«Cuántas más resonancias se hacen, más casos de chiari se diagnostican»
«Es una malformación congénita, y en algunos casos asintomática, por lo que hay gente que la tiene y no lo sabe»
02.06.11 - 03:25 -
Javier Sol, neurocirujano del Hospital Central Universitario de Asturias, ofreció ayer en Valdecarzana una charla en la que abordó aspectos relativos al tratamiento quirúrgico del chiari, una malformación que se localiza entre el cráneo y la columna vertebral y que puede desembocar en un alto grado de invalidez o dependencia. Estuvo organizada por la Asociación Chiari y Siringomielia del Principado, que reúne medio centenar de afectados.
-¿Es una enfermedad congénita?
-Sí. En algunos casos se desarrolla con la edad, y en otros, ya desde el nacimiento. Lo más frecuente es que se manifiesta a partir de los 40 años.
-¿Cuáles son los síntomas?
-Ese es el problema. Son múltiples, como dolor de cabeza, que es lo más habitual, o problemas neurológicos que afectan, por ejemplo, a la vista o al equilibrio. Hay personas con esta enfermedad que presentan muchos síntomas, y otras, ninguno. Ni siquiera saben que la tienen y hacen una vida completamente normal.
-¿Hasta qué punto puede afectar a la calidad de vida?
-Si no se detecta y controla a tiempo es una enfermedad muy invalidante. El enfermo puede llegar a tener un alto grado de dependencia, como perder la movilidad, la fuerza o la vista.
-¿Cómo se diagnostica?
-A través de una resonancia magnética.
-¿Y a partir de ahí?
-Según los síntomas y el grado de malformación. Se puede tratar con cirugía, que suele ser definitiva. Si los síntomas no son muy acentuados, o el paciente no se quiere operar, hay que seguir su evolución a través de resonancias.
-¿Hay medicación?
-Sólo para aliviar los síntomas. Si no se opera, no se cura.
-¿A qué porcentaje de la población afecta?
-No se sabe con exactitud. En un principio, al 0,5%, pero como cada vez se realizan más resonancias... Cuantas más se hacen, más casos aparecen.
-¿Es una operación especialmente invasiva, delicada?
-Se interviene en una zona muy delicada, donde se controlan muchos procesos vitales, como el corazón o los pulmones. La operación no está exenta de riesgos. Luego, el postoperatorio no tiene porqué ser molesto.
-¿Y el porcentaje de éxito?
-En algunos casos la anomalía queda completamente curada y en otros, los síntomas se reducen notablemente. Digamos que se puede curar casi del todo. Si se coge de forma precoz, no quedan secuelas, y si no la mayoría de los pacientes mejoran sustancialmente. Lo que es verdaderamente importante es detener el avance de la enfermedad.
-Usted, personalmente, ¿apuesta por la cirugía?
-El riesgo-beneficio es bastante bueno, aunque como he dicho, puede tener sus complicaciones. No siempre es necesario operar, y tampoco hacerlo de forma inmediata, pero es imprescindible diagnosticar la enfermedad y mantener un control periódico.
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