«Los cuidados son la principal necesidad de la población actual»
El Comercio. 13.02.11 GIJÓN.
«Deberíamos hacernos más responsables de nuestra salud, en vez de delegar tanto en los profesionales»
Fernando Alonso Director de Enfermería de Primaria del Área Sanitaria V
«La nueva ley del tabaco disparó las peticiones para las terapias que ayudan a dejar de fumar»
«A veces tengo problemas para reservar en los restaurantes porque creen que se trata de una broma»
Enfermero, logopeda y también, psicólogo. Fernando Alonso lleva desde hace nueve años las riendas de la Enfermería en la red de Atención Primaria de Gijón, donde se producen al año casi 900.000 consultas. Este mierense, residente en Oviedo pero seguidor del
Sporting y socio del Grupo Covadonga, llegó a la ciudad en un día que recuerda como uno de los más duros de su profesión: el 10 de junio de 2002, cuando arrancaba la que sería la huelga sanitaria más polémica y prolongada de las que tuvo Asturias. «Fue un aterrizaje complicado», rememora. A sus 48 años, Alonso defiende a ultranza el nuevo papel de la enfermería: «Ya no somos los que acompañan al médico» y asegura que más que medicinas, la gran necesidad de la población actual «son los cuidados».
-Imagino que estará algo cansado del tema, pero mi primera pregunta es obligada teniendo en cuenta que se llama usted Fernando Alonso. ¿Tiene algo que ver con él?
-¿Con qué Fernando Alonso? No se de quién me habla (risas).
-Bueno, veo que se lo toma con sentido del humor.
-Lo tengo asumido, aunque me temo, a mi pesar, de que yo llevo más años con este nombre que él.
-Además de los chascarrillos, ¿le ha traído alguna complicación coincidir con el nombre del piloto de Fórmula I?
-A veces tengo problemas para reservar en restaurantes porque creen que se trata de un bromista. También recuerdo que hace unos años, en un viaje que hice a París, me esperaban en el aeropuerto con un coche. Cuando llegué estaba el conductor con el típico cartel con mi nombre y a su alrededor se había armado un corrillo de gente intrigada en ver si se trataba del piloto. Y claro, cuando aparecí yo fue una gran decepción. Se fue todo el mundo rápidamente.
-Pasemos a algo más profesional. En los últimos meses, Gijón se ha convertido en referente por las terapias para dejar de fumar que hay en los centros de salud y de las que usted fue su principal impulsor. ¿Contento por el éxito?
-Bueno, no es un éxito que me deba adjudicar. Hay muchísima gente de enfermería que está trabajando muy bien. También hay otras áreas, como la de Avilés, que disponen de programas similares, con un alto rendimiento. Lo bueno que tenemos en Gijón como hecho diferencial es la colaboración del Ayuntamiento para el desarrollo de programas comunitarios, y eso es algo muy positivo.
El 35% logra dejarlo
-¿Todos los centros disponen de estas terapias?
-Los tratamientos están en todos los centros de salud, excepto en Contrueces donde se ofrecen acciones individuales, y en Roces-Montevil, donde tenemos una persona formándose para empezar en breve.
-¿Cuánta gente tienen apuntada ?
-Ahora mismo hay 115 personas en terapias grupales para dejar de fumar, además de las que lo están haciendo de forma individual.
-Tienen lista de espera, ¿no?
-Si, tenemos algunas personas pendientes de iniciar tratamiento, pero no son muchas. En el centro de Perchera-La Braña hay 32 peticiones. Aquí estamos pendientes de formar dos grupos. También hay algo de espera en Puerta de la Villa, pero confiamos en darle salida pronto.
-¿La demanda se disparó con la nueva Ley antitabaco?
-Si, creció bastante.
-¿Cuáles son los resultados de estos tratamientos?
-Al año de seguimiento, el nivel del efectividad es del 35%.
-¿Y ese es un buen indicador?
-Si, es muy bueno, porque no hay que olvidarse de que se trata de una adicción. Dejar de fumar es algo bastante difícil porque hay muchos factores que influyen. Además de la dependencia del tabaco está la dependencia social, que es un punto en el que se centra la nueva ley.
-¿Se ofrecen ayudas como chicles o parches en las terapias?
-No, nosotros trabajamos más con la conducta. De todas formas si hay alguien que solicita ayuda farmacológica, esa petición se deriva a los conductos más especializados.
-¿Qué le parece el cigarrillo electrónico?
-Hay estudios que lo ponen en tela de juicio, pero los desconozco. De todas formas, puede suponer una ayuda más para controlar el hábito.
-Es usted enfermero y psicólogo. Su imagen no se acerca mucho a la que se suele tener de la enfermería.
-El papel de la enfermería ha cambiado mucho en los últimos años gracias a la diplomatura y ahora a la especialidad.
-Pero mucha gente les sigue viendo como los que acompañan a los médicos.
-Es verdad. Tenemos que hacer un gran esfuerzo por cambiar esa imagen, porque ya no somos meros acompañantes del médico. La reforma de la atención primaria ha dotado a la enfermería de un mayor papel en el cuidado de las personas. Sin embargo, sigue habiendo falta de visibilidad de las enfermeras. La población valora con una nota alta el trabajo de estas profesionales pero en cambio no conoce todo lo que les puede ofrecer. Por ejemplo, en las unidades de gestión clínica, las enfermeras suponen la mitad del personal de los equipos de Primaria y sobre ellas pivotan buena parte de los servicios.
-El envejecimiento de la población, ¿ha cambiado el tipo de atención que se demanda en Gijón?
-Hoy en día, la principal necesidad que tiene la sociedad gijonesa es de cuidados. Las enfermeras asumen un protagonismo especial en el seguimiento de los pacientes crónicos, fomentando el autocuidado a través de la educación sanitaria, en las actividades de promoción de la salud y en la prevención de la enfermedad, además de la atención domiciliaria.
-¿Está a favor de que las enfermeras receten?
-(Piensa). Sin querer entrar en polémica, el permitir recetar a las enfermeras determinados productos sanitarios sería simplemente normalizar algo que se está haciendo.
-Los ciudadanos no parecen estar muy convencidos con el sistema de triage (calificación de los pacientes según su gravedad) que se ha implantado en los centros que atienden urgencias en fines de semana.
-No creo que sea así. La población se ha ido adaptando muy bien a este nuevo sistema, en el que la enfermería ha trabajado mucho. Los pacientes lo deben ver como una ganancia, porque aunque tengan que esperar algo, la espera se establece en función de la gravedad y de la urgencia de cada caso.
-En los informes sobre agresiones al personal sanitario, la enfermería es la que sale peor parada, ya que es la que más ataques recibe por parte de los pacientes. ¿Les preocupa?
-Las enfermeras están mucho más expuestas que otros profesionales, de ahí a que sean el colectivo más afectado. De todas formas, la mayor parte de las agresiones son de carácter verbal. Nos preocupa como fenómeno, porque vemos que no es algo exclusivo de la sanidad.
-¿Cree que nos cuidamos poco?
-Tendemos a delegar las cuestiones de salud en los profesionales, cuando deberíamos hacernos más responsables de nuestros propios cuidados.
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