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La sanidad inglesa es mejor que la española»

 

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«Los médicos del Reino Unido ganan mucho más dinero que los de España, probablemente el doble, pero la responsabilidad es mucho más alta»

 Ángel García, en las dependencias de LA NUEVA ESPAÑA. jesús farpón

ÁNGEL GARCÍA ALONSO Médico asturiano, trabaja en el Centro Oncológico del Norte de Gales (Reino Unido)

La Nueva España. Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

Ángel García Alonso, director y consultor del área de oncología del tórax (pulmón, mesotelioma, páncreas y linfomas) del Centro Oncológico del Norte de Gales, en el Reino Unido. Nacido en una de las laderas del monte Peñamayor, en La Rebollá (Laviana), en 1963, el doctor García se formó en oncología radioterápica en el Hospital Central de Asturias y, a finales de 1997, se trasladó a Inglaterra, donde ha trabajado en Oxford, Leeds y Liverpool. Acaba de visitar Asturias. Se muestra satisfecho con su actual situación laboral, pero no desoye ofertas españolas que puedan merecer la pena.

-¿Cuál es el status de la oncología en la sanidad británica?

 

-Allí la oncología es global, médica y radioterápica, y los cuidados paliativos tienen mucha importancia.

 

-¿Pautas de gestión?

 

-Estamos empezando a hacer gestión clínica. En Inglaterra se han hecho experimentos, por ejemplo en el Imperial College, de Londres, pero está causando muchos problemas.

 

-¿Qué se pretende con la gestión clínica?

 

-Una gestión más eficaz, ahorrar dinero. En sanidad, la demanda es casi ilimitada, pero los recursos son limitados. Se da un presupuesto a cada área para que lo gestione, de manera que al final del año fiscal (va de abril a abril) cuadren los números.

 

-A menudo se habla de la sanidad pública británica como de un sistema prácticamente en quiebra.

 

-Es cierto que el National Health Service (NHS) está mal, en números rojos y muy rojos. En nuestro hospital hay un sobrecoste de casi un millón de libras al mes sobre el presupuesto. También es cierto que ha habido muchas inversiones y que los servicios oncológicos, en concreto, se expandieron mucho.

 

-Siempre se acusa a Margaret Thatcher de haber dejado la sanidad pública prácticamente en la UVI.

 

-Fue una etapa un poco oscura. Pero luego los laboristas de Tony Blair invirtieron muchísimo dinero, y eso se tradujo en buenos resultados y en una mejora general del sistema sanitario. Pero al mismo tiempo se formó un ente burocrático exagerado, y eso es lo que produce un sobrecoste tan enorme. Pero la mejoría ha sido grande. Se ofrece cobertura al 100 por ciento de la población.

 

-¿En comparación con la sanidad española?

 

-La sanidad española está copiada del modelo británico. En España se han hecho cosas bien, no cabe duda, y quizá con menos dinero. Los hospitales ingleses son mucho más viejos. A mi juicio, la sanidad pública británica funciona mejor que la española. Por supuesto, también tiene problemas.

 

-¿Las esperas?

 

-Son menores. Han puesto unos «targets», unos objetivos de espera en función de la gravedad de cada enfermedad. Para los enfermos de cáncer se establece que 60 días después desde la primera visita tienen que estar tratados o, como mínimo, iniciando el tratamiento. Algunos pensamos que esos «targets» deberían formar parte de un sistema más global que incluya los resultados, que actualmente no se están incluyendo, aunque en mi hospital sí lo hacemos por nuestra cuenta.

 

-La presencia de sanitarios extranjeros es muy numerosa.

 

-Hay muchos profesionales del sudeste asiático y de Australia porque hay convenios para que se formen en Inglaterra y a los buenos se les ofrece quedarse. En enfermería también hay convenios, por ejemplo, con España, que tiene una enfermería muy buena, posiblemente que mejor que la inglesa.

 

-¿Se gana mucho dinero?

 

-Se gana mucho más dinero que en España, probablemente el doble, pero la responsabilidad es mucho más alta. Por ejemplo, un jefe de servicio se responsabiliza del dinero que tiene asignado, de los pacientes, de su equipo, de la investigación...

 

-No se admite un ritmo funcionarial.

 

-No, el médico es un profesional. Es la principal diferencia que veo con España: que los médicos aquí están funcionarizados.

 

-¿Cuál es su horario?

 

-El contrato te exige cierta flexibilidad. Tus pacientes y tu equipo son tu problema. Yo sé cuándo empiezo, pero muchos días no sé a qué hora voy a terminar. Puedo acabar algunos días a las tres de la tarde, pero otros a las ocho de la noche. Se trabaja mucho. Además, los pacientes reclaman y protestan con frecuencia, pero también te reconocen el mérito cuando las cosas van bien.

 

-¿A qué llama trabajar mucho?

 

-Hacemos quimioterapia, radioterapia e investigación clínica, y participamos activamente en equipos multidisciplinares. Tenemos en ensayos clínicos aproximadamente un diez por ciento de los pacientes. Yo tengo quince ensayos abiertos.

 

-¿Se adecua al sueldo al rendimiento o se sirve «café para todos»?

 

-Hay una carrera profesional, una cierta uniformidad, pero no todos cobramos lo mismo. Incluso uno no sabe lo que gana su compañero.

 

-¿Es frecuente compaginar el ejercicio público con el privado?

 

-Puedes hacerlo. Es obligatorio declarar todos los intereses que tienes al margen del NHS. Puedes atenderlos en los hospitales de las compañías aseguradoras o en el hospital público en el que trabajas, como se hacía, décadas atrás, en el Hospital General de Asturias. Yo compagino lo público y lo privado.

 

-¿Se enfrenta a limitaciones para aplicar tratamientos caros?

 

-Allí hay un organismo muy riguroso que evalúa la eficacia y el coste de los tratamientos. Aunque pueda parecer que este sistema retrasa la incorporación de algunas terapias, pienso que es muy razonable. Prolongar la supervivencia de un paciente puede ser bueno, pero a lo mejor ese dinero puedes destinarlo a otro paciente o a mejorar otras áreas del sistema sanitario.

 

-¿Y si un médico entiende que un tratamiento aún no aprobado puede ser efectivo para un paciente?

 

-El médico puede conseguir dinero, a través de un ensayo clínico, para tratar a ese paciente. Estas cosas siempre generan debates éticos.

 

-¿Cómo ve la evolución del cáncer de pulmón? ¿Cada vez más mujeres?

 

-En los últimos diez años se está notando mucho el aumento de la incidencia del cáncer de pulmón femenino, y curiosamente la edad media de las mujeres con cáncer es muy inferior a la de hombres.

 

-¿Los tratamientos han mejorado?

 

-Ha habido un progreso en los últimos diez años. Ahora hay varios fármacos en desarrollo, uno de ellos para cáncer de páncreas. Para el pulmón, el año que viene tenemos previsto empezar un programa de tratamiento con radioterapia esterotáxica para tumores muy tempranos.

 

-¿Se plantean copagos?

 

-Hay una cierta discusión referida a los pacientes que podrían pagarse su asistencia. Hay un debate muy caldeado.

 

-¿Es idónea la formación de los médicos?

 

-Superior a la de España. Allí son casi diez años de formación especializada. Después de acabar la carrera, te formas dos o tres años en medicina general y luego empiezas el entrenamiento específico para la especialidad. Entre unas cosas y otras te metes en 36 o 37 años, pero es gente con mucha experiencia y muy autónoma. Ahora están estudiando reducir los tiempos, lo cual creo que es un error.

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