La crisis agrava la desigualdad entre Asturias y las comunidades más ricas
El Comercio. 23.09.12 - 02:40 - ANDRÉS SUÁREZ | OVIEDO.
Con todo, el Principado no es de las autonomías peor paradas; su riqueza cayó un 1,7% en cuatro años frente al 2,5% de media nacional
Aumenta la diferencia entre el PIB per cápita vasco, navarro, catalán o riojano y el asturiano
País Vasco y Navarra, a la cabeza en PIB per cápita, tienen sistema de financiación propio
El desplome de algunas regiones ha sido brutal: la riqueza valenciana cayó un 5% desde 2008
País Vasco y Extremadura, polos opuestos del desarrollo económico
La crisis ha supuesto un golpe muy severo para el desarrollo económico de España en su conjunto y de las autonomías en particular. Pero no todas se han visto afectadas por igual. Los datos constatan que las comunidades más dinámicas han resistido mejor el impacto de la recesión -siempre con alguna excepción, evidentemente- mientras que las más desfavorecidas están pasando peor el trago. Así las cosas, desde 2008 la desigualdad territorial, que con el inicio del nuevo siglo se había ido amortiguando, ha vuelto a crecer. La situación de Asturias en este escenario refleja algunos pros y algunos contras. La distancia que separa al Principado de las regiones más ricas, caso de País Vasco, Navarra, Cataluña o La Rioja, ha aumentado. Sin embargo, el impacto del tsunami financiero sobre la economía asturiana ha sido menor -una caída del PIB del 1,7% entre 2008 y 2011- que la media nacional, establecida en el 2,5%.
El análisis está hecho atendiendo a los datos del Ministerio de Hacienda sobre el PIB per cápita, que si bien no es un indicador exacto para medir el bienestar de un territorio y presenta ciertas debilidades, sí es el único que existe y se puede tomar como referencia. Utilizándolo como base, se constata que la brecha territorial, lejos de reducirse, ha crecido en los años en que la crisis ha arremetido con fuerza contra la economía española. Y continúa haciéndolo, sin que de momento se vea la luz al final del túnel.
De las cinco comunidades con un PIB per cápita más alto, cuatro están entre las que mejor han soportado el ciclón. Se trata de País Vasco y Navarra, cuya riqueza incluso se ha incrementado en estos años, y Cataluña y La Rioja, que si bien han visto como su actividad se ha resentido, lo ha hecho en términos bastante inferiores a la media.
Las más débiles
En el otro extremo de la balanza están los territorios que presentan mayores debilidades. En términos de PIB per cápita, la Comunidad Valenciana, Ceuta, Canarias, Murcia, Castilla-La Mancha, Melilla y Andalucía son las regiones menos prósperas del país. Y son, también, las que entre 2008 y 2011 se han llevado un golpetazo mayor. El Producto Interior Bruto valenciano, por poner un ejemplo que resulta especialmente significativo, ha retrocedido un 5,2%. El castellanomanchego, un 4,8%. En ese mismo periodo de tiempo, el País Vasco ha avanzado un 1%. Navarra lo ha hecho en un 0,4%.
¿Y Asturias? Ha sufrido los rigores de la crisis, es evidente. La distancia con los territorios más prósperos ha aumentado. Si se analiza el PIB per cápita tomando el índice español como 100, el Principado está en 94,4 puntos mientras el País Vasco está en 134,4 y Navarra, en 129,2. Cataluña está en 117,8 y La Rioja, en 112,2 puntos.
Pero la merma que ha sufrido Asturias en su avance económico ha sido inferior al de muchas otras comunidades y también a la media nacional. El 1,7% de caída de su PIB está por debajo del 2,5% que el Ministerio de Hacienda sitúa como baremo de referencia para el periodo 2008-2011. Es un descenso inferior al de territorios teóricamente más desarrollados, al menos según este análisis en función del PIB per cápita, como Madrid (-3,8%) o Baleares (-4%).
La queja de Cataluña
El hecho de que País Vasco y Navarra sean las dos comunidades mejor colocadas en este escalafón da para muchos análisis. Uno de ellos es el que sirve al Gobierno catalán para sustentar en parte su exigencia de un pacto fiscal, en la medida en que los dos territorios más ricos son los que gozan de un sistema de financiación propio.
Una realidad que, con todo, también tiene sus matices. Un reciente análisis de Funcas destaca que si bien esas ventajas en la financiación son reales, también influyen otras variables. Cita, por ejemplo, el menor incremento de la población en la última década en ambas comunidades, así como su menor exposición al ladrillo en los tiempos de expansión y gloria de la burbuja inmobiliaria.
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