«Ningún defensor de la sanidad pública puede estar tranquilo»

El Comercio. 07.04.11 -A. VILLACORTA | GIJÓN.

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Foto: El exministro Jordi Sevilla, antes de la ponencia pronunciada ayer en el Encuentro de Directivos de la Fundación Escuela de Negocios. :: J. PAÑEDA

«Veo difícil que el copago no forme parte de la solución a los 15.000 millones de déficit del sistema nacional de salud»

Jordi Sevilla Exministro de Administraciones Públicas

Eso tan vacuo de «ser un hombre de su tiempo» se cumple en el caso de Jordi Sevilla, que se presenta así en su blog: «Nací en 1956. El mismo año que Miguel Bosé (...) Y lo hice en Valencia, como lo pude haber hecho en México, si mi padre hubiera llegado a tiempo para coger el barco hacia el exilio desde Alicante». Y si la pasión por comunicar en red ha provocado que el ex ministro de

Administraciones Públicas se declare «obseso de Twitter», uno de los males endémicos del país, el fracaso escolar, le acaba de provocar «un tremendo cabreo», después de enterarse de que su hijo de 14 años «acaba de suspender seis». Ayer pronunció la ponencia ’Los desafíos de la nueva economía’ en el Encuentro de Directivos de la Fundación Escuela de Negocios.

-Andamos mal en Educación, ¿no?

-Todavía estoy traumatizado. Le ha caído una buena bronca. Que tengamos un 33% de fracaso escolar es un mal síntoma. El informe PISA nos dice que estamos por debajo de la media de la OCDE y compitiendo con países en los que los críos aprenden muchísimo. Me da igual en qué lengua sean analfabetos mis hijos. Yo lo que quiero es que no sean analfabetos.

-¿Qué hacemos?

-Es algo complicado porque requiere de la intervención de varias instancias administrativas. Y, aquí, siempre que algo es así de complejo se mete en un cajón. Eso también me cabrea.

-¿Qué le pasa a su hijo? A ver si así se entiende qué les pasa a muchos.

-Mi hijo no lee, lo cual le plantea muchos problemas. Suspende porque no entiende lo que lee. No entiende los problemas. Y yo me pregunto: ¿Estamos seguros de que los contenidos son los que deben ser? Porque mandarle a un niño que no lee ponerse con las ’Coplas a la muerte de su padre’ de Jorge Manrique parece un sarcasmo. Prefiero que le enseñen a leer cómics, pero que lea y que dejen las ’Coplas’ para universitarios que estudien literatura. El problema es que esto nadie lo dice, porque sería abrir una reforma en canal del sistema.

-Tampoco Bolonia parece marchar.

-La reforma del modelo universitario debe preocupar a los empresarios. Tenemos que conseguir que la Universidad sea un motor de la innovación empresarial, no de los artículos científicos que dan sexenios.

-Parece que no estamos mejor en el capítulo sanitario. ¿Copago sí o no?

-Lo importante no es el debate sobre el copago. El copago ya existe. Lo importante es cómo pagamos los 15.000 millones de deuda que, en este momento, acumula el sistema sanitario nacional. Porque, de no hacer nada, lo que se está produciendo es un deterioro en la prestación de los servicios y estamos viendo ya unidades sanitarias que empiezan a reducir pruebas. En segundo lugar, estamos con un retraso medio en los pagos de 600 días de media. Y, en tercer lugar, estamos empezando a acumular un déficit oculto en forma de facturas en los cajones. Visto eso, algo hay que hacer. Se pueden incrementar los impuestos, se pueden recortar otras partidas de gasto y llevarlas a sanidad o que los usuarios paguen algo por la prestación de servicio, aunque no tenga que ser la fórmula que algunos manejan del pago por ir al médico.

-Explíquese.

-Puede ser por utilización hotelera de los hospitales, puede el acceso a pruebas especializadas o accesorias o por el acceso al especialista. Hay muchas maneras de regular el copago. Yo creo que no es la solución, pero veo difícil que no forme parte de la solución a esos 15.000 millones de déficit que tiene el sistema de salud. Y, desde luego, ningún defensor de la sanidad pública puede estar tranquilo sabiendo que ese déficit existe.

-¿Quién debe iniciar el debate?

-Es un debate nacional en el que deben participar todas las comunidades, todos los partidos y el Gobierno de la nación. Por lo tanto, es uno de los casos donde el consenso político e institucional es la única solución.

-¿Cómo está la salud de nuestra economía a día de hoy?

-Estamos en una encrucijada. Y este año, de que debería ser el de la recuperación, se va a quedar en el de la recuperación fallida si no hacemos nada.

-Propone tres reformas urgentes.

-La primera es bajar cotizaciones sociales para recuperar competitividad. Y hablo de bajarlas cinco puntos. La segunda, apoyar las iniciativas que las entidades financieras están ya llevando a cabo para desatascar los circuitos del crédito, que están muy atascados de ladrillo y cemento, creando bancos malos, bancos donde se depositan los activos tóxicos. Y, en tercer lugar, las Administraciones públicas tienen que pasar del recorte a la reforma. De la idea de que el objetivo de déficit se consigue simplemente recortando los gastos a una estrategia en el que unos gastos hay que recortarlos, otros no y otros hay que suprimirlos. Y eso exige una reforma estructural de las administraciones públicas.

-¿Hay que recortar los poderes de las autonomías?

-Hay que hacer un avance respecto a lo que tenemos. El Estado constitucional que tenemos es un Estado a medio hacer. Nos hemos quedado a mitad de un camino que no tiene marcha atrás y en el que solo queda la posibilidad de dar un salto federal adelante. Hay que empezar a llamar las cosas por su nombre: tenemos que dar un salto federal, de cooperación, en el que cada vez más queden claras las competencias de unos y otros, incluidas las del Gobierno. Se puede hablar de ello sin dramatismos.

-¿Es dramático lo de la CAM?

-El problema no es que no haya prosperado la fusión, sino que existan entidades con un volumen de pérdidas y deudas muy superior al estimado. Volverá a haber episodios así.

-¿El Ejecutivo ha suspendido con la gestión de la crisis?

-Se tardó mucho en reaccionar. El presidente lo ha reconocido, pero aún estamos a tiempo de coger ese toro por los cuernos. Aunque a lo mejor estamos cogiendo los cuernos que no son, como retrasar la edad de jubilación o reformar el mercado laboral.