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«Del cáncer de mama sí se sale»

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El Comercio.27-06-2011- A. VILLACORTA | GIJÓN.

Foto: El grupo de cabeza de la Carrera de la Mujer no rebasa la marca de 25 minutos. :: LUIS SEVILLA

«Los hombres van aprendiendo a lidiar con la enfermedad, pero echamos en falta a más aquí», afirma Moriyón

La Carrera de la Mujer bate un nuevo récord solidario con más de 4.500 participantes

 Con bebés o sin bebés. Con pareja o sin pareja. Con mascota o sin ella. Embarazadas, solas, con familia o con amigas, agobiadas por el sol que caía a plomo o casi sin despeinarse, más de 4.500 participantes cruzaron ayer la meta de la VII edición de la Carrera de la Mujer, una cita deportiva -pero, sobre todo, solidaria- que agotó todos los dorsales disponibles y que, año tras año, pulveriza los récords de participación anteriores.

La «mareona rosa» -o, en versión de una de las participantes, «qué cantidad de muyerío»- tiene una misión y para esa no sirve más que el «todas a una» que quedó de manifiesto en Las Mestas: apoyar a las mujeres que lo sufren en su lucha contra el cáncer de mama.

Lo decía Susana Fernández, una gijonesa de ocho años que estaba «muy contenta» porque había rebajado en dos minutos y medio el tiempo que había conseguido la pasada edición, y lo volvía a decir Manuela Pitiot, de 81 y que se disculpaba por haber corrido «solo unos pocos tramos» de los cinco kilómetros de recorrido, con llegada y salida en el recinto deportivo: «Yo perdí a mi hermana cuando solo tenía 60 años. Este es un día muy importante para las mujeres. Tenemos que estar unidas frente a la enfermedad», decía, emocionada, pero sin perder la sonrisa.

También emocionada, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, encargada de dar el pistoletazo de salida a la prueba, se acordaba de su colega la cirujana María del Pilar Espina, fallecida en 2008, muy comprometida con su trabajo en la Unidad de Mama del Hospital de Cabueñes y muy querida entre el equipo médico del centro sanitario gijonés.

Pero esa no fue la única ausencia que lamentó la alcaldesa, que conocía bien a algunas de las corredoras, pero que echó «en falta a más hombres». Y eso, después de ver cómo, «en los últimos años, cada vez más, los padres, los hermanos, las parejas, los hijos se han ido sensibilizando e integrando en toda esa cadena que empieza cuando a ellas les dan el diagnóstico, cómo van acoplándose y saben cada vez más».

Su evolución, apuntó, «ha sido muy grande»: «Vemos cómo han ido aprendiendo a convivir con la enfermedad, con el proceso en cada fase. Cómo ya no se agobian tanto, sino que saben acompañar y estar».

Fueron contados, pero haberlos los hubo. Como Nacho Aranda, que participó con su mujer, María González, y con su hija Cristina, de 17 meses. «Y me alegro muchísimo, porque, gracias a carreras como esta, se ha ido normalizando la enfermedad, algo que quisieran muchos compañeros que tratan otras patologías. Que estuvieran más normalizadas y que la sociedad la conociese. Porque, cuando conoces una cosa, ayudas mucho mejor. Y porque, al final, esta es la realidad del cáncer de mama. Que hay muchísimas mujeres que están ahí, operadas, fantásticas y bien», dijo Moriyón. Hablaba la oncóloga, no la alcaldesa.

Una de ellas es Pilar Cruz, una madrileña de 42 años que superó un cáncer de mama hace dos años y ahora quiere apoyar a las mujeres que pasan por la misma situación que le tocó vivir a ella.

No consiguió la marca de la atleta de Quintes Maica Rodríguez, que se proclamó ganadora en la categoría general absoluta con un tiempo de 17 minutos y 50 segundos, ni la de la televisiva Anne Igartiburu, madrina de la cita, que, con el dorsal número 1, se quedó en unos nada deshonrosos 26 minutos y 50 segundos.

Porque el reto de Pilar es otro: buscar 22.000 mensajes de apoyo, uno por cada una de las 22.000 mujeres diagnosticadas cáncer de mama al año. Cuando lo consiga, a final de las carreras que se celebran por toda España, Buckler 0,0, uno de los patrocinadores , donará 22.000 euros destinados al apoyo psicológico de las mujeres diagnosticadas de esta patología y de sus familias, que se sumarán a los 50.000 que dona la organización. Mientras tanto, el mensaje de Pilar es claro: «Del cáncer de mama sí se sale. Con apoyo y optimismo, se sale».

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