La Junta de Personal del HUCA «lamenta» el cese del gerente
El artículo publicado por El Comercio el día 13 de los corrientes bajo el título “La Junta de Personal del HUCA «lamenta» el cese del gerente” me permite reflexionar sobre la pertinencia o no del posicionamiento público de la Junta de Personal del área IV con relación a los cambios en la gestión del HUCA, y en general en toda la sanidad asturiana, que estos días son y serán noticia constante. Y para ello lo primero que se me ha venido a la cabeza es un reciente artículo de Carlos Ponte titulado “El gerencialismo sanitario. Orquestas `sin director´ o la pendiente deslizante de la Sanidad” contenido en el más amplio documento “Otra gestión sanitaria es posible” editado recientemente por la Fundación 1º de Mayo en el marco del Observatorio de Políticas de Salud … (se puede acceder )
(nota del administrador)
No voy a repetir aquí argumentos que otros han expresado mejor de lo que yo lo puedo hacer y que, además, pueden ser leídos con un simple “clic” del ratón, pero si voy a insistir en la idea que nunca se debería olvidar a la hora de hablar o posicionarse sobre estas cosas: que estamos “dirigidos” por unos gestores designados por su afinidad política o personal, y por lo tanto con una ausencia de formación específica reglada.
Este tipo de gestión, fuertemente politizada, ha favorecido y favorece multitud de problemas: cortoplacismo en los planes de actuación, contradicciones constantes por la sumisión y la tendencia a agradar a la hora de seguir líneas de actuación frente a la utilización de criterios técnico-profesionales contrastados para dilucidar dicha líneas maestras, generan pequeñas o no tan pequeñas corruptelas, máxifican sus efectos perversos a medida que se extienden hacia abajo en la cadena hacia unos mandos intermedios también de “libre designación”…etc, el gerencialismo, como se da en llamar a esto, en suma, junto con la ausencia de participación, no solo ciudadana sino también profesional que no soportan (no les gustan los controles democráticos ni técnicos), genera una gran desconfianza entre los profesionales, desmotivan, propician la falta de colaboración y de trabajo en equipo, cuestiones que son esenciales para el buen funcionamiento del Sistema Nacional de Salud…
Que algunos gestores, a base de años de vivir de esto, hayan llegado a parecerse a un verdadero profesional de la gestión sanitaria, no debería hacerles olvidar a los representantes de los trabajadores, ¡¡a nuestros representantes!!, cuál es el verdadero problema que hay que atajar si queremos que esto no ocurra cada vez que haya cambios políticos. Por eso, al margen de que si se pueden criticar las formas, el posicionamiento de la Junta de Personal del área IV me parece muy poco edificante y bastante poco representativo… o ¿es que los trabajadores ya asumimos que la gestión esté eternamente politizada?
Pilar Reyero, Enfermera del HUCA
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