Artículo de Javier López, Secretario de CCOO-Madrid, en el que hace un llamamiento a la reflexión para negociar y acordar por parte de la Presidenta de la comunidad
#7F: 150.000 contra los recortes
La suavización de la postura alemana abre la puerta a una decisión que se prevé tomar en la cumbre del mes que viene ante la virulencia de la especulación en los mercados
nuevatribuna.es
Cuando la cabecera de la manifestación Contra los Recortes y Por los Servicios Públicos llegaba a la Puerta del Sol, sobre las 8 de la noche, los últimos manifestantes salían de Neptuno y los dos sentidos de la calle Alcalá se encontraban repletos de una marea multicolor y arco iris de manifestantes. Profesores de todos los ciclos educativos, sus alumnos y sus padres (de alumnos, los más, y algunos con hijos profesores). Profesionales sanitarios y sus pacientes. Vecinos de Madrid y de muchas localidades de la Comunidad. Bibliotecarias y celadores. Auxiliares y trabajadores sociales. Bomberos que desplegaban pancartas descolgándose por las fachadas y mujeres que trabajan en la ayuda a domicilió. Jóvenes y mujeres mayores. Empleados públicos y trabajadores de empresas privadas.
Causa alegría comprobar que, pese a los esfuerzos que despliegan algunos medios de comunicación y algunos responsables políticos como Esperanza Aguirre, junto a sus jóvenes cachorros situados al frente de determinadas consejerías, para desprestigiar a los empleados públicos y sus legítimos representantes, la ciudadanía ha respondido masivamente a la convocatoria de manifestación, olvidando las diferencias y distancias que pretenden sembrar entre nosotros, con la injustificable intención de recortar inversiones, presupuestos, personal y calidad de los servicios públicos.
Las medidas adoptadas recientemente por el Gobierno Regional suponen amenazar con el paro a 11.000 empleados públicos, debilitando la calidad de la educación, la sanidad, los servicios públicos y sociales.
La temporalidad, la precariedad y los bajos salarios han ido creciendo en el empleo público. Los retrasos en los pagos a proveedores de bienes y servicios a las administraciones públicas ponen en riesgo miles de empleos en servicios externalizados y privatizados.
Esperanza Aguirre no puede continuar alimentando fantasías como la creación de 250.000 empleos implantando el casino de Las Vegas en Madrid, ni creando más campos de golf y clubs de campo, ni abriendo los comercios 24 horas.
Medidas, anuncios, cortinas de humo para alimentar tertulias, sin crear un solo puesto de trabajo.
Esperanza Aguirre debe inmediatamente mirar a Madrid y a su ciudadanía. Es presidenta de todos los madrileños y, cuando la crisis arrecia, debe inmediatamente atender a las personas paradas. Son 330.000 las personas paradas que no cobran ya prestación, subsidio, ni ayuda alguna. Son ya 623.000 las personas paradas en Madrid.
Debería ayudar a aquellas personas que ven amenazados sus puestos de trabajo, facilitando el crédito a familias y empresas, ayudando a sostener una economía muy maltrecha en todos los sectores de la producción y los servicios.
Debería, Esperanza Aguirre, fortalecer los servicios públicos para evitar fracturas sociales, que pueden generar tensiones insostenibles. La educación, la sanidad, los servicios sociales, la atención a la dependencia, los servicios de empleo, son esenciales en tiempos de crisis.
Las más de 150.000 personas que asistieron a la manifestación madrileña, Contra los recortes y por los servicios públicos, han reclamado con claridad un giro hacia la realidad y hacia los problemas reales, por parte del Gobierno regional de Esperanza Aguirre. Quieren sensatez, diálogo, negociación, justicia y atención a los problemas del empleo y la calidad de los servicios públicos.
Negar la realidad, acusar a los convocantes y participantes de “políticos”, sólo agravará la situación de crisis, la pérdida de empleo, el endurecimiento de las condiciones de vida para la mayoría de la población.
Es la hora de negociar y acordar. La hora de unir a la sociedad contra la crisis, por el empleo, por la defensa de una sociedad, democrática, libre y cohesionada. Escuchar a la sociedad es la primera obligación de un gobernante y Esperanza Aguirre lo sabe.
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