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Una marea humana en defensa del Niemeyer

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Cerca de 4.000 personas se manifiestan para pedir la continuidad de la actividad cultural

 

03.10.11 - 02:38 - JOSÉ L. GONZÁLEZ jlgonzalez@lavozdeaviles.es | AVILÉS.

 

 

Han pasado algo más de dos semanas desde que se desató una batalla política con el Centro Niemeyer como escenario de la polémica. Cada partido ha dejado clara su postura en torno a un conflicto que, según sus gestores, paralizará la programación, al menos, hasta el próximo mes de abril y que ya supone una pérdidas estimadas de 600.000 euros. Ayer, la ciudadanía de Avilés dio un golpe encima de la mesa para reclamar a las clases dirigentes una solución que permita que un centro cultural que ha tenido repercusiones positivas en la ciudad, a pesar de llevar apenas seis meses abierto, siga funcionando. Y lo hizo con una manifestación que congregó a cerca de 4.000 personas en torno al lema «Yo apoyo al Centro Niemeyer».

La de ayer fue una manifestación liderada por los rostros anónimos que sólo reclaman la continuidad de la instalación, más allá de la guerra política abierta. Los convocantes, los hosteleros de la ciudad con la iniciativa de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca, decidieron al inicio que serían los ciudadanos anónimos los que liderarían la marcha, y que sólo un representante de cada colectivo que ha organizado la manifestación se colocaría tras la pancarta.

Ni un político, ni un sindicalista, ni un líder vecinal sostuvo el cartel rojo y blanco que abanderó la protesta. Y los había. Todos los partidos con representación en la Corporación municipal, a excepción de Foro Asturias, fueron partícipes del acto. Tampoco faltaron los sindicatos mayoritarios. Los secretarios generales de CC OO y UGT Asturias estuvieron presentes en una manifestación en la que iban acompañados de destacados dirigentes comarcales de estas entidades. También se sumaron a la cita representantes de asociaciones culturales, vecinales y deportivas de la ciudad. Todos, para pedir soluciones. «La ciudad ya ha hablado. Es la hora de los políticos», afirmó Carlos Rodríguez, vocal de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca.

La cita de ayer estaba programada para la una de la tarde. Bajo un intenso sol y con los termómetros moviéndose en el entorno de los treinta grados, los asistentes a la manifestación comenzaban su particular desfile por la pasarela del Niemeyer. A los pies de la misma, ya se escuchaban los primeros cánticos de apoyo al centro. «Centro Niemeyer, no se cierra» o «con la cultura, no se especula» fueron algunos de ellos.

En la larga comitiva que se formó en el acceso al centro cultural se podía encontrar un poco de todo. Desde niños acompañados de jóvenes padres a jóvenes que acompañaban a personas mayores. Con paso lento y muchos comentarios sobre la oscilación natural que se produce en la pasarela, los manifestantes fueron llegando al centro y ocupando el espacio más próximo al auditorio.

No todos. Una parte de los asistentes buscaba el refugio de la sombra que ofrecían la torre mirador o la marquesina de la plaza, un par de grados menos para soportar un sol que, en la mañana de ayer, abrasaba.

Un corro en torno a las pancartas extendidas volvía a ser el epicentro de los mensajes en apoyo al centro. Las 700 cartulinas sufragadas por los hosteleros ondeaban durante los cánticos mientras muchos lucían en su ropa una de las 3.000 pegatinas que también repartió este colectivo. Tanto las primeras como las segundas, se habían agotado antes del inicio de la manifestación.

Los participantes más activos querían algo más. Megáfono en mano, se dirigieron a aquellas personas que aún seguían buscando la sombra para hacer piña en la parte central de la plaza. El recinto tiene una capacidad de 10.000 personas para conciertos, que ayer estaba casi a la mitad de asistencia (unas 4.000 personas).

Con todos los manifestantes juntos en el entorno del auditorio pero sin lectura de manifiesto, siguieron los cánticos, que sólo se enturbiaron por los reproches a miembros de UPyD, que mostraron papeles blancos y lanzaron mensajes contra otros partidos políticos por tratar de «adueñarse del centro». Una actitud que no gustó a los presentes, que trataban de no ensuciar la protesta con mensajes políticos.

La pequeña discusión, que duró pocos minutos, quedó para el anecdotario, al igual que los cánticos de «consejero dimisión», que apenas pudieron escucharse unos segundos en algunas zonas de la muchedumbre.

Como colofón a una manifestación sin apenas presencia policial y en la que no se registraron incidentes, uno de los presentes propuso un 'flashmob' (acto que consiste quedarse parado durante unos instantes en una postura que evoque un tema concreto), que se convirtió en un improvisado minuto de silencio. Fue el punto final a una manifestación que pretendía dejar claro que Avilés apoya al Centro Niemeyer.

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