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Entrevista a la gerente del SESPA

Entrevista a la gerente del SESPA

 

Elena Arias: «¿De qué sirve tener muchos centros de salud con sólo un médico?»

La gerente del Sespa confiesa que «nunca me sentí maltratada», pese a la alta conflictividad vivida. Defiende la fusión de la atención en fines de semana y niega recortes

Lo que para muchos son ajustes económicos, para ella son «mejoras de eficiencia». Donde otros apuntan fracasos en el modelo de gestión, ella ve una oportunidad de cambio. Elena Arias cumple tres años al frente del Servicio de Salud del Principado y pese a las tormentas, críticas y chaparrones vividos, sigue viendo el vaso medio lleno. Desde su contención verbal y hasta gestual, no se olvida de enviar un mensaje a los centros concertados (los últimos en rebelarse): «Deben hacer lo pactado, aunque reciban menos dinero».

-Crisis y recortes son las palabras que más se oyen estos meses, ¿cómo se conjugan en sanidad?

-La mejor fórmula para conjugarlos es tratar de ser lo más eficiente posible con los recursos que tenemos. De hecho, pusimos en marcha las unidades de cuidados paliativos porque estimamos que eran irrenunciables.

-Pero, ¿está habiendo ajustes, no?

-Recortes, como tal, no hay. Se ha aprobado una aminoración en las retribuciones del Sespa, pero supresión de servicios o prestaciones, no.

-¿Lo que está pasando con los hospitales concertados no son recortes?

-A los concertados se les ha aplicado una aminoración del 3,2%, que es una medida aprobada por ley. Esa reducción no significa que esos hospitales tengan que hacer menos actividad. En el Sespa tenemos la misma situación y no hacemos menos.

-¿O sea, que deben trabajar igual pero por menos dinero?

-Deben hacer lo pactado.

-¿No cree que hay un matiz entre los hospitales públicos y concertados? Por ejemplo, el Sespa pudo bajar los sueldos porque su personal es funcionario y los concertados, como no pueden hacer lo mismo, quitan ese 3,2% de la asistencia.

-De dónde obtengan la diferencia es responsabilidad de los propios centros concertados, no del Sespa.

-Ya, pero supongo que el Sespa tendrá algo que decir, sobre todo porque los que sufren las consecuencias son los usuarios de la pública.

-La gestión de los concertados no compete al Sespa. Ellos tienen una actividad pactada al año, si la hacen de mañana, de tarde o de sábado es su responsabilidad.

-En lo que resta de año, ¿habrá menos derivaciones a la concertada?

-Vamos a tener una actividad regular para lo que resta de año.

-¿Teme un aumento de las listas de espera?

-No debería ocurrir.

-¿Lo de concentrar la atención de fines de semana en unos pocos centros de salud, tampoco son ajustes?

-En absoluto. Es una medida pensada para mejorar la calidad y la eficiencia del servicio. Es verdad que habrá menos centros abiertos en fines de semana, pero contarán con más personal y más recursos.

-¿Y que hay de aquella máxima de acercar los servicios al ciudadano?

-Hemos aprendido que dispersar no siempre es lo mejor. ¿De que vale tener una gran accesibilidad a los centros si en cada centro de salud hay un sólo facultativo y, por tanto, una escasa capacidad de resolución?

-En los tres últimos años, la sanidad asturiana ha estado inmersa en conflictos. Desde la apertura de los centros por la tarde hasta las jubilaciones forzosas. Sin embargo, el nivel de protesta ha bajado. ¿Cree que la crisis aplacó los ánimos?

-Hubo dos factores. Uno, evidentemente, fue la crisis. El otro fue que pese a las críticas y las protestas, siempre nos sentamos a hablar.

-¿No puede ser también que quienes protestaban se hayan cansado de que no ser oídos?

-Creo que al principio la gente tuvo miedo, porque todos los cambios generan incertidumbre, pero al final se ha visto que las propuestas de gestión clínica se han cumplido.

Gestión clínica

-¿Cuántas unidades de gestión clínica han logrado implantar?

-En Primaria, diez.

