Tras la huella del cáncer
Dicho experto resumió los proyectos relacionados con la epigenética del cáncer en los que ha venido trabajando durante los últimos años la Unidad que dirige el doctor Mario Fraga, y entre otros se refirió a un trabajo realizado sobre más de 1.600 muestras de pacientes, entre los que había representados más de 800 tumores primarios. «En ese trabajo concreto identificamos alteraciones epigenéticas específicas asociadas a cada tipo tumoral». Se confirmó la alteración epigenética de muchos genes concretos que otros grupos de investigación habían descrito previamente, pero, al analizar gran cantidad de tumores y genes al mismo tiempo, se pudo asignar una seña de identidad a cada tipo tumoral. El uso de esta huella epigenética la utilizaron con éxito en la identificación de metástasis de origen primario desconocido.
Dentro del campo de la biomedicina, precisó Fernández, la epigenética ha ido adquiriendo gran relevancia. La metilación del ADN (marcas químicas específicas sobre la secuencia del ADN) ha sido el mecanismo epigenético más estudiado. El equipo de Epigenética del HUCA-IUOPA lleva más de diez años trabajando en este campo. «La aparición de tecnologías de última generación nos permite hacer estudios epigenéticos exhaustivos en regiones del genoma inexploradas hasta ahora, y por ejemplo se ha encontrado un gran número de alteraciones en regiones que se consideraban como ADN basura».
La importancia de estos hallazgos es que facilitarán, en realidad ya lo hacen, el diseño de terapias cada vez más personalizadas y ajustadas a cada tumor. En la actualidad ya existen fármacos dirigidos a revertir las alteraciones epigenéticas y, entre ellos, destacan los agentes demetilantes de ADN. Según detalló Agustín Fernández, investigador asociado al programa Miguel Servet del Instituto Carlos III, en el HUCA se utilizan para combatir determinados tipos de leucemias y síndromes mielodisplásicos, también conocidos como preleucemias.
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