Presentados los presupuestos de nuestra Comunidad Autónoma para un 2011 que se prevé muy duro
Asturias será la comunidad que menos recortará el gasto
El Principado ajusta sus cuentas sólo un 3,29%, mientras Galicia, Extremadura, Madrid o Canarias bordean e incluso superan el 10%
Sólo el País Vasco, por su especial régimen fiscal, se permitirá el lujo de gastar más en 2011
21.11.10 - ANDRÉS SUÁREZ | OVIEDO, en El Comercio.
La pregunta tiene su miga y, de hecho, nadie ha conseguido todavía darle una respuesta certera. ¿Cuál es la fórmula idónea para encarar la etapa de incipiente recuperación económica? ¿Conviene apurar el gasto todo lo posible, siempre dentro de los márgenes legales previstos, o es mejor apretarse el cinturón hasta el último agujero y confiar en salir adelante lo mejor posible? En la confección de sus presupuestos para 2011, la mayor parte de las comunidades autónomas han optado por esta segunda opción. Regiones como Galicia, Madrid, Canarias o Extremadura afrontan el próximo ejercicio con recortes que bordean e incluso superan el 10% respecto a sus recursos actuales. Asturias ha optado por un camino que se puede considerar intermedio. Sus cuentas caerán, es cierto: un 3,29%. Pero ese ajuste es el menor de todas las autonomías de régimen común, en virtud de un acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida que tiene como objetivo asegurar las prestaciones sociales y, a la vez, impulsar una inversión que se aproximará a los 1.000 millones de euros. Sólo el País Vasco hará un esfuerzo similar, incluso superior, porque crecerá un 2,3%, pero teniendo en cuenta que cuenta con un régimen fiscal propio, al margen del sistema de financiación que comparten todos los territorios salvo los vascos y Navarra.
El País Vasco es la excepción en un mapa autonómico teñido de rojo, el rojo de la crisis económica y la disminución de recursos. Todas las regiones deberán superar 2011 con menos dinero que ahora pero iguales compromisos que atender, sobre todo en el ámbito de los servicios públicos esenciales (sanidad, educación y política social). Algunas, caso de Asturias, esgrimen lo saneado de sus finanzas para justificar la moderación del recorte aplicado a sus presupuestos. Otras, más agobiadas por el endeudamiento, han tenido que meter tijera sin miramientos. Los resultados al final del ejercicio servirán seguramente de respuesta a la pregunta con que se iniciaba este análisis.
Con todo, ese 3,29% de ajuste que experimentará el presupuesto asturiano, hasta los 4.133 millones de euros, encierra un punto de sorpresa. Porque la posición inicial del socio mayoritario del Gobierno de coalición, el PSOE, no era llegar tan lejos. Al inicio de las conversaciones con IU, el consejero de Economía y responsable de la hucha regional, Jaime Rabanal, habló de una rebaja del 8%, lo que dejaba las cuentas por debajo de la frontera psicológica de los 4.000 millones. El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, flexibilizó esa posición sólo unos días más tarde y apuntó a un 6% de contención. Si la situación económica es la misma que hace un mes, ¿qué es lo que ha cambiado?
Hay dos cuestiones a tener en cuenta. En primer lugar, es evidente que la posición de Rabanal y Areces era de máximos, una táctica negociadora con la que marcar el territorio frente a las ambiciones que pudiera expresar IU. Y, en segundo lugar, también es evidente que la presión ejercida por el socio minoritario del gabinete ha surtido efecto. El presupuesto cae menos de lo esperado, pero bastante menos. En términos absolutos, ese 3,29% se traduce en 140 millones menos para gastar el año que viene. Una cifra notable, pero asumible en un contexto tan delicado.
El Gobierno regional insiste una y otra vez en que sus arcas están lo suficientemente saneadas como para hacer este esfuerzo. Eso le permite, según los responsables de la confección del presupuesto, destinar un enorme volumen de recursos ordinarios a la financiación de los servicios públicos básicos. Y, como complemento, acudir al límite máximo de endeudamiento permitido por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (el 1,3% del PIB, alrededor de 300 millones de euros) para asegurar una inversión «significativa», en palabras de Areces. Se aproximará a los 1.000 millones, una cifra estimable aunque inferior a la de 2010, que casi alcanzó los 1.300 millones de euros.
Dieta muy severa
Sostiene el Gobierno asturiano, pues, que podrá cerrar el próximo ejercicio cumpliendo al detalle lo establecido en su presupuesto, sin reajustes a mitad del año ni reordenaciones de crédito. El PP lo pone en duda y habla de unas cuentas «irreales» e imposibles de cumplir. El tiempo dará y quitará razones. Lo que sí es cierto es que otras autonomías, sea por la razón que sea, han optado de antemano por reducir el gasto en términos nunca vistos, lo que augura un 2011 más que complicado.
Entre las comunidades que más han adelgazado su presupuesto hay algunas muy dinámicas en lo económico y con peso en lo político. El caso más evidente es Madrid, que ha aplicado un recorte del 9,03% que, en euros contantes y sonantes, se traduce en más de 1.500 millones. No es moco de pavo.
Una comunidad vecina, Galicia, también está en aprietos. El tijeretazo introducido por el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo alcanza el 10,8%, en buena medida a consecuencia de la abultadísima deuda que la Xunta tiene con el Estado por el exceso de fondos recibidos en los últimos años del sistema de financiación autonómica. Con todo, Galicia no es el territorio que más estrangula sus expectativas económicas. En Canarias, donde hasta hace poco gobernaban en coalición los nacionalistas y el PP, los recursos disponibles se hundirán un 12%.
La crisis no entiende de colores políticos. Regiones gobernadas por el PSOE como Extremadura (-7,7%), Aragón (-7,4%) o Andalucía (-6,1%) también se aprietan el cinturón. Se augura un 2011 peliagudo.
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