hecho el doctor Otero, Chus Otero. Un hombre muy competente. Va a ser una pena que se jubile, porque es un fuera de serie. Yo solo he colaborado con él.
-¿En qué consiste exactamente su descubrimiento?
-Hemos puesto a punto una técnica pionera en el cierre de las úlceras de presión de los parapléjicos. Las escaras. El tratamiento clásico de las úlceras en los parapléjicos es muy agresivo. Esto, en cambio, es una cirugía menor que funciona muy bien. Es muy sencilla y es un éxito. Les tenemos boca abajo 21 días, pero yo estoy convencido de que se sellan en dos semanas. Estoy convencido de que tiene muchísimo futuro.
-¿Su proyecto se parece al que desarrolla Vizoso en Jove?
-Son similares, pero en terrenos diferentes. Él trabaja con células uterinas y las nuestras son de médula ósea. Y también es diferente el componente de la financiación: Otero se mueve con becas y Vizoso necesita financiación privada. Aunque todo se superpone. En Medicina se trabaja a base de pequeños escalones. Vas cogiendo los últimos avances.
-¿Qué hay de su especialidad? ¿Cómo ha evolucionado?
-La demanda que tiene la cirugía plástica era totalmente insospechada hace veinte años.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo, la cirugía bariátrica. ¿Quién iba a pensar que íbamos a hacer las secuelas de la cirugía de la obesidad, como arreglar los faldones de piel y quitar la grasa? Nadie. Pues lo tenemos ahí. O todas las secuelas de la cirugía oncológica. Hoy hacemos toda la reconstrucción de mama, que no es que no se hiciese antes, pero no se hacía tanto. El aumento de la demanda ha sido espectacular.
-¿Se ha frivolizado la cirugía?
-Lo que se ha frivolizado es la cirugía estética, no la cirugía plástica. Y no es frívola en absoluto.
-¿Qué me dice de las niñas de 16 años que piden un aumento de pecho como regalo de cumpleaños?
-Eso sí que se ha banalizado. Se han banalizado los riesgos quirúrgicos porque la información que se ha dado ha sido totalmente tergiversada. Y se piensa que meterse en un quirófano es una tontería. O no se piensa en cómo va a ser la evolución de unas prótesis mamarias dentro de treinta años en una chica.
-Poco antes de irse, recuperó la Asociación Profesional de Facultativos, crítica con la Administración.
-Sí. Por principio, yo soy crítico con la Administración. Creo que la sanidad es algo absolutamente necesario para el individuo y que se trasladan mal los beneficios que tiene la sanidad tal y como la conocemos. Y, sin embargo, el político la utiliza en su propio beneficio. 
-¿Cómo se come eso?
-A la gente no se le dice que la sanidad cuesta un dineral. Todo el mundo piensa: «Yo tengo derecho a». Pero a la gente no se le dice: «Sus derechos se mantienen gracias a todos los individuos. Y hay muchísima gente que paga diez veces más que usted para que usted tenga un determinado tratamiento». Es decir: si yo soy consciente de esta solidaridad con el vecino, probablemente asuma que el gasto sanitario debe estar mejor controlado. Lo que pasa es que el político no se moja y no le dice al paciente: «Le vamos a operar de lo que es estrictamente necesario para su salud. De lo superfluo, no queremos saber nada». Si comprendemos que la sanidad es una prueba de solidaridad, el copago no será necesario.
-Quirós se ha hartado de decir que hay que controlar el gasto y parece que lo ha conseguido.
-Quirós es un hombre que desconoce la vida del hospital. Punto. Es así. Yo no sé quién es Quirós. Ni él sabe quién soy yo. Yo no sé lo que hacía ni él lo que hacía yo. Pero yo sí sé lo que hacen todos mis compañeros, que son 800. Y, si sumamos todos los hospitales, somos miles. Pero yo no sé la experiencia previa de Quirós de la profesión. No sé si se relacionaba con 10 o con 12. Yo me relacioné con miles.
«Mi Medicina es barata»
-¿Es un problema de humildad?
-Es un problema de que, cuando a un médico lo ascienden a cargo directivo, automáticamente le cambia el chip. Ya empezó la legislatura con aquello de que teníamos que ir cagados a trabajar. Y yo esas cosas no las olvido. Y no las olvido porque eso supone que ese hombre, de mí, tiene un mal concepto. Ya está. Es un político. Pero eso no le da competencia. Sencillamente, no tiene las mismas aspiraciones que yo. Yo soy un profesional y quiero que tú tengas salud. Y además considero que la Medicina que yo hago es barata. Y que, además, es de primera. Y como la mía, la de la gran mayoría de mis compañeros.
-Defiende la excelencia.
-Es que la excelencia profesional, el conocimiento combinado con una buena aplicación técnica, es absolutamente necesaria. Tienes que ser competente porque, si el paciente tropieza con un incompetente, su enfermedad se convierte en una tragedia. Y, si yo voy detrás de la excelencia, me da igual el dinero que cueste. Es mi obligación.
-¿Tendremos que acostumbrarnos a los recortes?
-El consejero de Sanidad madrileño, Güemes, puso a parir a los médicos. Es otro Quirós. Y luego salió a decir que la Administración debería retirarse de la sanidad. Estos hombres, cuando abandonan la sanidad, entran en la incongruencia. Yo no he visto que los políticos, cuando terminan su ciclo, hagan algo que merezca la pena. El que hace algo que merece la pena es el que está trabajando duro en el hospital, que es el que va cagado a trabajar. Yo, como ciudadano, no admitiría los recortes. Pero la mayoría de los políticos son incompetentes para su cargo.
-Ya no verá el traslado al nuevo HUCA. ¿Cómo irá?
-Va a ser un lío porque es un cambio total. Tanto de la filosofía de trabajo como tecnológico. Es un hospital para menores de 50 años. Los que tengan más, lo van a pasar mal. En un hospital, si hacemos las historias mirando al ordenador y no al paciente, adiós al trato humano.

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