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La huelga general logra un respaldo masivo en la comarca de Avilés

 

Paro masivo, ausencia de incidencias y ambiente tranquilo en las calles, como el de un domingo o un festivo, pero con mucha menos gente en las calles.

15.11.12 - 00:37 - JOSÉ MARÍA URBANO / FERNANDO DEL BUSTO jmurbano@lavozdeaviles.es fdelbusto@lavozdeaviles.es | AVILÉS.

 

Ese podría ser el resumen de la respuesta que obtuvo ayer la jornada de huelga general en Avilés y comarca, en donde el seguimiento del paro convocado por UGT, CCOO y USO superó el de anteriores convocatorias, al sumarse, en general, el bloque del sector servicios.

Las claves de un paro general en la comarca, dadas las experiencias anteriores, estuvieron ya a medianoche en sectores como el de la recogida de basura, que se quedó sin hacer, en el escaso movimiento de los transportes por carretera, con apenas incidentes en las cocheras de la Compañía del Tranvía Eléctrico de Avilés (CTEA), frente a lo que venía siendo habitual, y en las entradas del primer turno de las grandes industrias y polígonos industriales.

Al final, el control sobre esos 'puntos calientes' se saldó con tres contenedores quemados, uno a la entrada del Parque Empresarial Príncipe de Asturias (PEPA), otro ante las cocheras de la CTEA, en el polígono de la carretera de la Ría, y un tercero en la estación de autobuses. Lo demás no pasó de la anécdota, como por ejemplo la multa recibida por un miembro de un piquete informativo, que fue retenido por la Guardia Civil por cruzar la calzada del Polígono de Logrezana «fuera del paso de cebra».

Por lo demás, los piquetes habituales a las entradas de ArcelorMittal y del resto de multinacionales, con el resultado conocido de paro general en todas ellas, en donde se limitaron a cumplir los servicios mínimos. Fueron los casos de la siderúrgica ya mencionada, Alcoa, Fertiberia, Saint-Gobain Cristalería, Fertibería, polígonos industriales del PEPA, de Las Arobias, San Juan... Y una primera denuncia sindical: «el abusivo acuerdo de servicios mínimos» establecido en Asturiana de Zinc, que rondó el 80% para producción y mantenimiento, lo que se tradujo en un día casi normal en la compañía de San Juan de Nieva, en donde, como se sabe, los sindicatos mayoritarios siempre están por detrás del SITAZ, sindicato independiente que año tras año sigue marcando la pauta. Los primeros objetivos de la huelga general, los de paralizar la industria, fueron alcanzados con rapidez, y por primera vez sin apenas incidencias, al menos mucho más leves que las de anteriores experiencias.

Conseguidos estos, la mañana comenzó con escaso movimiento en toda la ciudad y en las principales poblaciones de Castrillón y Corvera. Poquísima gente en la calle, zonas de aparcamiento prácticamente vacías y alguna cafetería abierta que suponía la excepción, junto con dos despachos de pan, uno el de El Atrio y otro en El Quirinal, además de numerosas entidades bancarias, que optaron desde un principio de operar a media luz y con las persianas echadas. A última hora, se denunció el destrozo de dos cajeros automáticos de la calle de Las Artes. A las nueve de la mañana, una Plaza de España absolutamente vacía, con todas las terrazas recogidas y las puertas del Ayuntamiento semicerradas eran el mejor exponente de una huelga general que, en palabras de un importante comerciante de la ciudad, con cargo representativo en una entidad de servicios, y que por razones obvias prefirió mantener su anonimato, «por primera vez una huelga ha unido a los trabajadores y a los empresarios, al menos a los comerciantes, porque lo que está pasando y las medidas que se están adoptando nos están afectando a todos de una forma dramática».

A medida que se fue acercando la hora de apertura habitual de los comercios, diez de la mañana, la tranquilidad en las calles siguió siendo la nota predominante. Hubo algunas aperturas de comercios, pero fueron muy escasas. El centro comercial El Atrio abrió sus puertas, pero los comercios interiores permanecieron cerrados en su mayoría, aunque alguno optó por abrir a medida que fue avanzando la jornada. Las grandes superficies como El Corte Inglés volvieron a abrir, aunque, eso sí, con un despliegue importante de fuerzas de orden público y personal de seguridad, que se hicieron visibles en medio de un aparcamiento vacío. Lo mismo sucedió en Parque Astur, en Corvera, y en las medianas superficies, que fueron cerrando a medida que llegaron los piquetes -Alimerka, Dia, El Árbol, Mercadona-, aunque a lo largo de la jornada mantuvieron su actividad a un ritmo menor, algunos con persianas echadas o en otros casos con los responsables de las cajas fuera de la vista desde la calle.

Los piquetes, unos 500 pertenecientes solo a UGT y CCOO, recorrieron el centro de Avilés, interviniendo en las medianas superficies, en algún local de hostelería, y a última hora de la mañana en su intento de que no abrieran algunas terrazas.

En la función pública, paro del 80% en el Ayuntamiento de Avilés, del 98% en el de Corvera, el 75% en el de Castrillón y casi el 100% en el de Cudillero, mientras que el de Illas cerró directamente. En el transporte funcionaron los servicios mínimos, tanto el interior de la CTEA, con muy pocos usuarios, como el de los Alsas, fuertemente custodiados por la Policía, sobre todo algunos que salieron en dirección a Gijón.

Paro desigual en el Puerto, en donde se mantuvo alguna actividad en el comercial, con la entrada de un barco por la mañana y dos por la tarde, aunque no funcionó la estiba, y escasa en el pesquero, en donde paró la flota de cerco, así como los comercializadores minoristas y trabajaron los mayoristas.

En los Juzgados, jornada también desigual. La sensación fue de parálisis, porque hubo escasa actividad, pero en general el paro no tuvo demasiado eco entre los funcionarios, «cansados ya de conflictos», según señalaron.

A última hora de la mañana, la sensación de paro general fue la tónica dominante, destacando el ambiente de tranquilidad de las calles, como el de un día festivo, aunque con menos personas por las calles. Como en ocasiones anteriores, el buen tiempo invitó a algunos hosteleros a abrir sus terrazas, aunque en mucho menor número que en la última huelga general. Por la tarde, algunos comercios más abiertos, pero con la sensación de que el paro en esta ocasión fue masivo y tranquilo.

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