El debatido futuro del equipamiento de la ría
IU impide en el Consejo de Gobierno que Areces ceda los edificios del Niemeyer a su Fundación
El Presidente montó en cólera al tener que retirar del orden del día una decisión rechazada por la coalición y con informes técnicos contrarios
Foto: Álvarez Areces, a la izquierda, ejerce de anfitrión durante la charla que ofreció el ex presidente Felipe González. mara villamuza
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La Nueva España. E. CAMPO
El todavía presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, sufrió ayer un duro revés al tener que renunciar a la cesión de los edificios del Centro Niemeyer, pagados con dinero público, a la Fundación que los gestiona. Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, su objetivo era dejar las instalaciones en manos de una fundación -compuesta en su mayoría por socios privados- por un plazo de 50 años, el máximo previsto por ley. El rechazo de Izquierda Unida, que se apoyó en informes técnicos contrarios, fue decisivo para que se retirara la decisión del Consejo de Gobierno celebrado ayer. Según fuentes próximas al Ejecutivo, Areces -presidente de honor de la Fundación- montó en cólera, ya que tenía mucho empeño en sacar este asunto adelante. Su objetivo era blindar definitivamente el Niemeyer y darle autonomía respecto a las decisiones políticas, con un Gobierno regional de nuevo signo a las puertas. El Principado invirtió más de 40 millones en este equipamiento.
Los socialistas tienen por delante una semana en la que podrían convocar un nuevo Consejo de Gobierno y sacar adelante la cesión aspirada por Areces pese al rechazo de IU. De todos modos, la operación se presume delicada tras la tormenta desatada en el día de ayer. Los nubarrones se asomaron cuando el pasado domingo LA NUEVA ESPAÑA publicó el proyecto de cesión. La reacción de IU no se hizo esperar y llegaron las acusaciones de «pucherazo» a Areces por intentar tomar una decisión de tal calado en tiempo de descuento, al margen de que tampoco estuviesen de acuerdo con beneficiar de tal modo a una fundación con mayoría de socios privados.
El martes, el día antes del Consejo de Gobierno, se produjo un error por parte de la Presidencia del Gobierno, que remitió a los medios de comunicación una nota de prensa con la aprobación de los diferentes puntos del orden del día que en realidad debían tratarse al día siguiente. Inmediatamente se produjo una rectificación, pero la idea de premeditación puso en alerta a los socios del Gobierno regional. Ese mismo día Izquierda Unida acordó de forma interna su rechazo rotundo a la cesión.
El chaparrón cayó sobre la mesa del Consejo de Gobierno. IU pudo esgrimir en su rechazo no sólo cuestiones éticas y de principios democráticos -el miércoles tomará posesión un nuevo Gobierno-, sino también técnicas. Y es que los informes redactados en las propias consejerías incorporaban recomendaciones contrarias a la cesión, tanto por el contenido de la misma como por el momento.
La portavoz del Gobierno, Ana Rosa Migoya, suspendió de forma sorpresiva la rueda de prensa que ofrece habitualmente al término de estas reuniones, previsiblemente para evitar tener que dar explicaciones de lo sucedido. Y, aunque en un primer momento se comunicó oficialmente que no estaba prevista ninguna información sobre la reunión porque no se había tomado ninguna decisión de relevancia, por la tarde se informó de que se había retirado la cesión del orden del día «para recabar el oportuno informe sobre su consideración como expediente de gestión ordinaria». En el texto se hace referencia a que los términos de dicha cesión se habían establecido en un convenio de cesión provisional suscrito el 15 de diciembre de 2010, entonces con todos los informes correspondientes favorables. Pero entonces el Gobierno regional no estaba haciendo las maletas ni tampoco la Fundación del Niemeyer, que dirige Natalio Grueso, tenía mayoría de capital privado.
En el seno de IU la satisfacción por el «patinazo» de Areces era evidente. La coalición sostiene que acordar la cesión con el mandato ya extinguido sería «inmoral e incluso de dudosa legalidad». Y que, con independencia de que sea conveniente o no, es una decisión que corresponde al próximo Gobierno. También considera que para garantizar el correcto funcionamiento de la Fundación se podría recurrir a otras fórmulas, como la cesión de uso de las instalaciones, sin que supusiera la pérdida de este patrimonio durante medio siglo. En Avilés, el concejal Juan José Fernández, que fue quien lanzó la acusación de «pucherazo», celebró que hubiera imperado «el sentido común». «Era impresentable políticamente y, además, parece también de dudosa legalidad», afirmó.
El Principado aportó más de cuarenta millones de euros para la construcción de los cuatro edificios y la plaza que componen el Niemeyer, así como para dotarlo de accesos viarios. También son fondos públicos los que sustentan la mayor parte de los gastos, aunque el PSOE siempre abogó por aumentar la carga de capital privado, que ahora comienza a llegar. En el caso de que el todavía presidente insistiera y aprobara la cesión apoyado sólo por sus consejeros, cabría la posibilidad de que el próximo Ejecutivo la revocara, acudiendo incluso a la vía judicial. Un amargo trago para Areces en su despedida, que mañana tiene una cena de homenaje en Avilés.
http://www.elcomercio.es/v/20110707/aviles/reticencias-logran-retrasar-cesion-20110707.html
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