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El Principado prepara el presupuesto más bajo desde 2007

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El Comercio. 11.12.11 -JOSÉ ÁNGEL GARCÍA | GIJÓN.

 Merkel y Asturias’, por Juan Neira

Los economistas apuntan a la subida de impuestos como la alternativa que tiene el Ejecutivo para evitar nuevos ajustes

El Gobierno trabaja en unas cuentas públicas que serán inferiores a los 4.100 millonesEl Gobierno asturiano trabaja en un proyecto presupuestario que será, con toda seguridad, inferior al aprobado hace casi un año en la Cámara con los votos de los partidos que entonces sustentaban al Ejecutivo de Vicente Álvarez-Areces: PSOE e IU. La necesidad de cumplir con los objetivos de déficit unida a la caída de los ingresos obliga a Francisco Álvarez-Cascos y a su Gabinete a tejer un anteproyecto con cuentas austeras en las que no hay apenas margen para lo que se denomina gasto improductivo. El próximo martes finaliza el plazo fijado para trasladar a la Consejería de Hacienda y Sector Público las cuentas de cada una de las áreas de la Administración. El consejero Ramón del Riego y su equipo serán el filtro por el que deben pasar las propuestas de gasto antes de incorporarlas al proyecto definitivo que el Consejo de Gobierno pretende aprobar antes de Navidad para, de ese modo, llevarlo a la Junta General en la última semana del año.

El propio Del Riego desveló que para 2012 se estudia un techo presupuestario inferior a los 4.100 millones de euros. Asegura que este es el escenario «más optimista», porque la cifra podría verse reducida en función de los ingresos, que pueden ser ligeramente superiores a los 4.300 millones, siempre según los cálculos que ha hecho el Principado. No obstante, nadie quiere aventurarse. «Las previsiones son demasiado estimativas», lamenta el titular de Hacienda al ser preguntada por esta cuestión. La falta de información facilitada por el Estado dificulta, en opinión del Ejecutivo, la elaboración de un proyecto que esté próximo a la realidad que vivirá Asturias durante el próximo ejercicio. Un año en el que se esperan más dificultades ante la complejidad de recuperar el empleo perdido en los últimos meses.

El Principado afrontaría por tanto 2012, si finalmente lo saca adelante en el Parlamento, con el presupuesto más bajo desde que se prorrogaran las cuentas públicas de 2007. Los socialistas no encontraron entonces los apoyos necesarios, meses después de que quedaran rotas las negociaciones con IU para formar gobierno.

Si uno echa la vista atrás, comprobará que las cuentas públicas de la región han experimentado un crecimiento paulatino año tras año. Una subida que, por cierto, se frenó el pasado ejercicio cuando Areces sacó adelante su único presupuesto a la baja en doce años y que suponía una reducción del 6,7% respecto al aprobado en el curso anterior. Un recorte escaso para las aspiraciones de los populares que, desde la oposición, reclamaban dejar el presupuesto en el entorno de los tres mil millones de euros. La presión de IU, durante el diálogo previo a la elaboración del anteproyecto, obligó a los socialistas a recomponer sus planteamientos iniciales. Jaime Rabanal, consejero de Economía y Hacienda del anterior Ejecutivo, llevó a la mesa de negociación un techo de gasto que oscilaba entre los 3.800 y los 3.900 millones. No se dio por aludida IU-Verdes. La coalición reclamó más partidas para garantizar políticas en el área de Bienestar Social que obligaron a todas las consejerías gestionadas por los socialistas a meter tijera para poder amoldar el gasto a los ingresos de los que se disponía. Consejerías como Cultura o Educación fueron las más perjudicadas por este ajuste, que obligó a paralizar más de una actuación.

Más fácil, a priori, resultó el acuerdo que desembocó en las cuentas de 2010. El presupuesto más alto de la historia de la región (4.428 millones de euros) fue posible gracias a un acuerdo entre las dos fuerzas de izquierdas. A pesar de la incertidumbre, de la que alertaba el propio Rabanal, el Ejecutivo optó por un presupuesto con una inversión de 1.283 millones de euros y que presentaba un déficit histórico hasta entonces: 633 millones. Esto suponía acudir al máximo de endeudamiento permitido por ley que era de 2,75% del PIB. El objetivo era, al mismo tiempo, lidiar con un descenso de los ingresos tributarios, que el ex consejero de Hacienda fijó por encima del 10%, y que los servicios públicos no se resintieran.

No fueron estos, sin embargo, los primeros presupuestos que se elaboraron bajo la alargada sombra de la crisis. El presupuesto de 2009 se presentó ante la Junta como el «instrumento» necesario para hacer frente a un año que calificaron de «muy duro». El montante de las cuentas ascendió a 4.394 millones de euros. Incluía una ostensible subida de la inversión (13%) y dedicaba más de un 65% al gasto social. La deuda del Principado, de la que tanto se lamenta ahora el Ejecutivo de Foro Asturias, comenzaba a adquirir proporciones importantes. A finales del ejercicio, el endeudamiento creció hasta cerca de los mil millones. El plan, expuesto por los responsables del Gobierno, era minimizar el impacto de la crisis y hacer frente a la caída de la actividad empresarial con medidas, por ejemplo, como la concesión de avales a pymes, que tenía un capítulo específico con 226 millones.

