El plan de ajuste pasa factura a los socialistas, según el CIS...

El PP amplía a 6,3 puntos su diferencia sobre el PSOE, la mayor de la era Zapatero

El Presidente tiene su peor nota, por detrás de Durán y Rosa Díez, mientras que suspenden todos los ministros l Los políticos son el tercer problema para el 21,7%

Madrid / Oviedo, Agencias, en La Nueva España 
El PP ganaría las elecciones generales si se celebrasen ahora con un 41,2 por ciento del voto estimado y ampliaría su ventaja sobre el PSOE hasta los 6,3 puntos, la mayor desde que gobierna Zapatero, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas. La clase política marca nuevo recórd como tercer problema para el 21,7%.

El sondeo, realizado entre el 15 y el 22 de julio, tras el plan de ajuste económico del Gobierno y el «cara a cara» en el debate sobre el estado de la nación entre Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy, da un 34,9 por ciento de estimación de voto al PSOE, la peor expectativa electoral de los socialistas desde octubre de 2003. Este porcentaje es el más reducido que obtiene un partido en el gobierno al menos en los últimos quince años, según informa «Efe».

Los ciudadanos suspenden a todos los líderes políticos y ninguno llega al 4 sobre 10 de nota. Josep Antoni Duran Lleida, de CiU, se mantiene como el mejor valorado, con 3,72, seguido de Rosa Díez, de UPyD, con 3,69. Zapatero se hunde en el tercer puesto con 3,48 puntos, frente al 3,71 anterior. Peor aún es la valoración de Mariano Rajoy, que se queda con un 3,14 tras mejorar dos centésimas.

Respecto a la estimación de voto, el PP es el que mejor parado sale sobre el barómetro anterior, con 1,7 puntos más, y consigue distanciarse de los socialistas ayudado también por la considerable bajada del PSOE de 3,1 puntos. IU ve caer sus expectativas electorales en cuatro décimas y se coloca en un 5,4 por ciento, seguido de CiU, que supera en cinco décimas la estimación de abril para quedar en un 4,1. UPyD, que mejora cinco décimas y obtendría el 3,8 por ciento, se consolida como quinta fuerza; ERC lograría el 1,4 por ciento y el PNV, el 1,3 por ciento.

Sobre el voto directo, se invierte el resultado del sondeo anterior y en este caso el CIS da como partido ganador al PP, con el 24,8 por ciento, justo cuatro puntos más que el PSOE, que se queda con el 20,8.

Zapatero despierta «poca» o «ninguna» confianza en el 78,9 por ciento, casi cuatro puntos más que hace tres meses, en tanto que Rajoy suscita la misma opinión al 84,6 por ciento, 2,6 puntos más que en la última encuesta. La gestión del Gobierno es calificada de «mala» o «muy mala» por el 55,5 por ciento y es «buena» o «muy buena» sólo para el 7,8. Un dato más que llamativo es que sólo el 18 por ciento de los votantes del PSOE aprueba al Ejecutivo de Zapatero mientras que un 29,2 lo censura.

Un 60,9 por ciento opina que la oposición del PP es mala» o «muy mala» y únicamente la ven como «buena» o «muy buena» el 8,3. El PP es criticado por el 23% de sus votantes.

Alfredo Pérez Rubalcaba es el ministro mejor valorado, con una nota de 4,47, cuando ninguno de los miembros del Gobierno consigue aprobar. Hasta nueve ministros superan la nota de Zapatero: además de Rubalcaba, la titular de Defensa, Carme Chacón (4,23); el de Educación, Ángel Gabilondo (4,0), y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega (3,97). Todos ellos empeoran la puntuación, salvo Ángeles González-Sinde. Seis ministros son desconocidos para la gente.

Preguntados por su percepción de la situación económica, los ciudadanos se muestran ligeramente más optimistas y suben del 16 al 22 por ciento los que confían en que mejorará dentro de un año, aunque sigue siendo gran mayoría (74,4 por ciento) quienes creen que la coyuntura actual es «mala» o «muy mala». El paro vuelve a encabezar la lista de preocupaciones para el 78 por ciento, por delante de los problemas de índole económica, citados por el 51,3 por ciento, y la clase política, cuya imagen sigue deteriorándose y ya inquieta al 21,7 por ciento. El 41,8% quiere dejar como está el Estado autonómico y un 15% prefiere suprimir las comunidades.