Una investigación asturiana avanza hacia una leche nutricional tan perfecta como la materna
El estudio de la Universidad y el HUCA analiza los niveles de absorción en el organismo de elementos esenciales para la vida como el hierro y el selenio
Alfredo Sanz Medel y Marisa Fernández, ayer, en la Facultad de Química. nacho orejas
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Ocho años de trabajo, dos tesis doctorales y una herramienta matemática a la carta.
La Nueva España. Oviedo, Eduardo GARCÍA
Una investigación desarrollada por la Universidad de Oviedo y el servicio de Neonatología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) lleva camino de hacer variar la composición de las leches nutricionales actualmente en el mercado. El estudio aporta claves para entender los mejores niveles de absorción de elementos esenciales para la vida, como el hierro y el selenio, transmitidos a través de la leche materna, frente a esos mismos elementos provenientes de las llamadas leches fórmula. Las expectativas abren horizontes científicos pero también comerciales: la empresa de nutrición infantil Ordesa participa en el proyecto con un 20% de la financiación.
Se trata de buscar la «leche perfecta», aparte de la materna, para los recién nacidos y, sobre todo, para los prematuros. Qué elementos esenciales debe tener -hierro, selenio, yodo, cobre, cinc...-, pero también su forma química. Ahí parece estar en secreto. «Hemos podido demostrar que esas leches que se comercializan no son las ideales, que nos podemos acercar mucho más a lo que es la leche materna», explica Alfredo Sanz Medel, catedrático de Química Analítica de la Universidad de Oviedo, uno de los responsables del proyecto. «Estamos aportando una visión nueva de la nutrición», añade.
La nueva técnica, dada a conocer ayer, se centró en dos de esos elementos presentes en nuestro organismo: el hierro y el selenio. «Ambos nos son indispensables», indicaba la profesora titular de Química Analítica, Marisa Fernández Sánchez. Del hierro conocemos muchas cosas; del selenio, no tantas, aunque actúe de forma sensible sobre los radicales libres, relacionados con el envejecimiento y con determinados procesos cancerígenos.
En el estudio participaron investigadores del grupo de Espectrometría Analítica de la Universidad, en colaboración con el servicio de Neonatología que dirige José López Sastre en el HUCA. Es la primera vez que se han podido seguir a través del organismo de ratones lactantes algunos elementos biológicamente esenciales y comprobar mediante el análisis matemático su grado de absorción.
La nueva técnica de análisis permite establecer qué cantidad de estos elementos esenciales presentes en el alimento -en este caso la leche- se han absorbido y, sobre todo, de qué forma química y con qué eficacia ha tenido lugar esa absorción. «Esta estrategia permite diferenciar entre un nutriente presente en el organismo (endógeno) y el introducido a través del alimento o suplemento nutricional (exógeno). Y podemos seguir así la pista al nutriente que estemos estudiando una vez que es ingerido, además de establecer cómo se distribuye en los órganos y tejidos, y, por último, cómo se metaboliza incorporándose a las proteínas», explica Sanz Medel.
Los primeros resultados demuestran la superioridad bioquímica de la leche materna sobre la leche fórmula. «No es un problema de cantidad», explica Marisa Fernández, «sino de la forma físico-química en que se encuentran esos elementos». Al hierro procedente de la leche materna se le saca más partido que al hierro exógeno que llega a través de leches fórmula, con una capacidad de absorción mucho más baja.
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