Caso Urdangarin: De la presunción de inocencia a la presunción de inmoralidad
La presunción de inocencia cubre a todos los ciudadanos, sean villanos, nobles o consortes de miembros de la Familia Real. Y por eso no seré yo quien atribuya al “yernísimo” delito de tráfico de influencias, cohecho o similar. Sin embargo, es ineludible comentar a título personal esta especie de “Poltergeist” o fenómenos extraños en torno a esta versión del barón de Munchhausen en que se ha convertido el Duque de Palma, pues igual que las aventuras del embustero Barón, resulta extraordinariamente fantasioso que el duque consorte acopiase ingente patrimonio, formalizase contratos millonarios con entidades interpuestas, “pasase el cepillo” ante los políticos y siguiese una hoja de ruta hacia la opulencia de convenio en convenio, todo ello con desfachatez “olímpica” (apropiada a su destreza con los pelotazos de balonmano)....
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