Única prórroga de Areces

Aquel acuerdo entre socialistas e IU devolvió las aguas a su cauce tras un año de paréntesis en el que el Ejecutivo se vio obligado a prorrogar en 2008 las cuentas aprobadas un año antes. El PSOE, que gobernaba en solitario al no alcanzar un acuerdo con IU tras las elecciones autonómicas de 2007, tenía mayoría en la Cámara pero no la suficiente. Su propuesta para llevar adelante un presupuesto de 4.179,8 millones de euros no contó con apoyos en el Parlamento y fue devuelta. Areces se vio obligado a encarar aquel año con el presupuesto prorrogado de 3.898,1 millones. Fue la cuarta prórroga presupuestaria de la historia del Principado, tras las vividas en 1993, bajo presidencia de Juan Luis Rodríguez-Vigil, y en 1996 y 1999, ambas en el mandato de Sergio Marqués. En los dos primeros casos un acuerdo posterior permitió aprobar las cuentas ya iniciado el ejercicio.

No obstante, antes de finalizar 2008, IU (que por entonces tenía como socios a Los Verdes y al Bloque por Asturies) y PSOE retomaron el diálogo y llegaron a un acuerdo antes de final de año. Esto permitió introducir ligeras modificaciones en las cuentas prorrogadas pero, sobre todo, encauzar el acuerdo para 2009 repitiendo así el esquema de la segunda legislatura de Areces.

A pesar de las tensiones entre los socios, los presupuestos durante el segundo mandato de Areces salieron adelante con la oposición frontal del PP. El mejor ejemplo se produjo en 2006. La economía resistía y el debate en la Junta tenía como protagonista a la política tributaria. Los populares, como otros años, proponían suprimir el impuesto de Sucesiones y Donaciones e introducir nuevas deducciones en el IRPF, además de reducir el sector público. Este planteamiento cayó en saco roto. Ni IU ni PSOE valoraron tocar los impuestos. El Gobierno cuadraba las cifras gracias a la mejora de los ingresos.

Si uno repasa la evolución de las cuentas públicas en Asturias percibirá que el crecimiento que han experimentado año tras año, hasta el pasado ejercicio, ha sido más o menos uniforme al contrario de lo que ocurrió en otras comunidades. La subida de los ingresos, que hasta 2008 permitió cuadrar las cuentas sin agobios, se vio frenada y con ello el pulso de las administraciones, que tuvieron que endeudarse para mantener tanto los servicios básicos como las inversiones al objeto de que no se resintiera la actividad económica. La crisis, sin embargo, dejó pocas vías de escape a los ejecutivos autonómicos que, pese a la resistencia inicial, no han tenido más remedio que elaborar presupuestos más restrictivos.

La siguiente pregunta es qué debe hacer un Gobierno como el de Asturias en el actual contexto. La prioridad, según los expertos consultados por este periódico, debe ser alcanzar un acuerdo presupuestario para evitar una prórroga que, para la mayoría, no traería buenas consecuencias para la región. A partir de ahí, nadie oculta que es necesario coger el toro por los cuernos y hablar de subir impuestos en lugar de bajarlos como planteaba Foro antes de las elecciones. A pesar de que el margen que tiene una región como el Principado es pequeño, existe la opinión de que es necesario.

«Es una dinámica peligrosa decir una cosa y hacer otra», advierte Roberto Fernández Llera, sobre el planteamiento expuesto por el Gobierno de hacer inicialmente una rebaja de impuestos. A juicio de este profesor de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo, Asturias debe subirlos y recuerda que puede hacerlo. La otra alternativa, apunta, sería un recorte del gasto, «y se está demostrando que eso no sirve pare reducir el déficit y provoca efectos indeseados en términos de empleo».

Miguel de la Fuente, decano del Colegio de Economistas de Asturias, pide que las cuentas respeten los tres pilares del estado de bienestar. A partir, reconoce que el Gobierno seguramente tendrá que recurrir a la vía impositiva. En este sentido, cree que el primer paso lo dará Rajoy que tocará el IVA. «Eso nos ayudaría porque es un tributo que genera una recaudación importante», asegura. El consumo, sostiene, no se resentiría tal y como ocurrió cuando tomó el mismo camino el Ejecutivo de Zapatero. «En fiscalidad -añade- estamos por debajo de los países de nuestro entorno, que ya han tomado decisiones de este tipo». Rajoy tendrá, en su opinión, que hacer ajustes y recortar aún más el gasto. «No hay mucho margen», comenta. Reclama celeridad al Ejecutivo de Cascos, «porque no nos podemos permitir quedarnos sin cuentas».

La prórroga, sin embargo, no resultaría un problema. Al menos, así lo cree David Rivas. Este catedrático de Economía recuerda que otros países también han aplazado sus presupuestos y no ha ocurrido nada. Considera, no obstante, que lo más preocupante es que el Gobierno asturiano esté «desorientado» y la oposición haga cosas «innecesarias». «Es un sumatorio terrible», resume Rivas, que lamenta que sea la gente más débil la que tenga que pagar los rigores de la actual coyuntura. Propone en cambio que haya una mayor presión fiscal. «Hay que subir los impuestos pero de manera equitativa; que pague más quien más tenga», subraya.

Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales, va un poco más allá en sus reflexiones. Si bien pide al Gobierno que acierte a la hora de gastar el dinero de las arcas públicas, considera que es igual de necesario que todos los sectores (particulares, empresarios...) pongan algo de su parte para salir adelante en la actual situación. «El presupuesto es el que es y tiene el impacto que tiene. Pero creo que todos tenemos que hacer una mejor gestión en el día a día», plantea. Recuerda que las administraciones tienen en la actualidad una «limitación de gasto». A su juicio, la solución de la crisis es «compartir la responsabilidad» entre todos.

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