Convocados dos días de huelga en Arcelor, que amenaza con nuevos cierres en España
La siderurgia afronta la primera gran protesta desde la reconversión
La multinacional se acoge ya a la reforma laboral para imponer la rebaja de salarios y aumentar la jornada
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Oviedo, Marián MARTÍNEZ
La plantilla de Arcelor-Mittal en España está convocada a dos jornadas de huelga general en este mes -el próximo día 20 y previsiblemente el 29- en contra de un nuevo modelo laboral que la compañía trata de imponer amparándose en la nueva legislación laboral y que se basa, sustancialmente, en reducir los salarios y aumentar la jornada laboral. Se trata de una convocatoria de paro inédita por un convenio colectivo y no sólo en la «era Mittal», sino incluso en la historia moderna de la siderurgia. Pese a las dificultades y a las duras negociaciones, siempre se había logrado un acuerdo. Las múltiples fuentes consultadas ayer, tanto en medios sindicales como empresariales, se remontaron a la época de la reconversión industrial (principios de los años noventa) en su esfuerzo por recordar cuándo la siderurgia asturiana y la española habían ido a un paro general conjunto.
La compañía también anunció a los sindicatos que hay «varias instalaciones» en serio riesgo de cierre en España. Aunque la empresa rechazó concretar, fuentes consultadas coincidieron en señalar, con todas las cautelas, hacia las plantas de largos en el País Vasco, en serias dificultades por el desplome del sector de la construcción, al que iba dirigido principalmente su producción.
El plan de Arcelor-Mittal para España es también inédito en las plantas de la multinacional en Europa. Eso sí, el propósito de la compañía es extender el modelo al resto de países, según señalaron distintas fuentes consultadas. Consiste en lo siguiente: congelar los salarios durante tres años, lo que acarrearía una pérdida media del 6% -se toma como referencia un IPC del 2% anual-, reducir la prima de producción un 10%, rebajar otro 3% la antigüedad y aumentar la jornada laboral en unos doce días, a casi 38 horas semanales. En conjunto, una rebaja del 25% de los costes laborales. A cambio, no compromete inversión alguna ni el futuro de la siderurgia, como exigen los sindicatos.
Las centrales sindicales, sin embargo, coincidieron ayer en dudar de que Mittal consiga su propósito en países como Alemania o Luxemburgo. «Allí la legislación laboral no es como en España. Aquí el Gobierno del PP le ha dado un cheque en blanco a las empresas para que hagan lo que quieran», coinciden en señalar los dirigentes sindicales. También muestran su convencimiento de que si Arcelor consigue su propósito, amparándose en la reforma laboral, se romperán las relaciones laborales y se abrirá la espita. «Será el ejemplo a seguir por el resto de empresas y multinacionales asentadas en este país. Y esto será un drama para los trabajadores», afirmaron.
Los sindicatos insistieron ayer en que están dispuestos a negociar, sabedores de las enormes dificultades que atraviesa el sector debido a la recesión y a la caída del consumo. De hecho, ya en el año 2009 pactaron una congelación salarial. Por eso acusan a la compañía de romper las negociaciones, que desde el primer momento amenazó con recurrir a la nueva reforma laboral para implantar su plan si las centrales no lo firman tal y como está diseñado por la cúpula de la multinacional.
La dirección de la multinacional en España y los sindicatos con representación en la compañía se volvieron a reunir ayer. Un nuevo intento que sólo sirvió para constatar la ruptura. La empresa se mantuvo en su postura, al punto de que aprovechó el encuentro para comunicar a los representantes de los trabajadores que daba por iniciado el plazo de 15 días que fija la nueva legislación laboral como obligatorio para trasladar información a los sindicatos.
Las centrales, en el mismo marco, trasladaron a la compañía la convocatoria de dos días de huelga general en el conjunto de las instalaciones siderúrgicas del grupo en España sujetas al acuerdo marco. Y es que las instalaciones de largos, excepto las de Asturias -Avilés y Gijón se consideran una sola planta-, están al margen, aunque su situación es extremadamente delicada. De hecho, la compañía ya adelantó que es previsible el cierre de más plantas en España, después de que el pasado mes de enero anunciase la clausura de la de Villaverde (Madrid), con una plantilla de casi cuatrocientos trabajadores.
El pleno del comité de empresa de Arcelor-Mittal en Asturias tiene previsto reunirse hoy para establecer la estrategia a seguir en los próximos días, en la que se incluirán numerosas asambleas informativas para los trabajadores. También en los próximos días se decidirá la segunda jornada de huelga, pendiente de los turnos y de la aplicación del ERE actual, que afecta a más de 1.000 trabajadores en la región. Aunque se ha propuesto el día 29, la fecha sólo es orientativa y podría variar.
La empresa, por su parte, mantiene un absoluto mutismo.
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