El copago y su repercusión sobre la utilización de medicamentos por los pensionistas
Marciano Sánchez Bayle | Portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
nuevatribuna.es | 26 Febrero 2013 - 18:49 h.
El establecimiento de copagos sobre los pensionistas a partir de la aprobación del RD Ley 16/2012 ha producido una nueva situación en la que las personas que hasta ahora recibían medicamentos gratuitos en el momento del uso pasaron a tener que pagarlos en parte al retirar las recetas de la farmacia de acuerdo a baremos un tanto exóticos (10% del coste PVP con unos topes de 8 € por persona y mes para rentas inferiores a 18.000 €, 18 para rentas entre 18 y 100.000€ y 60 € mensuales para rentas superiores). Además se excluyo de la financiación pública a 417 medicamentos que pasaron a ser pagados al 100% por las personas que los consumían.
A fin de conocer la repercusión práctica de estos copagos sobre la utilización de medicamentos por los pensionistas desde la FADSP se ha realizado una encuesta en los centros de salud, realizada por 30 médicos generales, de la Comunidad de Madrid a los pensionistas que acudieron a consulta no urgente. Los médicos fueron seleccionados en centros de salud que cubrieran las diferencias socioeconómicas de la Comunidad y los pacientes encuestados elegidos de manera aleatoria, y se recogieron datos generales de consumo de medicamentos y renta de los pensionistas.
Las encuestas (992) fueron efectuadas en los meses de noviembre y diciembre de 2012, es decir antes de la instauración de la tasa del euro por receta, ofrecieron algunos resultados no por esperados menos significativos.
El establecimiento del copago sobre los pensionistas tiene una clara repercusión en cuento a la disminución de la renta disponible de estos. Supone 11,18 € de promedio mensual por persona, lo que en familias con 2 miembros (lo mas frecuente entre los encuestados, el 61,39% de los casos) hay que multiplicar por 2.
Se detecto que un porcentaje elevado de los pensionistas (el 16,83%) no retiraron alguno de los medicamentos prescritos a partir del establecimiento del copago y que esta no retirada de medicamentos es significativamente superior en las rentas mas bajas, de manera que el 27,29% de los que tenían una renta inferior a 400 € mensuales no retiraron de la farmacia los medicamentos prescritos (el 13,69% en rentas entre 400 y 800 € y el 1,5% en las rentas superiores a 800 €/persona/mes).
Por otro lado un total de 596 personas (60,08%) consumían alguno o varios de los medicamentos excluidos de la financiación pública. De ellos 248 (25% del total, el 41,61% de los que los consumían) siguieron haciéndolo con un coste medio mensual de 7,06 €, que habría que sumar en estos casos al copago farmacéutico.
Además de las 167 personas que dejaron de utilizar un medicamento prescrito, un total de 20 siguieron consumiendo medicamentos excluidos de la financiación, es decir optaron por consumir medicamentos para síntomas menores abandonando otros medicamentos que están considerados como de mayor utilidad terapéutica.
El estudio deja en evidencia algunas cuestiones importantes:
1) El copago en los pensionistas ha producido el efecto que ya se había denunciado previamente, y ya objetivado en otros países, es decir los pensionistas han dejado de consumir medicamentos prescritos, en porcentaje mayor según menor es su nivel de renta, por lo que ha perjudicado sobre todo a los mas pobres.
2) El copago efectuado y las recetas no consumidas son la causa principal de la disminución del gasto por recetas evidenciado por las estadísticas oficiales, es decir no se ha reducido realmente el gasto sino que este se ha trasladado el gasto a los bolsillos de los pensionistas.
3) Todavía esta por analizar la repercusión sobre la salud de esta no utilización de medicamentos recetados pero en cualquier caso es previsible que la suspensión de los tratamientos prescritos produzca un empeoramiento de las enfermedades de base, una descompensación de las mismas e incluso un aumento de la mortalidad.
4) Además hay que tener en cuenta que se han establecido mas recientemente otros copagos (dietas, transporte, prótesis y ortesis) cuyo impacto es acumulativo al reflejado en este estudio.
Todos los datos evidencian que el objetivo del copago es fundamentalmente recaudatorio y que solo tienen efecto disuasorio en las personas con menor renta, naturalmente a costa de su salud, y que ha servido para disminuir aun más el poder adquisitivo de los pensionistas.
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