-Pero ninguna de ellas en centro urbano, que era su gran objetivo.

-El centro de salud de Moreda, en Mieres, es un peso pesado. Ahora mismo estamos trabajando con dos equipos de Oviedo y Gijón, pero no voy a adelantar nombres, porque prefiero que trabajen sin presión.

-En Primaria, el modelo quedó a medio gas y en los hospitales se lo han tirado abajo los tribunales.

-El modelo, no. Los tribunales lo que han dicho es que hay que publicar las convocatorias en el BOPA y que el personal debe ser estatutario (fijo).

-¿Van a volver a sacar las plazas de dirección en hospitales?

-Si, claro.

-¿Qué pasa con los que ya habían sido nombrados jefes?

-De momento siguen, y luego, probablemente, habrá que hacer nombramientos en funciones.

-Cuando usted tomó posesión del cargo, en septiembre de 2007, dijo que uno de los grandes retos de la sanidad asturiana era cambiar. ¿En qué cambió, porque el usuario no creo que note muchas diferencias?

-Es cierto que algunos cambios no son visibles para la ciudadanía porque son internos, como fue la potenciación de la central de compras. Pero también hemos mantenido el compromiso de la lista de espera, pusimos en marcha los consejos de salud e iniciamos la gestión clínica.

-Dice que han mantenido el compromiso de la lista de espera. Sin embargo, cuando llegó al Sespa había 14.250 pacientes a la espera de ser operados y ahora (los datos son de junio) hay 15.451, un millar más.

-Lo importante no es el número global, sino el tiempo que espera cada paciente. Nosotros logramos erradicar las demoras de más de 180 días.

-¿No cree que el objetivo de que nadie espere más de seis meses es algo pobre? Más que un dato a resaltar sería para sonrojarse.

-Es un objetivo de calidad y de eficiencia de todos los sistemas de salud, no sólo del asturiano.

-Ya, pero desde el punto de vista del paciente, seis meses, e, incluso, cinco, es mucho tiempo.

-En sanidad hay que programar quirófanos, hacer preoperatorios, pasar por la junta quirúrgica y dejar huecos para que en medio de todo eso se puedan hacer las intervenciones urgentes. Preparar una cirugía programada lleva de tres a cuatro meses.

-¿En cuánto está la lista de espera?

-Los datos de agosto no están cerrados. En junio había 15.451 pacientes, y una demora media de 56 días.

-Jubilaciones forzosas. ¿Al final, cuánto se ahorraron?

-No fue una medida de ahorro. Lo hicimos porque pensamos que la jubilación debía ser a los 65 años.

-El consejero de Salud es de la idea de que en la sanidad pública no todos cobren igual. ¿Está de acuerdo?

-El modelo de gestión clínica se basa precisamente en esa idea.

Situación financiera

-¿Qué opina del copago?

-Lo fundamental es hacer las cosas bien y ser eficientes, y que los que tengan más sostengan a los que tienen menos. Por eso el copago o ticket moderador me parece complicado por las repercusiones que puede tener sobre la ciudadanía y sobre los sectores más necesitados.

-¿Hay riesgo de bancarrota?

-Eso no va a suceder, porque se están tomando medidas de eficiencia.

-¿Se sintió maltratada por los profesionales?

-Si lo dice por el nivel de conflicto que hubo, no, no me sentí maltratada. Fue una conflictividad muy fuerte, que no me esperaba, pero supongo que, como dicen, 'va en el cargo'.

-Aquella falta de sintonía con el consejero de Salud de la que se habló tantísimo, ¿superada?

-Aquella fue una acusación incierta y malintencionada. La relación es muy buena, tanto la mía como la del resto del equipo.

-O sea, que de aquello de que el Sespa va por libre, tampoco.

-No podemos ir por libre porque nos encargamos de gestionar la política que emana de la Consejería de Salud.

-¿Sabe que en el sector sanitario le opodan 'la jefa de IKEA'?

-¿IKEA? ¿y eso?

-Por aquello de ser como 'la república independiente de mi (su) casa'.

-(Risas).

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