Blogia
El Blog que te da toda la información para que tu decidas ...

Estudiar una carrera será más caro

Por la izquierda, Juan Vázquez, Zulima Fernández, Gregorio Peces-Barba y Manuel Villa Cellino.

 

Los responsables universitarios creen que los alumnos «desconocen» el precio real de los grados y ven positivo cobrar más a los repetidores y endurecer la permanencia

 

C. JIMÉNEZ / P. GALLEGO

 

A quince días para la apertura oficial del curso y a la espera de que las diferentes administraciones públicas resuelvan la concesión de sus becas para el año lectivo 2011-2012, las familias de muchos universitarios españoles se rascan el bolsillo para afrontar el pago de las tasas para cursar una carrera universitaria. En algunas regiones -incluida Asturias, dependiendo de los estudios elegidos- el coste anual para las familias supera ya los mil euros. E irá a más. Ante los anunciados recortes de los fondos públicos que reciben los centros de Educación Superior, los representantes universitarios reunidos en Ribadesella consideran que, siempre que haya becas suficientes, los precios públicos tendrán que subir. Estudiar una carrera universitaria será más caro.

 

Según explica la directora de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (ANECA), la asturiana Zulima Fernández, hay dos maneras de fijar el precio que cada estudiante paga anualmente por su carrera: una tasa por crédito -como se hace en el Principado- o calcular los costes que debe asumir el alumno por su formación, que, según ella, están «en torno al 30 por ciento». «Subirlo hasta el 35 por ciento tendría sentido», apunta Manuel Villa Cellino, ex rector de la Universidad Antonio de Nebrija. La conversación, durante el encuentro de responsables universitarios organizado cada año por LA NUEVA ESPAÑA en Ribadesella, la interrumpe Gregorio Peces-Barba -ex presidente del Congreso y ex rector de la Carlos III- para repetir, casi como un mantra, que eso sólo podrá hacerse «si hay becas suficientes».

 

El anterior rector de la Universidad de Oviedo, Juan Vázquez, propuso a sus compañeros dar a los alumnos una especie de «factura sombra» como, según él, se hace en algunos centros del sector sanitario para que los usuarios, aunque no lo paguen, sepan cuánto le cuesta a las arcas públicas el servicio que los ciudadanos reciben. «Tendría que ser obligatorio en todos los servicios subvencionados, algo educativo», añade Villa Cellino. La directora de la ANECA apoya esta posibilidad porque «mucha gente se cree que lo público no lo paga nadie». De nuevo en el ámbito universitario, la responsable de la Agencia de la Acreditación reflexiona por qué «a nadie le importa pagar la matrícula de una autoescuela y después piden que la Universidad sea gratis total».

 

¿Pero cuánto cuesta cursar una carrera universitaria? Depende de los estudios que se hayan elegido -Medicina es mucho más cara que Filosofía, por ejemplo- y del precio público impuesto cada año por el Ministerio de Educación. Para el curso que empieza ya ha aumentado un 3,6 por ciento respecto al año anterior, porcentaje que las comunidades pueden elevar hasta cuatro puntos más, en el caso de las universidades públicas. Tradicionalmente el Gobierno asturiano siempre ha optado por la subida máxima, a pesar de su pérdida de alumnos universitarios.

 

¿Y qué pasa con las privadas? Según Villa Cellino, ex rector de la Antonio de Nebrija, sus costes son «muy parecidos» a los de la pública, «pero el sistema es más eficiente porque acaban antes la carrera». En parte, explica, porque los alumnos están más tutorizados, más dirigidos, «y se echa primero al que no aprueba», explica. «Las normas de permanencia son mucho más estrictas en los centros privados, y eso tendría que hacerse en todas las universidades», afirma. Por ejemplo, a través de la aplicación de la medida más polémica del proyecto de reforma de la financiación universitaria congelado por el Ministerio: que los repetidores paguen más por sus asignaturas. «Si el estudiante que tiene que repetir pagase el cien por ciento del coste de su asignatura sería un estímulo estupendo», aventura.

 

Para los próximos años los cuatro reconocen que el escenario universitario va a estar dominado por las restricciones económicas. Una realidad que, antes o después, afectará a los alumnos.

0 comentarios