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Femetal prevé para 2012 el cierre de más empresas y cientos de despidos

Femetal prevé para 2012 el cierre de más empresas y cientos de despidos

 

 

La patronal del metal asturiano reclama ayuda para la industria ante la falta de financiación, la paralización del mercado nacional y la caída de la exportación

Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

El metal asturiano, motor de la economía regional, prevé para el año que viene el cierre de más empresas y más despidos, debido a la paralización del mercado nacional, la falta de créditos y la caída de las exportaciones. «El año 2012 será extremadamente difícil», aseguró Álvaro Alonso, secretario general de la patronal del sector, Femetal. «La industria necesita ayuda, mucha ayuda y en muchos campos: en el financiero, el fiscal, el logístico, el energético, en la reducción de la carga administrativa...», reclamó.

 

Los números rojos de la industria asturiana se han acentuado en los tres últimos meses. Es, afirman los empresarios, el preludio de lo que está por llegar. Si se baja al detalle para conocer las causas del descenso de la producción, continuado en los tres últimos meses tras un año de dientes de sierra con claros altibajos, los parámetros apuntan al sector metal. Pese a que en el primer semestre del año se registró un leve repunte, la patronal venía advirtiendo de que las previsiones para un futuro próximo eran malas. Ahora confirma que todavía puede ser peor.

 

«En la primera fase, las empresas aguantaron el tirón porque tenían reservas. Se ajustaron o se suprimieron las horas extraordinarias, no se renovaron contratos de eventuales, se modificaron calendarios... Inicialmente se creía que sería suficiente, y el repunte que se detectó en 2010 con las exportaciones se creyó que ayudaría a dar el impulso necesario. Ahora ya no quedan reservas, el mercado nacional está parado y el internacional está ralentizado. La situación es muy compleja», explicó Álvaro Alonso.

 

El metal asturiano ha perdido 14.600 empleos desde el primer trimestre de 2008 -cuando todos los indicadores del sector aún eran positivos- hasta junio de este año, el 26,71% de los puestos de trabajo del sector.

 

Entre ambos períodos también se redujo el número de empresas. Al inicio de este pasado verano había 183 menos que al inicio de 2008. El impacto de la crisis ha sido mucho mayor entre los autónomos, ya que el número de empresas sin asalariados se redujo en este período en un centenar (-22,65%), seguido de aquellas que tienen entre uno y cinco empleados, con el cierre de 60 compañías (-11.74%), y aguantan un poco mejor, al menos de momento, las que tienen más de cinco, pero especialmente las más grandes. En este segmento han desaparecido 24 sociedades (-4,7%), según las cifras que maneja Femetal.

 

La patronal hace un seguimiento continuo de la evolución económica del sector y, aunque no ha terminado de evaluar los datos correspondientes al tercer trimestre del año y su repercusión en el empleo, los avances son desalentadores. «Si cae la producción industrial significa que arrastra a todo lo demás. Y van tres meses consecutivos de números rojos», asegura Álvaro Alonso.

 

Lo peor de este análisis es que el año que viene va a ser peor que éste. El análisis, explica el secretario general de Femetal, revela que confluyen varios aspectos a la vez.

 

Por un lado, el mercado nacional y los grandes proyectos industriales están o muy ralentizados o parados. «Hay una enorme falta de confianza en los mercados, provocada sobre todo porque no se han correspondido las medidas que se anunciaron con lo que se ha hecho, en el plano industrial, energético, económico, fiscal..., y eso hace que los inversores industriales se retraigan».

 

A esta falta de confianza se suma la situación particular que atraviesa el sistema financiero español, en pleno proceso de reestructuración, pero a marchas forzadas y «lento, muy lento, para los empresarios», asegura Álvaro Alonso. Esto provoca una restricción generalizada del crédito que afecta no sólo a la falta de financiación de proyectos, sino al cobro de las facturas, al circulante, a la tesorería, a todos los aspectos de la vida económica de las empresas.

 

Y, por último, está el mercado internacional, en el que ya se mueven como pez en el agua economías emergentes concentrando y elevando una oferta de bienes y servicios para una demanda menor. «A la hora de competir hay que ajustar muchísimo los márgenes, pero siguen subiendo las materias primas, los costes energéticos, se ha encarecido el dinero, hay una clara dificultad de financiación y falta de confianza en los mercados», explica Alonso.

 

Esto no significa que no haya empresas que estén aguantando bien la crisis. «Las hay, y algunas muy buenas, porque han invertido en tecnología, en investigación y desarrollo, en formación de su personal. Pero la industria necesita mucha ayuda. Ningún país ha conseguido triunfar sin industria», remata el secretario general de Femetal.

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