«Colapso financiero» en la sanidad pública catalana
El Govern admite que la situación está mucho peor de lo que se pensaba y afirma que no tendrá consecuencias en la atención al usuario
La situación de la sanidad pública catalana está mucho peor de lo que se pensaba. El consejero de Salud, Boi Ruiz, admitió este martes que las cuentas del servicio catalán de salud se encuentran en estado de «colapso financiero». Que además podrían ir a peor si la Generalitat acomete el recorte de 4.000 millones (en todo el presupuesto, no solo en salud) que el Gobierno central le exige para cumplir con el objetivo de déficit, fijado para las autonomías en el 0,7% del PIB para esta año. «Es absolutamente imposible plantearse una política sanitaria como la que tenemos en estos momentos con un objetivo de déficit del 0,7%», dijo el consejero.
En cualquier caso, señaló que la situación de «colapso financiero” de momento no influye a la atención sanitaria que reciben los catalanes y que espera que continúe siendo así, aunque tampoco lo afirmó con contundencia. «Creemos que este colapso financiero no tendrá consecuencias sobre la atención de los ciudadanos», afirmó. Desde las organizaciones de defensa de los usuarios de la sanidad no comparten este diagnóstico, ya que afirman que las listas de espera han aumentado un 51% en dos años, según datos de la plataforma de afectados de los recortes. Los que también están sufriendo el colapso de la tesorería son los farmacéuticos, otros proveedores sanitarios y de servicios públicos, que acumulan meses de impago por parte de la administración catalana.
En el caso de los farmacéuticos, están en pie de guerra contra el Govern y este martes votaron las acciones de protesta que emprenderán para denunciar los impagos. Al cierre de esta edición, aún se desconocía si las 3.000 farmacias que hay en Cataluña emprenderán acciones legales para reclamar los intereses de demora del retraso, si convocan una manifestación, recogen firmas para pedir al Parlament que priorice el pago de los medicamentos dispensados o si vuelven a ir a la huelga. La Generalitat atribuye la deuda al retraso del Gobierno central en la transferencia de recursos del fondo de liquidez autonómico y a los recortes que le obliga el objetivo de déficit. Sus socios de gobierno, ERC, afirman que si Cataluña quiere cumplir con el 0,7% de déficit tendrá que cerrar el Hospital de Bellvitge, el de la Vall d’Hebron y el Clínic, los tres mayores centros de la comunidad.
El caso es que ya llueve sobre mojado, en este sentido, ya que Cataluña ha liderado el ajuste autonómico, al reducir un 12% su gasto en sanidad en los dos últimos ejercicios, pasando de los 1.346 euros por cada ciudadano en los Presupuestos de 2010 a los 1.184 euros en 2012. Se especula además con que el Govern, que el año pasado aprobó el llamado copago sanitario o farmacéutico, que suponía el cobro de un euro por receta, suspendido por la decisión del Gobierno de llevar la tasa al Constitucional, tiene en mente un plan privatizador de la sanidad pública que, de llevarse a cabo, dejará en manos de empresas 13 grandes instituciones sanitarias públicas.
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