«El cáncer de colon mata al año a cuatro veces más personas que los accidentes»
«Para prevenir es aconsejable moderar el consumo de carne roja y aumentar el de fibra, vegetales y frutas»
Raúl Álvarez Obregón, en el quirófano. ángel gonzález
RAÚL ÁLVAREZ OBREGÓN Jefe del servicio de cirugía general de Cabueñes
Lne.es » Gijón Luján PALACIOS
Raúl Álvarez Obregón es el jefe del servicio de cirugía general y aparato digestivo del Hospital de Cabueñes y hoy inicia la nueva temporada del Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón en su nueva sede de Cajastur Monte de Piedad. Hoy impartirá la charla «Conozcamos el cáncer de colon» (20.00 horas), en la que desvelará, entre otros datos impactantes, cómo este tumor se cobra más vidas que los accidentes de tráfico. ¿La clave para hacer frente a esta enfermedad?: la detección precoz.
-¿Cómo ha evolucionado el cáncer de colon en los últimos años?
-Hoy día el cáncer de colon es el tumor más frecuente cuando se considera el global de ambos sexos. Según las cifras del Ministerio de Sanidad, se están diagnosticando unos 28.000 casos al año en España, una cifra muy alta. Y la mortalidad anda por 14.000, de manera que uno de cada dos de los diagnosticados con el tiempo van a ir mal. Es una mortalidad muy alta, más de cuatro veces los fallecidos por accidente de tráfico, que según las estadísticas andan por 3.000 muertos. Estamos hablando de un problema sanitario de primera magnitud y hay que prestarle atención.
-¿Cuál es la situación en Asturias?
-Es un problema global, con 600.000 muertos al año en todo el mundo, pero las cifras varían de un país a otro. Incluso dentro de España, donde Asturias está a la cabeza, y a lo largo de la última década la tasa de mortalidad ha ido aumentando. La última cifra del año 2004 revela que fallecen 440 personas en Asturias al año por esta causa. Si se compara con Madrid, la tasa es de casi la mitad, y en Canarias es mucho menor aún.
-¿Por qué estamos en cabeza?
-No hay una causa diagnosticada; lo que se sabe es que hay factores de riesgo. Está claro que la edad es uno de esos factores, ya que más del 90 por ciento de los casos aparecen en mayores de 50 años. Y la edad media de Asturias es más alta que en otras comunidades. Otras causas vienen dadas por el tabaco, el alcohol, la obesidad, la vida sedentaria... Aparte de los casos esporádicos, que aparecen sin una relación hereditaria, hay factores externos que favorecen la aparición del cáncer. Por ejemplo, la población oriental que vive en California, con los mismos factores genéticos que la población asiática, tiene en cambio un patrón de desarrollo distinto a los cánceres que se ven en sus países de origen.
-¿Hasta qué punto influye la genética?
-Los dos tercios de los cánceres de colon que se diagnostican son los que no tienen características genéticas, sin parientes con antecedentes. Está calculado que el riesgo de padecer cáncer en ese grupo sin factores de riesgo es del 5 por ciento. De cada 20 personas que nacen, uno va a tener un cáncer de colon. Hay otros grupos en los que entran en juego familiares en primer grado con cáncer de colon, y ahí anda entre el 10 y el 30 por ciento de posibilidad de tener un cáncer. Y por último, está el grupo de riesgo elevado, con trastornos genéticos bien conocidos, con individuos en los que desde muy jóvenes aparece el cáncer, con cánceres múltiples y donde normalmente no se sigue el mismo patrón que el cáncer del anciano. En esta franja la probabilidad de desarrollar un cáncer es del 50 y el 100 por ciento si no se operan.
-¿Cómo prevenirlo?
-Hay centenares de estudios científicos sobre recomendaciones de prevención. Yo aconsejo moderar el consumo de carne roja muy hecha o en contacto con fuego, el típico chuletón a la parrilla. Hay que comer mucha fibra, vegetales y frutas... Luego están otros factores como el tabaco, el alcohol y el sobrepeso que también hay que evitar.
-¿Ha mejorado el diagnóstico?
-Del mismo modo que se ha conseguido implantar las revisiones ginecológicas con las que se ha reducido la incidencia de cánceres como el de cuello de útero o de mama, en el cáncer de colon se está tratando de aplicar pruebas de diagnóstico. Hay una serie de recomendaciones para detectar pólipos, como las exploraciones con tacto rectal, las colonoscopias o la prueba de sangre oculta en heces. Esta última prueba es sencilla, y es aconsejable que todo el mundo vaya haciéndosela. Y desde luego a los 50 años todo el mundo debe hacerse una colonoscopia.
-¿Cuándo hay que empezar a preocuparse?
-Si alguien tiene sangre en heces, tiene que ser investigado, hay que ir al médico y mirarse. Otro síntomas es la diarrea, pero la sangre es muy importante. En cuanto a qué pasa una vez que se diagnostica, lo primero que hay que tener en cuenta es que cada caso es distinto, y por lo tanto la supervivencia o cómo evolucionan los casos tienen que ver con ello. El 85 por ciento de los cánceres de colon y recto se operan. El 70 por ciento de los que se operan se hace con intención de curar. Pero hay que saber que, cuando se presenta, uno de cada cuatro o cinco tienen metástasis hepática, el estadio más avanzado. En términos de supervivencia se curan en la categoría primera, en los primeros estadios de la enfermedad, un 96 por ciento. En la segunda categoría, los que no tienen ni ganglios ni metástasis, un 87 por ciento. Los que tienen ganglios afectados, se curan el 55 por ciento. Y con metástasis, sólo se cura un 5 por ciento. En global, es casi una moneda al aire: uno de cada dos puede curarse, y uno de cada dos va mal.
-¿Cuál es el futuro del tratamiento de la enfermedad?
-En cuanto al diagnóstico, con el tiempo se va a ir desarrollando la colonoscopia virtual. Ya no se mete un tubo como tradicionalmente, sino que con técnicas de reconstrucción de imágenes digitales tomadas por escáner se puede reconstruir el interior de las paredes del colon. Por otra parte, hace unos años se está desarrollando la cirugía que se aplica en el tumor del hígado, por la que se pueden eliminar los nódulos de pequeño tamaño localizados. Y por último, los fármacos que se usan en quimioterapia han ido evolucionando y mejorando, de manera que los tumores avanzados con metástasis tienen más esperanza de supervivencia a largo plazo ahora que antes.
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