A las dudas sobre esta chapuza, que destacan los medios de comunicación, hay que añadir el hecho de que nuestro sistema proporcional de votación puede acabar transformándose de facto en un sistema mayoritario en segunda vuelta que haría recaer en un número ínfimo de votantes el destino de toda Asturias
El remedio acabará siendo, sin duda, peor que la enfermedad, salvo que lo arregle el Tribunal Constitucional…
La Junta General del Principado pedirá al TSJA aclaraciones sobre su sentencia
Los partidos tienen dudas acerca de qué emigrantes tendrán que repetir su votación y cómo repercutirá en el proceso de la investidura
Foto: El fiscal jefe, Gerardo Herrero, ojea la sentencia en presencia del presidente del TSJA, Ignacio Vidau, y con el delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, en medio, en la tribuna de la JGPA ayer.
Oviedo, J. A. ARDURA, en La Nueva España
Más incertidumbres. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) sembró ayer nuevas dudas sobre el escenario político regional, plagado de sobresaltos desde hace meses, y ahora tendrá que ser el Tribunal Constitucional, tras el recurso que presentarán los socialistas e IU, el que decida sobre el resultado de las elecciones del 25-M.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJA declaró la nulidad del escrutinio del voto emigrante de la circunscripción del Occidente, ordenó repetir esa votación en un plazo de tres meses y dejó sin efecto la adjudicación, por parte de la Junta Electoral Provincial, del escaño al socialista Francisco González, que había logrado su acta tras el recuento del voto emigrante a costa de Foro. Las dudas e interrogantes que plantea este fallo judicial han obligado a la Junta General del Principado a solicitar un escrito de aclaración sobre algunas lagunas que, a su juicio, tiene la sentencia. Los servicios jurídicos del Parlamento asturiano pedirán esas aclaraciones en los próximos días.
El tribunal formado por los magistrados Luis Querol, Antonio Robledo y Olga González-Lamuño estimó parcialmente el recurso presentado por el partido de Álvarez-Cascos contra el escrutinio del voto emigrante al considerar que no eran válidos 332 votos que llegaron directamente por correo certificado a la Junta Electoral Provincial sin pasar previamente por las oficinas consulares. Sin embargo, el tribunal no le devuelve a Foro el escaño número 13, que podría suponer la mayoría absoluta para los dos partidos del centro-derecha en el caso de que foristas y populares llegasen a un acuerdo, frente a los 22 diputados que sumarían PSOE, IU y UPyD.
Los 16 folios de la sentencia del TSJA, cuya ponente ha sido la magistrada Olga González-Lamuño, provocaron momentos de desconcierto entre los diputados, que fueron dando paso a las conjeturas sobre las consecuencias de un fallo judicial tan inédito en Asturias como trascendental para la configuración de las mayorías en el Parlamento regional. Las dudas se centraba ayer, sobre todo, en la forma en que debe resolverse la repetición del voto emigrante si finalmente el Tribunal Constitucional avala el fallo de los magistrados asturianos.
La mezcla de votos.
La sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJA establece que la mezcla de las 332 papeletas recibidas por correo con los votos llegados por vía diplomática «atenta a la exigencia garantista preconizada en la reforma de la ley electoral (LOREG) al haber faltado al principio de verdad material, arrojando un grado de confusión, frente al mantenimiento de los principios de objetividad y pureza del proceso electoral», que corresponde hacer efectivo a la Junta Electoral. Este fundamento de la sentencia del TSJA coincide con uno de los puntos del voto particular formulado por Juan José González Rivas, magistrado del Supremo y vocal de la Junta Electoral Central que había desestimado la reclamación de Foro, con la discrepancia del citado juez, considerado como «una autoridad» en la especialidad jurídica del contencioso. La ponente recuerda que en las elecciones de mayo de 2007 el Tribunal Constitucional sostuvo en otro caso, donde estaba en discusión un acta de concejal, que «la interpretación» de la ley orgánica «ha de efectuarse de tal modo que los contenidos, requisitos y límites que establece la ley orgánica del régimen electoral general no se vean enervados o alterados por aquella interpretación». Y también recoge jurisprudencia del Constitucional para defender que la anulación de esos votos procede cuando su recuento «altere el resultado final de una elección».
