COMUNICADO FINANCIACIÓN SANITARIA EN ASTURIAS

 

La FSSA-CCOO considera el actual debate sobre los costes de la sanidad asturiana poco serio
El debate que se está llevando a cabo en los medios de comunicación asturianos es frívolo y de bajo nivel y se está convirtiendo en la típica “serpiente de verano”
20 de agosto de 2009

 

En las últimas jornadas hemos asistido a la proliferación de declaraciones  relativas a los problemas de financiación del Gobierno del Principado de Asturias para hacer frente a las nóminas de los empleados de la sanidad o a los gastos de los servicios sanitarios iniciado desde el propio PSOE, cuyos máximos responsables incurren en contradicciones que confunden a la población; IU no se atreve a poner encima de la mesa del gobierno medidas antipopulares; la FADE, que no firmó el anexo del ACEBA sobre la sostenibilidad de los sistemas sanitario y educativo, defiende a sus socios que solo ven la sanidad como fuente de beneficios; el PP se presenta como sobrevenido defensor de lo público y alerta contra las intenciones privatizadoras sin ningún rubor, olvidando su ideario político y sus actuaciones donde disfruta del poder.

 

La FSSA-CCOO ha denunciando reiteradamente la mala gestión de las transferencias sanitarias, insuficientemente dotadas para garantizar la cobertura asistencial. Recientemente, el pacto de financiación autonómica se saludó como la panacea que a todos contentaba y que reinventaba las matemáticas, puesto que a todos los situaba por encima de la media. Un mes después parece que cunde el pánico ante los efectos perversos de la crisis sobre la recaudación tributaria. No es de recibo que, para justificar la negligencia en la gestión de las transferencias sanitarias y los errores de organización, se utilicen unos costes salariales que ya estaban previstos y  fueron aprobados en los últimos presupuestos. La principal causa del incremento de estos costes en los últimos ejercicios fue la imperiosa necesidad de corregir las enormes diferencias retributivas con el resto de las comunidades autónomas para garantizar la equidad del sistema.

 

CCOO mantuvo en su día que los 744 millones de euros transferidos eran claramente insuficientes: por contar Asturias con una población muy envejecida, por la previsible demanda de homologación salarial con el resto de los servicios de salud y por la necesidad de financiar el nuevo HUCA una vez que se decidió renunciar a los 140 millones de euros que sufragaba el Gobierno de Aznar. Al final, la obra fue posible gracias al traspaso por Zapatero de 72 millones a cargo de la cualidad de centro de referencia del Instituto Nacional de Silicosis, ahora cuestionada puesto que lo único que sobrevivirá al traslado será su departamento técnico. Las obras incluyeron un fuerte desfase económico, 50 millones,  lo que ya parece una tradición en  nuestra comunidad. El equipamiento costará otros 80 millones. A escasos meses de su inauguración ni siquiera disponemos aún del plan funcional, imprescindible para planificar la gestión del personal y, por tanto, el gasto.

 

 

 

Después de más de siete años desde las transferencias, nuestros peores augurios se confirman. CCOO quiere saber porqué se firmaron unas transferencias sanitarias tan a la baja; por qué Areces despreció el dinero que aportaba Aznar; porqué no explica Vigil el del PETROMOCHO que pasó con el proyecto de hospital cuando era Consejero de Sanidad y que costó a los asturianos 2000 millones de las antigüas pesetas en qué se invirtieron los 50 millones de euros anuales que se recaudan con el céntimo sanitario y los 12 millones de euros que aportó en el 2006 Zapatero; si se está utilizando la partida destinada a nóminas para disminuir la lista de espera, quirúrgica y de consultas, a base de peonadas, lo cual supondría una perversión de la sanidad pública. Todas estas preguntas requieren una respuesta. Nos merecemos un debate serio que incluya las nuevas fórmulas de gestión, el mantenimiento del empleo público, que no recorte prestaciones a la ciudadanía, que implique a todos los trabajadores y que vaya a la raíz del problema: la escasa financiación de los servicios sociales. El gasto sanitario en España está 1,5 puntos del PIB por debajo de la media de la UE15, ofreciendo a la vez todos los servicios disponibles, lo cual se compensa con los continuos déficit presupuestarios y con las deplorables condiciones de trabajo ¿Estamos dispuestos a decirle claramente a la ciudadanía que si exigimos mejores servicios hay que pagarlos con más impuestos? ¿O seguiremos la fórmula de doña Esperanza Aguirre, privatizar y externalizar?

 

              El Gobierno regional ha de centrar su atención en la gestión de sus recursos, la revisión de de su modelo organizativo y el ajuste del número de sus directivos. CCOO ha apoyado las líneas de dialogo y negociación que han llevado a acuerdos que han de servir para garantizar el sostenimiento de la sanidad pública, si bien tal apuesta no puede tomarse como pretexto para minorar la calidad asistencial ni para disminuir los derechos de los trabajadores. Nunca permitiremos que se utilice la fórmula del que no tiene otro recurso: reducir el gasto y disminuir las prestaciones. Para la FSSA-CCOO esta última opción no la toleraremos. Exigimos responsabilidad a nuestro Gobierno, un debate de alto nivel que excluya la demagogia barata y que no se utilicen los salarios de los  trabajadores, en  muchos casos mileuristas, para justificar los errores propios. Apostamos por el dialogo con todos las partes implicadas, partidos políticos, sindicatos, usuarios y trabajadores, con el objetivo de sentar las bases del sostenimiento de la sanidad pública en el marco de un pacto que desarrolle lo aprobado en el ACEBA y evite las ocurrencias puntuales y las polémicas en los medios surgidas ante declaraciones poco meditadas.