Las consultas por depresión aumentan un 20% por la crisis

 

LA FARMACOLOGIA PUEDE ALIVIAR LOS PROBLEMAS DERIVADOS DE LA INESTABILIDAD LABORAL.

Los psiquiatras ven más pacientes con trastornos adaptativos.El insomnio y la angustia son los principales sintomas tras perder el trabajo.

La Voz de Asturias.24/03/2010 PILAR CAMPO

El número de casos por depresión se ha incrementado con la crisis económica.

Foto:ARCHIVO

Alteraciones del sueño, estrés, ansiedad, tristeza, depresión....Los médicos de Atención Primaria llevan detectando desde hace al menos un año un incremento en el número de pacientes con trastornos adaptativos que están aflorando como consecuencia de la crisis económica y que son derivados a las consultas de los especialistas en Psiquiatría de los Centros de Salud Mental. Unos síntomas que se pueden dar tanto ante la pérdida del puesto de trabajo por un cierre patronal o un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) como por la angustia ante la falta de expectativas laborales o el temor a verse incapacitados para afrontar los gastos fijos a los que está sujeta la economía doméstica.

 El vicepresidente de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría, Juan Carlos Ortigosa, calcula que el incremento de pacientes con trastornos adaptativos que acude a los especialistas, sin estar incluidos en el grupo de los que ya contaban con una patología previa, rondará en torno al 20 por ciento. "Apreciamos una mayor demanda en personas con trastornos mixtos de ansiedad, depresión, estrés e insomnio tanto por la pérdida del trabajo como por las expectativas y el temor a tener un empeoramiento de futuro", explica.

 El doctor Ortigosa, que está adscrito a un centro de Salud Mental de Oviedo, considera que, en algunos casos, la ayuda farmacológica supone "un alivio" para los pacientes ante la angustia que sienten. "Es cierto que donde no se nota es en patologías de psicosis o alejamiento de la realidad", comenta. Estas manifestaciones de bajo ánimo y aumento de ansiedad no son aisladas, ya que suelen ir acompañadas de nerviosismo, agobio, dificultades de relación con el entorno, la pareja y el círculo social incluso llegando a la incapacidad para disfrutar de eventos, con alteración del sueño y el temor anticipado a lo que puede sucederle a él y a su entorno. Generalmente, el perfil de estos pacientes se corresponde con una persona de mediana edad.

 El catedrático de Psiquiatría Julio Bobes asegura que más de la mitad del quehacer diario de los psiquiatras se dedica a los trastornos emocionales secundarios a impactos ambientales o vitales desfavorables por la pérdida del trabajo o las dificultades socioeconómicas. "Para los profesionales es un inconveniente porque la presión asistencial de este tipo de pacientes nos resta disponibilidad y tiempo a la hora de tratar los trastornos graves que no demandan asistencia por la baja conciencia de su enfermedad mental", comenta. Julio Bobes estima que este es un problema preferente que requeriría la atención de las autoridades sanitarias.

 "Es un problema de difícil solución en origen, porque las empresas --expone-- se quedan con la gente más rentable y competitiva y prescinde de los vulnerables desde el punto de vista psicosocial y la situación socioeconómica ha hecho que las personas vulnerables en el mundo laboral hayan intentado medicalizar su situación solicitando ayuda psicológica y protección y eso produce esta sobrecarga asistencial".

 El perfil de paciente que ha visto con mayor frecuencia el psiquiatra Angel García Prieto se corresponde con el de un empresario autónomo aunque reconoce que también ha visto casos de jóvenes con la misma sintomatología "por su falta de recursos". En unos casos, la solución viene de la mano de la farmacología, aunque en los más graves se precisa recurrir a la psicoterapia.