La prórroga invita a negociar

La extensión de la vigencia del Presupuesto de 2011 deja margen al Gobierno para modificar partidas ya previstas, pero le obliga a contar con la oposición para financiar nuevos proyectos

Lne.es » Asturias Oviedo, J. A. ARDURA / Marcos PALICIO

Los sindicatos sanitarios acusan al Gobierno de sembrar incertidumbre entre usuarios y plantilla

La prórroga del Presupuesto del Principado obliga al Gobierno a jugar con las cartas de otro, a moverse entre los límites que trazaron sus predecesores y a conseguir el asentimiento de la oposición para poder traspasarlos. Gobernar con las cuentas ajenas es una incitación al diálogo, una condena a la búsqueda de acuerdos parlamentarios como única alternativa posible para sacar adelante en 2012 nuevos proyectos o líneas de gasto no previstos en el Presupuesto de 2011. El Ejecutivo de Foro Asturias entra así en un escenario que no es del todo desconocido en la región -será la quinta prórroga presupuestaria en el Principado-, pero que viene con sus propias condiciones que prometen poner a prueba la capacidad de diálogo del Gobierno. No tanto para resolver el gasto corriente del día a día, como para las nuevas inversiones que se pretendan introducir, inviables sin el respaldo de la mayoría de la Junta General del Principado.

 

Según la explicación de Jaime Rabanal, consejero de Economía del Gobierno anterior, «la prórroga permite financiar, dentro de los principios del equilibrio presupuestario, las líneas de gasto que estuvieran autorizadas para 2011, pero no nuevos proyectos de inversión». Éstos, todos los que no tenían partida el año pasado, del «cheque bebé» al salario joven, si se recuperase la Universidad Politécnica Jovellanos, necesitarían una ley de Crédito Extraordinario aprobada en el Parlamento regional, con más votos a favor que en contra y, por tanto, con el apoyo de la misma oposición que acaba de tumbar el borrador de presupuestos de Foro para 2012. En lo que atañe a las inversiones ya consignadas en el Presupuesto de 2011, «la gestión del Presupuesto la tiene el Gobierno», enlaza Rabanal, «y dentro de las limitaciones de las leyes», el Ejecutivo sí tiene competencias para «cambiar créditos de unas partidas a otras y así hacer frente a sus necesidades e incrementar, por ejemplo, los fondos destinados a sanidad, a educación o a cualquier otra partida ya prevista». La nueva situación no afecta, así pues, al gasto corriente, a los gastos de personal ni al pago de las inversiones con financiación plurianual.

 

Igual que sin el visto bueno del Parlamento no va a ser posible generar inversión nueva, una premisa similar rige sobre el endeudamiento, que precisa «una autorización específica», afirma Rabanal, igualmente dependiente de la mayoría parlamentaria. El proyecto de presupuestos del Gobierno del Principado, rechazado en la Junta, consignaba 488 millones de euros en el capítulo de la generación de deuda. En el apartado de las subvenciones, el Gobierno tendrá su margen de maniobra para alterar las genéricas, únicamente aquellas que no tengan estipulado específicamente el destinatario en la ley de presupuestos.

 

En el descenso al caso concreto, los efectos de la prórroga se dejarán sentir, por ejemplo, en el presupuesto de la radiotelevisión pública del Principado. Como quiera que la extensión de la vigencia de las cuentas de 2011 supone la entrada en vigor del presupuesto anterior sin modificaciones, el ente de comunicación se queda inicialmente con una dotación de 29 millones de euros -la que le asignaban las cuentas de 2011 antes de ser incrementada por el Gobierno de Areces-, muy por encima, por tanto, de los 11 que figuraban en el documento elaborado por el Ejecutivo actual.

 

Entre los inconvenientes de la nueva situación, Ramón García Cañal, asesor económico del Partido Popular, cita primero la certeza de que con un presupuesto sin prorrogar el Gobierno dispone de más facilidad para gastar un hipotético incremento de sus ingresos. Con las cuentas aplazadas, en cambio, «si los ingresos fuesen mayores que los del año anterior se perderían opciones de hacer cosas, ya que te paralizarían y obligarían a llevar cada poco esos réditos a proyectos de ley y a presentarlos en la Junta». A pesar de todo, la experiencia le dice que la nueva situación a que se enfrenta el Principado no lo deja «tan constreñido». No, dice, a la vista de que en los noventa, con Sergio Marqués como presidente y las cuentas extendidas «se pudieron realizar proyectos que no estaban previstos en los números del año anterior».

 

Gobernar así , valora Pablo Prieto, miembro de la dirección regional de Izquierda Unida, «es tan sencillo como buscar acuerdos», el problema es, a su juicio, la experiencia reciente de un Gobierno «incapaz de dialogar y de conseguir que el diálogo se convierta en acuerdos», que «en lugar de estrechar manos da portazos».