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ARCELOR

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ECONOMÍA

Arcelor reabre el horno alto, pero no asegura su continuidad

Aumentará la producción hasta el 70% de capacidad, pero sólo durante las próximas dos o tres semanas

La compañía descarta reabrir instalaciones y regulará a 2.000 trabajadores durante este mes

El horno alto ’B’ de la factoría de ArcelorMittal en Gijón reinició ayer su actividad tras casi cuatro meses de parada, aunque la compañía no garantiza que con la situación actual del mercado la reapertura sea definitiva. El primer sangrado o extracción de arrabio se produjo a las 14:45 horas y durante los próximos dos o tres días se mantendrá en pruebas hasta que el hierro fundido tenga la calidad necesaria para el envío a las acerías para su transformación.

La reapertura, una noticia largamente esperada, tendrá sin embargo un «impacto limitado» en el empleo y la actividad económica regionales e incluso en la propia compañía, que ayer dejó claro que no reabrirá las instalaciones paralizadas en Avilés y mantendrá el expediente de regulación de empleo (ERE) en los términos ya conocidos.

Con los dos hornos operativos, en efecto, la producción aumentará hasta el 70% de la capacidad, pero sólo durante las próximas dos o tres semanas. Lo que pase en octubre es una incógnita, y hasta finales de año la actividad se ajustará a los pedidos. Si la demanda sube, lógicamente, el horno seguirá operativo, pero si vuelve a contraerse no se descarta otra paralización en los próximos meses . Esta misma situación puede suceder en los hornos de la multinacional en Gante (Bélgica) y Marsella (Francia).

Demanda débil

«La reapertura es una buena noticia y siempre es mejor que tengamos las dos instalaciones operativas, pero nuestra previsión es que la demanda seguirá baja hasta finales de año», aseguraron fuentes de la compañía, quienes recordaron que la instalación vuelve a producir no porque el mercado se haya recuperado, sino porque los clientes estaban agotando sus ’stocks’ de productos y con un único horno era imposible atender sus necesidades. «La situación de los hornos de Gijón es igual a la del resto de Europa: Ahora se han reabierto, pero no sabemos lo que pasará dentro de tres o cuatro meses».

En este escenario, ArcelorMittal mantiene sus planes laborales y a lo largo del mes de septiembre enviará al desempleo un día a la semana a 1.600 trabajadores, que se sumarán a los 400 de las instalaciones de hojalata afectados por el ERE desde el 25 de agosto. Los primeros serán los 800 empleados de estructura (oficinas) que no trabajarán este viernes. A éstos se sumarán otros 800 operarios de actividades productivas, que se quedarán en casa un día a la semana durante todo el mes de septiembre. Afectará a todo el personal, a excepción de los que trabajen a turnos y los del tren de carril por la carga de trabajo de esta instalación. Los días en los que se aplicará el expediente de regulación dependerán de la situación particular de cada taller, explicaron fuentes de la compañía.

Los sindicatos, por su parte, se felicitaron ayer por la reapertura del horno alto ’B’, pero lamentaron que no suponga la vuelta a la normalidad de la compañía con la reapertura de las instalaciones paralizadas por la baja demanda y la supresión del ERE. «Si el horno vuelve a funcionar el resto de las instalaciones paradas también deberían hacerlo», insistieron fuentes sindicales consultadas.

Cada uno de los dos hornos de Gijón tiene una capacidad de producción anual de 2,3 millones de toneladas de arrabio. Estos dos altos hornos son los dos únicos que actualmente se mantienen en funcionamiento en España. Desde mayo, la multinacional había concentrado la producción de arrabio en Asturias en un único horno alto. La función de esta instalación es transformar el mineral de hierro en arrabio (hierro fundido) que posteriormente es transportado a las acerías para convertirlo en acero.

Subcontratas

La reapertura del horno supondrá una mayor carga de trabajo para sectores como el transporte, a los que el horno alto le dará algo de oxígeno tras arrastrar un año nefasto. «Esperamos que alivie algo la crisis del sector porque cualquier nueva carga de trabajo es bienvenida», aseguraron fuentes de Cesintra, quienes no obstante descartaron que vaya a ser la solución a los males de autónomos y pymes del transporte. Sólo en mayo, el primer mes de parada del horno alto ’B’, la actividad del transporte había caído un 60%.

La reapertura, por otro lado, causó alarma en algunos vecinos al escuchar algunas «explosiones». Según ArcelorMittal, fueron burbujas de hidrógeno que se formaron tras depositar el arrabio en unas bolsas próximas al horno que estaban húmedas.

Cambio en el Consejo

Por otro lado, ArcelorMittal anunció ayer que Malay Mukherjee ha abandonado el consejo de administración. Era consejero desde mayo de 2008 y fue director general de la multinacional en en Asia y África.

 

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