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Un hospital que inauguró Severo Ochoa

Un hospital que inauguró Severo Ochoa

 

 

 

 

 

 

El complejo de Cangas del Narcea, que lleva el nombre del científico valdesano y su mujer, cuida de la salud de los vecinos más alejados del centro de Asturias y cohesiona la comarca

  
 
Un hospital que inauguró Severo Ochoa  
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Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

El hospital comarcal Carmen y Severo Ochoa, de Cangas del Narcea, cumple 25 años. Este emblemático centro hospitalario da servicio a la población de Ibias, Degaña, Allande, Tineo y Cangas del Narcea, es decir, a todo el Suroccidente asturiano, donde residen unos de los vecinos más alejados del centro de Asturias. Y es su gran elemento de cohesión y de mantenimiento de calidad de vida. Estos, aunque cada vez son menos, aspiran a continuar con un servicio tan básico como la salud tan bien cubierto como hasta ahora. En 25 años han cambiado muchas cosas en la comarca, pero hay una que es unánimemente considerada como la piedra angular de la vida del Suroccidente: el hospital.

El centro sanitario lleva el nombre del premio Nobel asturiano Severo Ochoa y el de su mujer, Carmen. Ochoa estuvo presente el 27 de junio de 1986 en Cangas del Narcea para asistir al acto de inauguración del hospital. Junto a él se encontraban, entre otros, el entonces ministro de Sanidad, Ernesto Lluch, al que se llevó, años después, la sinrazón asesina de ETA; Pedro de Silva, presidente del Principado de Asturias; el también científico Santiago Grisolía; y José Manuel Cuervo, alcalde de Cangas, cuyo empecinamiento en que la comarca tuviera un hospital siempre le ha sido reconocido.

En aquel entonces, el Carmen y Severo Ochoa era un edificio capacitado para ser un gran hospital, pero no disponía aún de todo el personal necesario para ello. Poco a poco, eso se fue consiguiendo.

Las cifras explican bien a las claras lo que ha representado el hospital para la comarca. En 1987 trabajaban en todo el área sanitaria 276 personas y hoy son 428. En aquel primer año completo de funcionamiento se atendieron 20.787 consultas, frente a las 42.836 de 2009, el último año con los datos contabilizados. Las urgencias se han multiplicado por tres, desde 5.000 hasta casi 15.000. Los ingresos y las instancias no han crecido en la misma proporción, pero porque la medicina también ha cambiado mucho en este cuarto de siglo y ahora se procura que la gente esté el menor tiempo posible lejos de sus hogares. Lo único que ha disminuido en todos estos años han sido los partos, de 379 a 142, y esa reducción es achacable a los cambios sociales y a la tendencia demográfica general en Asturias.

Esa evolución tiene su reflejo en el balance económico, en lo que ha aumentado el presupuesto del Carmen y Severo Ochoa: en 1987 el área sanitaria requería 7.193.479 euros (1.196.894.200 pesetas), mientras que en 2009 la cifra se multiplicó por siete, hasta llegar a los 44.909.097 euros.

El crecimiento del hospital y la atención cada vez más especializada y directa a una población menguante es algo que explican las cifras. Pero son los profesionales que llevan 25 años trabajando en Cangas del Narcea los que pueden exponer lo que ha representado este centro para la sociedad y para la calidad de vida del Suroccidente.

Cristina Salomé Estrada Solís es la novena gerente del Carmen y Severo Ochoa. Lleva 21 años trabajando en él. «Esto ha cambiado mucho, sobre todo en las comunicaciones y en el movimiento de la población. Pero el resto es lo mismo que entonces porque los valores y argumentos que sirvieron para construir el hospital son igual de válidos hoy. El hospital ha de mirar al futuro y afrontar los retos, los cambios que haya que hacer, pero teniendo en cuenta que la población de aquí tiene el mismo derecho que cualquiera a una sanidad pública de calidad. Las necesidades de los pacientes tienen que tratarse desde aquí, y quiero subrayar el desde aquí, porque hay unos criterios de accesibilidad y de equidad que han de cumplirse en sanidad». La gerente, cuya permanencia en este puesto depende de la próxima dirección política del Principado, también cree que «en los próximos 25 años el hospital estará aquí, y lo hará adaptándose a las necesidades de cada época, como hasta ahora».

Rodolfo Abella, jefe de servicio de Traumatología, sí que ha estado en Cangas desde el primer día. Explica que «se consiguió que este hospital tuviese una cirugía potente, lo que atrajo a los profesionales a pesar de las comunicaciones. Se mejoró mucho y se creció, y la población estuvo a punto de perderlo porque el plan director quería acabar con todo esto, ya que quitaba la cirugía de nivel. Por fortuna, parece un tema aparcado». Abella destaca que «este hospital salvó vidas, literalmente, de los que se quedaban por el camino para ir a Oviedo. No hay que contar sólo el tiempo de Cangas a Oviedo por carretera, sino desde Ibias, por ejemplo. Muchos accidentados, por ejemplo en minería, hubiesen muerto de no estar el hospital», añade.

El personal de Administración también rememora aquellos años: «trabajábamos con máquinas de escribir, con Olivettis, y anotábamos a mano cada salida de material. Anda que no hemos mejorado...». El hospital de Cangas, la mayor «empresa» de la zona, es considerado, sin excepción, el mayor acierto comarcal de los últimos 25 años.

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