Blogia
El Blog que te da toda la información para que tu decidas ...

El deterioro económico empuja a casi 30.000 asturianos a llamar a la puerta de Cáritas

20130531061524-31.deterioro-economico.jpg

Los donativos particulares aumentan de forma espectacular y compensan los recortes de ayudas a la organización

Lne. 31.05.2013 | 05:20Oviedo, M. J. IGLESIAS

La pobreza que genera el aumento del paro se extiende como un reguero por Asturias y provoca un aluvión de solicitudes que desbordan a las organizaciones sociales. Cáritas, el brazo social de la Iglesia, confirmó ayer que ya atiende en Asturias a 28.000 personas en situación de necesidad, 4.000 más que hace un año. Entre los nuevos rostros de la miseria se encuentran 3.400 familias que han perdido el trabajo y carecen de ingresos para cubrir necesidades básicas.

Cáritas batió en 2012 el récord de personas atendidas en la región, según la memoria anual de 2012 presentada ayer en Oviedo por el director de la entidad, Adolfo Rivas; el delegado diocesano, Jesús Rodríguez de la Vega, y la secretaria general, Paloma Gallego.

Baja el número de inmigrantes y aumentan los españoles que agotan las posibilidades de ayuda oficial y llaman a las puertas de la ong de la Iglesia. Pero de forma paralela crece la solidaridad y aumentan de manera espectacular, según Rivas, los donativos de particulares, «la mayoría en pequeñas cantidades de cinco y diez euros, que compensan, e incluso superan, el recorte de ayudas públicas», señala.

La organización invirtió en 2012 más de siete millones de euros en paliar necesidades económicas y financiar programas de asistencia específicos por toda la región. Las subvenciones pasaron de 2,6 millones de euros en 2011 a 2,1 en 2012, hecho al que Rivas resta importancia, en un contexto de recortes. En cambio, los fondos propios pasaron de 4 millones en 2011 a 4,8 en 2012.

La lectura positiva del «grito desesperado» que supone, según Rodríguez de la Vega, la llegada masiva de solicitudes es el hecho de poder afrontar una demanda que aumenta. Y es que el número de personas acompañadas por Cáritas en Asturias se duplicó durante la crisis, desde 2007 al año pasado, y las personas bajo el umbral de pobreza representan ya el 15,8% de la población en Asturias.

El Salario Social Básico (SSB) también alcanzó máximos históricos en beneficiarios. A finales de noviembre de 2012 lo percibían 8.575 hogares y alrededor de 5.500 personas esperaban por la resolución o el cobro de la prestación. Los retrasos en el cobro de las prestaciones han dejado a muchas familias sin ingresos. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, destacó ayer en su carta semanal la labor de Cáritas, con 1.900 voluntarios en Asturias, de la que resaltó «una dimensión de acción social en el sentido más amplio de la palabra. Y una dimensión mística, metida en el corazón de la Iglesia».

La necesidad supera a la vergüenza

«Tenemos personas que colaboraban con donativos y ahora no tienen para ellas», explica la trabajadora social Zoraida Sienra

Tras los números hay personas. Realidades descarnadas como la de una madre desesperada que acude a una sede parroquial de Cáritas para que sus hijos puedan comer, ir al colegio con libros y ropa adecuada y hacer frente a la factura de luz, cosas que no se pagan con los 400 euros de subsidio del Estado. Otros sencillamente buscan alimentos y la mayoría demanda acompañamiento y apoyo para sobrellevar un duro revés económico inesperado.

«A mucha gente le da hasta vergüenza venir, tenemos personas que colaboraban con donativos y ahora no tienen para ellas». Lo cuenta Zoraida Sienra, trabajadora social de Cáritas, responsable de las zonas de Oviedo y Caudal. A ella le corresponde atender los nuevos casos que llegan a diario para valorar la forma de ayuda que requiere cada caso. «Tan importante o más que la ayuda material es el apoyo personal. La gente agradece que se les escuche porque muchos no saben cómo asimilar esta nueva realidad», señala. Lo dice sentada en un despacho en el que no hay ni rastro de lujos. Las instalaciones de Cáritas en Oviedo son sobrias hasta el límite. Esa austeridad exterior se compensa, asegura, con cariño a las personas que llegan. «No hay una ayuda tipo, cada uno necesita atención específica y procuramos dársela», comenta.

Sienra comenta que a las oficinas llegan hombres y mujeres por igual, aunque en las estadísticas ellas son mayoría, sobre todo cuando hay niños por medio. Sienra destaca el drama personal que supone para una persona «normal» verse abocada a pedir asistencia. «Es una situación que genera estrés emocional y depresión, también mucha tensión en el hogar», matiza. Por eso la organización mantiene programas específicos para atender a los niños que necesitan salir, al menos unas horas al día, de un entorno familiar excesivamente tensionado. «A veces se juntan problemas como el alcoholismo», comenta.

Los datos son demoledores. Casi el setenta por ciento de las personas atendidas por la ong de la Iglesia son personas activas en situación de desempleo. El 53,3% no llega a tener la Educación Primaria completa y alrededor del 50% son jóvenes entre los 15 y 39 años. A ellos se unen quienes con más de 50 años son parados de larga duración con pocas posibilidades de recuperar el empleo.

«Estas nuevas personas que acuden a nosotros en muchas ocasiones plantean el problema de que no saben moverse en todo lo relativo a la burocracia de los Servicios Sociales», indica Paloma Gallego. «Son personas que no pensaban estar en esta situación y que a veces ni siquiera conocen sus derechos», apunta Rivas.

Si algo no hacen los voluntarios es poner paños calientes sobre el drama de la pobreza. «Sabemos que cada vez resulta más difícil cambiar la situación de la gente de la exclusión social», asegura Rivas. Sienra lo corrobora, también destaca lo gratificante que resulta conseguir empleo para quien lo necesita con urgencia. «Eso también ocurre a veces», asevera.

0 comentarios