Del nunca máis al outramáis
La sentencia del Prestige ha terminado por convertir aquel desesperado grito de nunca máis en un nuevo lamento frente a outramáis, en esta España castigada por el suma y sigue de despropósitos.
nuevatribuna.es | José Manuel Rambla | 13 Noviembre 2013 - 18:55 h.
La sentencia del Prestige ha terminado por convertir aquel desesperado grito de nunca máis en un nuevo lamento frente a outramáis, en esta España castigada por el suma y sigue de despropósitos. Si todavía no se ha podido superar el sonrojo de ver archivado cualquier intento de investigar los crímenes del franquismo y aún resuena la decisión de dejar sin condena el accidente del metro de Valencia que acabó con la vida de 43 personas, ahora el mazo de la justicia vuelve a golpear nuestro ánimo al dejar inmune también la mayor catástrofe ambiental registrada en la historia de este país.
Con todo, la sentencia de la Audiencia Provincial de A Coruña tiene la virtud de ponernos ante el espejo. Porque el fallo, consigue representar con total nitidez el panorama al que deben enfrentarse los españoles: el de un país transformado en un gastado barco a la deriva, cuyo hundimiento nos impregna a todos con el fétido chapapote de la indignidad y la corrupción. Es la crónica de un naufragio colectivo anunciado del que, claro está, nadie es culpable: ni el capitán que dirige la nave, ni de los responsables del gobierno que presidía José María Aznar, el mismo prohombre, por cierto, que estos días nos recordaba con sus memorias el eterno agradecimiento que le debemos por haber sido ungido para sentarse a la derecha de Bush en las Azores y empujarnos a todos en aquella gran tragedia que fue –y sigue siendo para los iraquíes- Iraq...(leer más)
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