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El viaje al pasado de la sanidad asturiana

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Los recortes del gasto que debe acometer el nuevo Gobierno regional pueden devolver los recursos sanitarios a un nivel similar al de 2007

Foto: Faustino Blanco promete su cargo.

Los datos .

Lne.es » Sociedad y Cultura Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

 

Los recortes del gasto que en los próximos días tendrá que ejecutar el Gobierno regional pueden llevar el presupuesto de la Consejería de Sanidad a unos niveles aproximados a los de la factura de 2007, cuando la sanidad pública asturiana costó a las arcas del Principado 1.423 millones de euros.

 

 

De confirmarse una cifra de este tenor, los recursos de los que dispondrá Faustino Blanco, nuevo titular de la Consejería, estarán muy alejados de los 1.649 millones que destinaban a sanidad los presupuestos que elaboró meses atrás el Gobierno de Foro Asturias y que se toparon con el rechazo del Parlamento regional. Al presentar dicha cifra, las autoridades sanitarias de Foro precisaron que con ella pretendían simplemente cubrir el coste real de los servicios sanitarios. Dicho de otro modo, reconocían que con ese dinero no enjugarían ni una mínima parte de los 303 millones de deuda con los que la sanidad asturiana cerró el año 2011.

 

 

El conjunto de la Administración regional deberá acometer de inmediato un ajuste del gasto cuantificado en 616 millones de euros. Ésa es la cifra fijada para el Principado por el Ministerio de Hacienda. Anteayer, el nuevo Consejero no quiso aclarar qué porción de esa cifra corresponderá a la Consejería de Sanidad. Sin embargo, existe la posibilidad de realizar predicciones con cierto fundamento si se considera que, por ejemplo, el presupuesto sanitario viene representando en Asturias en torno al 40 por ciento de los recursos globales con los que el Ejecutivo autonómico afronta cada ejercicio. Sobre esta base, el 40 por ciento de 616 millones rondaría los 250 millones de euros, cifra que, en efecto, conduciría a un montante similar al del gasto de 2007.

 

 

En sus primeras declaraciones después de tomar posesión, Faustino Blanco prometió «sensibilidad» a la hora de aplicar los recortes, y de alguna manera reconoció que la tijera, en su departamento, no podrá limitarse a realizar unos retoques cosméticos. «No se nos escapa que nuestra participación en el conjunto es muy importante y, por lo tanto, tenemos que ser solidarios con ese problema», señaló el titular de Sanidad, quien fuera el primer gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa) entre agosto de 1994 y enero de 1995.

 

 

El nuevo Consejero subrayó que «no podemos recortar como si la sanidad no fuera un servicio directo al ciudadano, y sin saber que los ciudadanos precisan de nuestra atención». Y fue categórico al enfatizar que «no vamos a paralizar la sanidad ni a que esto produzca una crisis en el modelo. Tenemos que consolidarlo».

 

 

Con todo, de algún lado tendrán que salir los ajustes sanitarios, sean del calado que sea. Algunas estimaciones iniciales señalan que la simple aplicación del real decreto ley que el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó el mes pasado con el objetivo de ahorrar en sanidad unos 7.000 millones de euros en el conjunto de España puede implicar para Asturias en torno a 150. Entre otras consecuencias, ese real decreto incluye el copago (o «repago») de los medicamentos, que acarrea que los pensionistas empiecen a abonar una parte del precio y que los trabajadores activos aumenten su aportación; que los usuarios hayan de abonar una parte de las prótesis ambulatorias (férulas, muletas, sillas de ruedas...), los productos dietéticos o el transporte sanitario no urgente; unos criterios más restrictivos a la hora de incorporar novedades farmacológicas y tecnológicas, o una serie de limitaciones en la asistencia que se presta a los inmigrantes irregulares.

 

 

De otro lado, Faustino Blanco aludió anteayer a los «nichos de ineficiencia» que existen «en todos los servicios, en éste también, por muy buena gestión que se haga», y precisó que «tendremos que repensar cuáles son, identificarlos y actuar». Dicho lo cual, es casi seguro que la Consejería de Sanidad deberá buscar partidas adicionales, y que algunas de ellas deberán afectar al capítulo de gastos de personal, que tradicionalmente absorbe alrededor del 50 por ciento de los presupuestos sanitarios. Epígrafes como las guardias, las «peonadas» (jornadas de quirófano vespertinas) o los volúmenes de contratación de interinos y eventuales pueden verse notablemente alterados en las próximas semanas.

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