Procedimiento garantista. El TSJA sostiene que la reforma de la ley electoral, aprobada en enero de 2011, recogió expresamente que el voto emigrante debía llegar por vía diplomática. «Al determinar taxativamente que el envío del sobre debe ser dirigido a la Oficina Consular de la Misión Diplomática a la que el elector esté adscrito, su incumplimiento supone una vulneración del procedimiento legalmente establecido». La sentencia determina que el emigrante que envió sus papeletas directamente a Asturias «se ha apartado por razones únicamente a él imputables de las precisas reglas que en la legislación electoral regulan el ejercicio de votos de los residentes ausentes».
Estimación parcial.
El fallo del TSJA estima de manera parcial la pretensión de Foro, que, en primer lugar, pedía la anulación de todo el voto emigrante y el reparto de escaños según el escrutinio del voto presencial, el registrado en la jornada del 25-M en las urnas en Asturias, y que suponía un escaño más para los casquistas, que así obtendrían 13 diputados. Los magistrados han optado por la petición subsidiaria de que se repita el acto de la votación «al ser éste donde tuvo lugar el hecho irregular determinante de la nulidad de la admisión de votos no enviados por vía diplomática». Y en este punto, es donde surge una de las dudas, ya que para algunos diputados y expertos no está suficientemente claro que esa repetición del voto deba alcanzar sólo a los emigrantes del Occidente.
Relevancia y proporcionalidad.
El TSJA rechazó que la anulación del escrutinio por los 332 votos que tenían irregularidades sea una medida desproporcionada, como sostenían PSOE e IU, además de la fiscalía. Los dos partidos defendían que los votos puestos en tela de juicio por Foro no alteraron el resultado electoral, basándose en juicios de probabilidad y técnicas de ponderación estadística. Los magistrados asturianos recurren otra vez a la jurisprudencia del Constitucional que ha sostenido que, «si la Sala no logra alcanzar una conclusión cierta sobre el sentido de los votos emitidos, podrá decretar la nulidad de la votación celebrada en las mesas impugnadas». La ponente también da por buena la posibilidad de que el interventor de Foro no plantease queja alguna en el acta de la sesión de la mesa electoral sobre el escrutinio por separado de las papeletas objeto de polémica porque la ley electoral permite reflejar esas reclamaciones «en el día siguiente al acta del escrutinio general».
¿Quiénes podrán volver a votar?
Las dudas sobre el alcance de esta sentencia alcanzan también a quién podrá volver a votar, si finalmente el Constitucional ratifica la sentencia del TSJA. Los emigrantes asturianos en el exterior superan los 95.000, pero en las elecciones del 25-M llegaron, tras pedir el voto rogado, 4.019 votos, de los que 573 correspondían a la circunscripción occidental. Ahora, los jueces deberán precisar si la repetición del voto afecta sólo a los emigrantes del Occidente que habían pedido el voto rogado o si, por el contrario, podrán incorporarse todos los que ahora lo deseen.
¿Cómo afecta a la elección del Presidente?
En este aspecto también la Junta estudia pedir aclaraciones. La sentencia del TSJA determina que la repetición de las elecciones deberá materializarse en un plazo de tres meses, a contar desde ayer. En los pasillos de la Junta también había dudas ayer de si ese plazo puede interferir en el plazo para la elección del Presidente, que tiene como fecha tope el próximo 27 de junio.
Dudas sobre el número de electores a los que afectará el fallo
IU pide al tribunal que aclare cuántos votantes están llamados a la nueva convocatoria, un máximo de 21.223 y un mínimo de 573
28.04.12 - AIDA COLLADO | OVIEDO, en El Comercio.
La que resultó ser una de las jornadas más convulsas de la política regional vino y se fue, dejando a su paso no pocas interrogantes. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha anulado el escrutinio del CERA relativo a la circunscripción occidental y ordena la repetición de los comicios en un plazo de tres meses. Una parte de los asturianos residentes en el extranjero deberán, pues, volver a votar. Lo que no está tan claro es cuántos están llamados esta vez a las urnas. Porque, dependiendo de la interpretación de la sentencia, podrían poder ejercer su derecho al voto la totalidad de los censados, sólo aquellos que hayan solicitado el sufragio para participar en los comicios del pasado 25 de marzo o sólo los que, finalmente, hicieron efectivo su foto.
