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El misterio del coste de una huelga general Los sindicatos, convencidos de que la región se «paralizará»

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La disparidad de la incidencia del paro en los distintos sectores dificulta conocer con exactitud lo que pierde el país con la protesta

Lne. Valencia / Oviedo, V. ROMERO / M. MARTÍNEZ
Se ha convertido en tradición especular sobre el coste que para la economía de un país tiene una huelga general. La patronal estima que con un seguimiento medio del 35% España puede perder 1.000 millones de PIB. Sin embargo, la disparidad de incidencia según los sectores dificulta el cálculo. Lo que está claro es que quien hace huelga pierde un día de salario y de cotización.


Han sido contadas las ocasiones en que los responsables políticos ofrecen cifras cerradas sobre el coste económico que una convocatoria de huelga general ha tenido en España. En la etapa de José María Aznar, su entonces vicepresidente económico, Rodrigo Rato, apenas se atrevió a lanzar el dato de que cada trabajador que hiciese huelga perdería de media 70 euros. Ésta es la única magnitud que puede determinarse claramente. Las empresas descuentan un día de salario con la parte proporcional de las pagas extra y comunican una día de baja en la cotización a la Seguridad Social. Es un dinero que se ahorra el empresario. En cambio, la empresa no podrá descontar la parte correspondiente de la nómina si cierra o paraliza la producción por decisión propia y no por causas ajenas a su voluntad.


Las vacaciones tampoco son descontables en una huelga general, como tampoco se puede obligar al empleado huelguista a recuperar las horas perdidas. En caso de que la empresa aplique descuentos que no tocan u obligue a recuperar horas no realizadas, el trabajador puede interponer demandas individuales y recuperar lo perdido ese día. Es la empresa la que tiene que probar que el recorte salarial es legal.


Puede darse la circunstancia de que, como consecuencia de los piquetes, las manifestaciones o el corte en los transportes, un trabajador no pueda llegar a su empleo. En este caso, la empresa puede descontar la jornada de sueldo, pero debe cotizar a la Seguridad Social.


El huelguista tiene la posibilidad de calcular cuánto le costará hacer huelga dividiendo el salario bruto mensual por los 30 días del mes. Se calcula además la parte proporcional de la paga extra. La media de pérdida viene a ser de unos 90 euros, aunque está cantidad depende del nivel salarial de cada trabajador que opte por sumarse al paro.


El coste que una huelga general puede representar para la riqueza económica del país es uno de los principales argumentos de los sectores contrarios a la convocatoria. La patronal CEOE calcula que con un seguimiento medio del 35%, el paro puede reducir 1.000 millones de euros el producto interior bruto anual. La cifra se obtiene de dividir el PIB entre el número de días laborables de España. En realidad el dato es el valor de producción española de un día. Así, con un seguimiento masivo, sin tener en cuenta los servicios mínimos, el coste superaría los 4.000 millones de euros.


El problema es que la última convocatoria de huelga general, la del pasado 29 de marzo, hubo mucha disparidad de seguimiento en función de los sectores económicos. Mientras la gran industria y empresas ubicadas en los polígonos industriales cerró o fabricó al mínimo, comercios y empresas de servicios apenas tuvieron incidencias. Mayor fue el seguimiento en la Administración pública. Esto complica el cálculo de coste de la huelga, porque cada sector hace una aportación distinta al PIB nacional. A todo esto hay que sumar el elevado número de parados que comparte la protesta pero no pueden hacer huelga porque no trabajan.


Lo que es impredecible es el coste sobre la «marca España» en el exterior. Ésta está ya bajo mínimos, así que nuevas imágenes de protestas en la calle redundan en la sensación que ya tienen los mercados sobre la situación interna del país. Hay quien opina que muchos inversores escudriñan más la reacción que tiene los gobernantes al paro general y si mantienen sus reformas.


España ha vivido ocho huelgas generales desde que se restableció la democracia. De ellas, seis fueron de 24 horas, otra de media jornada y una con un paro de una hora de duración.


Los tres predecesores del actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tuvieron su huelga general, y todos por reformas laborales. Rajoy también ha tenido una por ese mismo motivo, el pasado marzo. Ahora es por sus políticas de recortes.


La mayor huelga general de la historia de España fue a Felipe González (PSOE), el 14 de diciembre de 1988. Según las hemerotecas, unos 8 millones de trabajadores secundaron el paro de 24 horas, el 90% de la población activa según los cálculos que se realizaron entonces. Luego fue la que le tocó a José María Aznar (PP), en el año 2002, motivada por el famoso «decretazo». José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) tuvo que afrontar su particular huelga general en el año 2010, que tuvo menos éxito de lo que esperaban los sindicatos convocantes.

Los secretarios regionales de UGT, Justo Rodríguez Braga, CC OO, Antonio Pino, y USO, Francisco Baragaño, participaron ayer en el reparto de propaganda sobre la huelga general del próximo miércoles, día 14. Tras incidir en la importancia de «paralizar» la región y mostrar su confianza en que el paro consiga un apoyo «masivo», Pino criticó que el Gobierno trabaje «la estrategia del miedo», y que la patronal CEOE haga «de antipiquete». «Pero merece la pena vencer el miedo, porque las consecuencias de las medidas van a ser mucho más lesivas», afirmó. En la imagen, los dirigentes sindicales, durante el reparto de propaganda, ayer, en Oviedo.

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