Salud investiga un posible brote de sarampión en el área del Caudal
Una adolescente fue diagnosticada ayer, y hoy se investigará si su caso está relacionado con los de dos hermanos l Ninguno de ellos fue vacunado
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ
El área sanitaria del Caudal acumula tres de los cuatro casos de sarampión que Asturias ha registrado en los últimos días. La novedad que encierra el dato es notable, por cuanto el último caso de sarampión autóctono en el Principado databa de 1999 y el último brote, de 1990. El cuarto caso fue localizado en el área de Gijón. Aunque se trata de un ciudadano extranjero de 41 años, se descarta que haya contraído la enfermedad fuera de España. Más bien se barrunta que pudo adquirirla en la capital de la Costa Verde en el trasiego turístico propio de la Semana Santa.
El último de los casos surgidos ahora fue confirmado ayer mismo, según explicó Amelia González, directora general de Salud Pública del Principado. Será hoy cuando los técnicos de la Consejería de Salud del Principado rastreen el entorno escolar, familiar y social de la adolescente infectada con el objetivo de averiguar si existe alguna relación con los otros casos y de establecer las dimensiones de un hipotético brote.
Los cuatro afectados están fuera de cualquier peligro. Todos ellos tienen un factor común: ninguno de ellos había sido vacunado contra el sarampión. En el caso de los del Caudal, porque así lo decidieron sus padres.
La responsable de Salud Pública sostienen que la situación no debe generar alarma, ya que no está en tela de juicio la eficacia protectora de la vacuna (si bien no alcanza el 100 por ciento), al tiempo que se considera que el porcentaje de no inmunizados es muy bajo en Asturias, lo que convierte en muy improbable el riesgo de brotes. «Con todo, esa minoría siempre genera riesgos», precisa Amelia González.
Según algunas estimaciones, la tasa de vacunación contra la enfermedad alcanza en Asturias el 99 por ciento, una cobertura muy superior al 82 por ciento registrado en Suiza en la década de los noventa del siglo pasado, al 90 por ciento de Gran Bretaña entre 1999 y 2006 o al 70 por ciento de Alemania en los niños nacidos entre 1996 y 2003. Amelia González subraya que quien recibe la vacuna está protegido contra el sarampión y evita la posibilidad de transmitir la enfermedad.
Sólo uno de los cuatro nuevos casos de sarampión diagnosticados estos días es catalogado por la Consejería de Salud como «importado». Se trata de uno de los jóvenes de la cuenca del Caudal que la pasada Semana Santa se desplazó a Madrid para participar en una actividad en la que también tomaron parte otros jóvenes de otras comunidades autónomas y de otros países. Se da por hecho que este muchacho contagió la enfermedad a su hermano. Los afectados tienen, respectivamente, 20 y 16 años.
Los tres casos restantes han sido etiquetados como «autóctonos». Lo que han de determinar ahora los técnicos de la Consejería de Salud es si la enfermedad de la muchacha diagnosticada ayer guarda relación con la de los dos hermanos. Salud Pública se ha limitado a desvelar que los tres afectados residen en el área sanitaria del Caudal y que la adolescente no estudia en el mismo centro educativo que los dos hermanos. Los expertos rastrearán otro tipo de posibles vinculaciones.
Los responsables de la Dirección General de Salud Pública enfatizan que el sarampión «es una enfermedad viral aguda, altamente contagiosa, frente a la que se lleva vacunando a la población asturiana desde hace 30 años, con vacunas eficaces y seguras, que prácticamente aseguran la protección de todas las personas correctamente vacunadas». Las personas que han pasado la enfermedad quedan inmunizadas y no vuelven a pasarla. De los estudios realizados en Asturias, se ha establecido que los nacidos antes de 1978 pueden considerarse protegidos frente a ella.
La antaño temible infección de las manchas rojizas en la piel ya no es lo que era. Apenas surgen casos en Asturias y en España, pese a lo cual «a partir de un solo caso pueden ocurrir brotes de la enfermedad en personas que no hayan sido vacunadas, bien porque por su edad no les haya tocado la vacunación, porque sean demasiado jóvenes para recibirla, o por descuido o rechazo de la vacunación», advierte Salud Pública.
De julio de 1999 data el último caso autóctono diagnosticado en Asturias. Y de 1990 el último brote de esta enfermedad, que acumuló 1.721 casos. De hecho, en el Principado se detectó un caso en 2006: el de una niña procedente de Rumanía en un momento en el que se estaba produciendo en ese país un brote de sarampión de envergadura. En el Principado, la última muerte por la infección se produjo en el año 1985.
Las autoridades sanitarias de la región constatan que «ya hay muchos pediatras que nunca han visto un niño con sarampión». Esta falta de experiencia da lugar a un cierto volumen de «falsos positivos», ya que, ante determinados exantemas (manchas rojas), algunos médicos sospechan de la presencia de sarampión, pero la realidad es otra.
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