Y la diferencia de votantes, entre una y otra opción, es estratosférica. De los 89.821 electores residentes en el extranjero que tienen derecho al voto en las elecciones asturianas, 21.223 están censados en la circunscripción occidental. Y si todos ellos pudiesen participar en la repetición de los comicios, como apuntan desde algunas fuerzas políticas -IU informó ayer, por boca de Jesús Iglesias, de que se había pedido la aclaración de la sentencia-, el volumen de sufragios recibidos podría ser mucho mayor que el registrado en las pasadas elecciones de marzo.
Sin embargo, fuentes judiciales se inclinan más por pensar que serán apenas un millar de asturianos residentes en el extranjero los encargados de inclinar la balanza del equilibrio parlamentario. Porque, de las 4.826 solicitudes de voto rogado en Asturias, son poco más de 900 los que pertenecen a la circunscripción occidental. Como la sentencia del TSJA declara «la nulidad del escrutinio» del voto emigrante en dicha circunscripción, los defensores de esta tesis argumentan que, de este modo, también se da a entender que todo el proceso electoral previo es válido. El fallo, de hecho, especifica que se «declare la nulidad y repetición» de la Mesa de la CERA, teniendo en cuenta «el momento en que las irregularidades invalidantes se produjeron», para que «la nueva convocatoria electoral se limite al acto de votación».
Pero también es cierto que de solicitar el voto a luego hacer efectivo el sufragio hay un trecho. En toda Asturias, las elecciones del pasado marzo registraron 2.863 sufragios y sólo 573 pertenecían al Occidente.
Quienes concurran a las urnas esta vez decidirán sobre el futuro de una región siendo, en todo caso, una parte mínima del electorado del Principado. Y serán, por segunda vez, quienes tengan la clave. El PSOE necesita obtener a través del voto de la emigración una ventaja de 172 sufragios sobre Foro y, además, en función de las peculiaridades de la ley electoral, multiplicar por 1,5 las papeletas que consiga el partido de Francisco Álvarez-Cascos. Una historia familiar, ya que son las mismas condiciones que se daban hace un mes. Entonces, lo consiguieron. De los 573 votos validados inicialmente, los socialistas obtuvieron 290, frente a los 44 de Foro. De este modo, el PSOE ganó su 17 diputado, que sumados a los 5 de IU significaban 22 escaños. Los mismos que acumulaban Foro, con 12 diputados, y el PP, con 10. El único parlamentario de UPyD se convertía, así, en la llave del Ejecutivo asturiano. Hecho que podría cambiar ahora si la Justicia da finalmente la razón a Foro.
Cabe recordar, que en los últimos comicios participaron 412.265 votantes, sobre un censo de 782.089, y el número de votos válidos ascendió a 409.123. El PSOE fue el partido más votado y aventajó a Foro en 36.641 sufragios, mientras que superó al PP por 53.068. En total, los socialistas consiguieron en estas elecciones 161.159 votos; Foro Asturias, 124.518; PP, 108.091; IU, 69.118; y UPyD, 18.801.
Otras repeticiones
La repetición parcial de elecciones, como la decidida ayer por el TSJA, no es infrecuente en España, aunque sólo suele afectar a pequeños municipios. Ni siquiera es algo completamente novedoso en territorio astur. También volvieron a celebrarse las elecciones municipales del 13 junio de 1999 en Peñamellera Baja, después de que el PSOE denunciase que las urnas se abrieron antes del cierre de los colegios y advirtiese de numerosos errores en el censo.
Un caso similar al que se enfrenta la región, aunque no involucró al voto de los emigrantes, se dio en la provincia de Almería en las elecciones autonómicas del 23 de junio de 1990. En aquel caso el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía decidió repetir las votaciones en cinco mesas electorales, después de estimar un recurso del PP que alegaba que se permitió votar sin suficiente identificación.
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