Entrevista en La Nueva España al Jefe de Planificación de la Escuela Nacional de Sanidad
«Letra y música de la gestión clínica son las correctas, sólo falta que comience el baile»
«No es igual externalizar la limpieza del hospital que la asistencia hospitalaria donde hay riesgo de gestión temeraria»
JOSÉ RAMÓN REPULLO Jefe de Planificación de la Escuela Nacional de Sanidad
Oviedo, Eduardo GARCÍA, para La Nueva España
-La Consejería de Salud habla maravillas del modelo de gestión clínica que quiere implantar, y la mayoría de los médicos lo rechaza. ¿Quién tiene razón?
-Estamos ante un sector que cambia mal. Falta flexibilidad de columna entre los profesionales que buscan otros incentivos de tiempo y satisfacción laboral y no sólo el aspecto económico.
José Repullo es jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad y ayer dio una ponencia en el Foro de Debate sobre la Sanidad Pública Asturiana en el Horizonte del Siglo XXI que organiza el Real Instituto de Estudios Asturianos y codirige Juan Luis Rodríguez-Vigil.
-Pero la gestión clínica, ¿funciona o no funciona?
-Digamos que la letra y la música son las correctas, pero no es fácil que empiece el baile. Yo tengo oportunidad de recorrer distintos países de nuestro entorno y allí el modelo funciona.
-¿Países como...?
-El Reino Unido, Portugal o Suecia, donde hay centros de salud con una autonomía tan enorme que funcionan como si fueran pequeñas entidades privadas con una gran capacidad de decisión y con una cultura profesional de que cada palo aguante su vela. Eso genera algo muy bueno que es el autocontrol. Hay que fomentar el profesionalismo, la capacidad de autoorganizarse y la autonomía de los médicos. Desde 1948, por ejemplo, la carrera profesional de los médicos británicos es gestionada por sus propios compañeros.
-Eso es impensable en España.
-No lo crea. Si se estimula el profesionalismo, los españoles podemos ser perfectamente británicos. Lo que pasa es que en España seguimos teniendo un sistema muy funcionarial.
-Muchos médicos de familia son muy buenos profesionales pero están desmotivados. Es un hecho.
-Hay cierto nivel de insatisfacción profunda. El médico siente que ha perdido la estima y el reconocimiento social. Mantenerse al día en Medicina es muy difícil, los pacientes siempre esperan una respuesta y una solución del médico y eso genera ansiedad. Somos incapaces de asumir nuestra mala salud. El problema es antropológico, y no hay cambios sociales si no hay cambio de mentalidad. De la gente y de los médicos. Y hacerlo con una práctica clínica sensata y racional. Efectividad pero también afectividad.
-Algunas autonomías están apostando decididamente por modelos de gestión privada de servicios sanitarios.
-De por sí la gestión privada no es mala, siempre que estén claras las cantidades, las calidades y los precios, que el mercado sea transparente y que no demos lugar a monopolios. El gran problema es que cuando queremos comprar servicios asistenciales se producen fallos, nos arriesgamos a caer en la tentación de gestiones temerarias y se obliga al sector público a entrar al rescate. Pasó ya tres veces con la Fundación Jiménez Díaz.
-La gente oye hablar de privatización de la sanidad y se pone de los nervios.
-Comprendo la resistencia. La Sanidad es un servicio público con un rango enorme y a coste social asequible. Pero hay que discriminar servicios. No es lo mismo externalizar la asistencia hospitalaria que la limpieza o el mantenimiento. Las grandes empresas, del sector que sean, nunca externalizan lo que es el área central de su negocio.
-O sea, servicios privados, pero sólo como complemento.
-Sí. Incluso puede haber externalización de servicios hospitalarios a empresas que no sean privadas, y que estén muy especializadas en áreas concretas. Por ejemplo, en la lavandería.
-¿Hacia dónde vamos en materia de infraestructuras hospitalarias?
-Hacia un hospital de 200 o 250 camas, centros de proximidad muy flexibles, pequeños y con plantillas jóvenes. Son lo que en argot se denominan «lanchas rápidas».
-Pues el futuro HUCA no se parece en nada a ese modelo.
-Pero es que el sistema no sólo se puede componer de «lanchas rápidas», sino también de «transatlánticos».
0 comentarios