Asturias necesita generar 90.000activos en quince años para asegurar las pensiones

El futuro del mercado laboral
El INE prevé una población activa de 412.000 personas en 2026, cuando los expertos no ven sostenibles las jubilaciones con menos de medio millón
Lne.es » Asturias Oviedo, Marcos PALICIO
La Asturias envejecida de población menguante tampoco encuentra consuelo en el futuro. El Instituto Nacional de Estadística (INE) vaticinó esta semana que el débil armazón demográfico y económico del Principado continuará adelgazando, con un descenso apreciable de la tasa de actividad y la población activa hasta unos niveles que configurarían, a juicio de los expertos, una región insostenible y una realidad incompatible con el mantenimiento del Estado de bienestar. Según las proyecciones estadísticas de la tasa de actividad, que tratan de predecir el comportamiento del mercado laboral a quince años vista, Asturias seguirá siendo en 2026 lo mismo que ahora, la comunidad autónoma española con un promedio más bajo de personas en edad y disposición de trabajar. De cumplirse esas predicciones, el porcentaje de asturianos mayores de 16 años que tienen o buscan empleo pasaría del 51,73 por ciento actual al 46,65 en 2026, casi diez puntos por debajo de la media nacional. Si sólo se considera la población entre 16 y 64 años, la cifra descendería más levemente, del 68,12 al 67,64 por ciento, pero avanzaría igualmente en contra de la tendencia global del país, que quedaría por encima del 75 por ciento. El Principado tiene en las dos magnitudes, la actual y la prevista, la cifra más baja de España y, por si fuera poco, el pronóstico sobre la población activa restará en el mismo período 70.000 personas, pasando de las 482.500 actuales a 412.600 en 2026.

La rotundidad de las cifras se entiende mejor cuando Joaquín Lorences, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad de Oviedo, sostiene que «para asegurar el sistema de pensiones o el Estado del bienestar necesitaríamos una población activa en torno a las 500.000 personas. No podemos aceptar que sean sólo 412.000 los que estén dispuestos a trabajar en 2026». La diferencia roza los 90.000 activos.

Para Lorences, sin embargo, la metodología de análisis del INE induce algunas precisiones que atenúan la probabilidad de que se cumpla el pronóstico. El cálculo, asegura, está confeccionado atendiendo a variables demográficas, no económicas. «Supone que la economía no va a mejorar y que el envejecimiento de la población es el único factor que influye en la variación de la tasa de actividad, algo que resulta difícil de aceptar cuando la estadística se hace en un entorno de crisis profunda». La proyección ignora, a su juicio, una variable esencial, «considera que las circunstancias económicas van a ser tan malas como ahora y eso es lo que no debemos desear los asturianos», concluye Lorences. Se diría que se limita a proyectar hacia el futuro el comportamiento más reciente de la tasa de actividad asturiana, nada agradable, con un «4,4 por ciento menos de activos desde el tercer trimestre de 2008, la mayoría jóvenes de 16 a 24 años». Lo único que puede invertir esa tendencia es un cambio de actividad económica», precisamente el factor que, al decir de Lorences, soslaya el INE. La predicción, dice, nace muy condicionada por «el comportamiento depresivo de la economía, pero no podemos imaginar que esa situación tan negativa se mantenga hasta 2026. Lo normal es que en tres o cuatro años y confiando que la situación en Europa se despeje, seamos capaces de conseguir que el empleo crezca y que así la tasa de actividad se recupere». Porque es el paro, señala Lorences, la clave de todos estos indicadores concatenados: «No hay mejor política contra el decrecimiento de la natalidad y el envejecimiento que crear empleos para que la gente se anime a buscarlo aquí, a configurar un plan de vida, a tener hijos».

A juicio de Florentino Felgueroso, profesor de Economía Aplicada, en esta persistencia de la tasa de actividad asturiana a la cola de las de España y en la caída del número de personas en edad y disposición de trabajar está formulado «el problema más grave que tenemos». «El número de activos cae más rápido incluso que la población», afirma, y la deriva negativa de las cifras resulta de un compendio de factores en el que figuran «el envejecimiento de la población, la emigración de titulados universitarios, la baja tasa de actividad de los mayores o el leve incremento de la femenina». La tasa de actividad de las mujeres asturianas entre 16 y 64 años será, en efecto, la que menos crezca de España de aquí al año 2026, según la proyección del INE.

Contra ese cóctel de circunstancias que ennegrecen el futuro, Felgueroso apunta una única medicina: «Hablar de ello y discutirlo y que el Gobierno lo debata, porque no se ha hecho todavía en ningún programa de las elecciones pasadas ni de las próximas».