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Los ajustes generan inestabilidad en los servicios de urgencias de los hospitales

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Los médicos sostienen que el Sespa intenta, una vez más, uniformizar las condiciones laborales y salariales de las distintas unidades de la región

 01.02.2013 | 01:55 Lne. Oviedo / Gijón, P. ÁLVAREZ / A. RUBIERA

 

Los servicios de urgencias de los hospitales asturianos viven en las últimas semanas una situación de creciente zozobra. Los motivos del malestar son varios, pero predominan tres: los ajustes presupuestarios, que están plasmándose en recortes de las plantillas de médicos; el modo de aplicar la ampliación de la jornada laboral, y el temor a que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) intente -una vez más- uniformizar las condiciones laborales y salariales de todas las unidades de urgencias hospitalarias de la red pública. Desde hace años, es bien conocido que los distintos hospitales de la región tienen organizadas sus urgencias a base de pactos -en ocasiones simplemente verbales- con los gerentes de cada momento. Tales diferencias siempre han sido vistas con recelo desde los servicios centrales del Sespa, que ya en la última legislatura socialista trataron de unificar condiciones, intento que provocó una huelga en las citadas unidades. En el momento actual, desde algunos ambientes profesionales se sostiene que la Administración sanitaria vuelve a la carga, y que para ello está reclutando un grupo de trabajo cuyo objetivo consistiría en reorganizar las urgencias.

 El acuerdo de salida de la reciente huelga médica, firmado el pasado 11 de enero por la Consejería de Sanidad y el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), estipulaba que «los servicios de urgencia, hospitalarios o de atención primaria, mantendrán las condiciones de horarios y jornada vigentes en la actualidad, aplicándose un incremento en la jornada de dos horas y media semanales, en cómputo anual, sin perjuicio de su posible reorganización en el futuro». El documento añadía que, «en su defecto, la jornada laboral del personal facultativo será la prevista con carácter general en este decreto para el resto de facultativos».

 Hasta la fecha, el mayor síntoma de inestabilidad se ha registrado en las urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en el que una mayoría de los facultativos acaba de solicitar al Sespa un cambio drástico: dejar de trabajar a turnos y pasar a un régimen de jornada fija con guardias. Los médicos del hospital ovetense no están de acuerdo con la forma en que el Sespa pretende aplicarles el aumento de jornada. En concreto, rechazan que las dos horas y media adicionales les coincidan con fines de semana o festivos, cuando todos los demás médicos de la sanidad pública regional pueden cumplimentar estas horas cualquier día de la semana.

 Asimismo, los facultativos del HUCA consideran que el reciente recorte de plantilla, que afectó a tres médicos eventuales, les supondrá una excesiva sobrecarga de trabajo. La razón es que vienen desarrollando un sistema organizativo en virtud del cual ellos mismos se responsabilizan de cubrir las bajas de sus compañeros. Aducen que está aumentando el volumen de bajas que no se sustituyen, lo que aumenta la exigencia de autocobertura.

 En marzo de 2009, los médicos de urgencias de los hospitales de la región -unos 190 profesionales por entonces- desarrollaron una huelga de cinco días convocada por el SIMPA. Se trataba de una medida de protesta contra una reorganización de su trabajo que, según los facultativos, les acarreaban pérdidas que oscilaban entre 600 y 1.000 euros mensuales. La Administración siempre negó que estuviera trabajando en un proyecto de reforma, y llegó a hablar de una huelga «preventiva». En todo caso, las repercusiones de los paros para los pacientes fueron prácticamente nulas, por cuanto el Principado fijó unos servicios mínimos del cien por ciento. Finalmente, el presunto plan de reforma quedó en nada.

 En el Hospital gijonés de Cabueñes, ayer -último día de enero- causaron baja tres médicos eventuales del servicio de urgencias. La gerencia del centro sanitario ha asumido el compromiso de que estos facultativos serán recolocados, en la medida de lo posible, para cubrir bajas maternales y guardias. Los profesionales critican que este recorte de plantilla se aplique en pleno apogeo de la epidemia de gripe, y sostienen que supone un incumplimiento del citado acuerdo del pasado 11 de enero, que garantizaba la preservación de los empleos estructurales.

 En el Hospital Álvarez-Buylla de Mieres, el SIMPA amenazó la semana pasada con impulsar movilizaciones si la gerencia no rectificaba su intención de impulsar una modificación de las condiciones laborales que implicaría una merma retributiva de 800 o 900 euros mensuales. Según fuentes del SIMPA, en el hospital mierense se está negociando un acuerdo que puede cristalizar en un plazo breve.

Las claves

Los médicos de urgencias de los hospitales públicos asturianos (unos 190 profesionales) rechazan algunos aspectos de la aplicación del aumento de la jornada laboral.

 Consideran que el cese de facultativos eventuales les genera una sobrecarga de actividad excesiva y temen que el Sespa quiera uniformizar las condiciones de trabajo de todos los centros.

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