Evacuar Calor y Café como reválida de máster
El barrio de Laviada fue ayer escenario de una recreación de catástrofe en el edificio que ocupaba Calor y Café. Una práctica para los estudiantes del postgrado en enfermería de urgencias y emergencias avanzadas que contó con la complicidad de buena parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad de la ciudad para darle mayor realismo y verosimilitud.
El simulacro, que provocó restricciones de tráfico y aparcamiento en el entorno de la calle diario El Comercio, movilizó a más de un centenar de efectivos entre Policía Local, bomberos, Cuerpo Nacional de Policía, Samu, ambulancias, Asociación de Enfermería y la Escuela de Enfermería de Cabueñes. 26 alumnos de tercer curso de este centro adscrito a la Universidad de Oviedo fueron las víctimas del simulado siniestro. Seis de ellos se caracterizaron como heridos de carácter muy grave (con mutilaciones incluso) y a otros dos les tocó representar el papel de cadáveres del suceso.
El ejercicio dio comienzo a las 11 horas con un estruendo de explosión (la detonación de una traca) en el interior del edificio de dos plantas y bajo situado en frente del Albergue Covadonga. A partir de ahí se activó el protocolo de actuación que se seguiría si, en cualquier momento, un edificio habitado de la ciudad se viera colapsado por una emergencia de este tipo y con afectación a la fachada incluida.
Lo primero fue declarar como zona segura el inmueble siniestrado, tarea encomendada a los bomberos, para posteriormente permitir la entrada sin riesgos de los sanitarios y proceder al traslado de las víctimas a la explanada de aparcamiento anexa. Una vez allí se identificó y se realizó un primer tratamiento de los heridos, un grupo de jóvenes con cortes, brechas y laceraciones.
A continuación se organizó la atención en un hospital de campaña y el reparto para la evacuación urgente de las víctimas graves a los distintos centros hospitalarios asturianos.
Los vecinos del barrio estaban sobre aviso de lo que iba a suceder desde hace días, así que no hubo sustos indeseados ante la sucesión de sirenas e idas y venidas de ambulancias y vehículos del área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento y del Cuerpo Nacional de Policía. De hecho, decenas de curiosos siguieron el desarrollo de la práctica de emergencias a pie de calle y desde las ventanas de sus hogares.
Repercusión
Pablo García Mata, miembro de la Asociación de Enfermería de Urgencias y Emergencias del Principado de Asturias (ASENPA) y uno de los coordinadores del simulacro con múltiples víctimas, resaltó que esta práctica de reválida del máster «cada vez adquiere mayor repercusión» tras los simulacros realizados en años anteriores en la explanada del Acuario y el entorno de El Molinón.
La inspectora de Policía Yolanda Suárez destacó que este tipo de simulacros permiten a las fuerzas y cuerpos de seguridad «ensayar y mecanizar los protocolos de actuación para mejorar la eficacia de la respuesta y la coordinación entre mandos» en casos auténticos. El edil de Seguridad Ciudadana, Rafael Felgueroso, también estuvo pendiente de las evoluciones del ejercicio durante las dos horas que duró.
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