Los abortos no aumentan pese a la nueva ley
El primer año de aplicación de la norma en Asturias desmonta los peores vaticinios de la derecha política y de la iglesia católica
La Voz de Asturias. 04/07/2011/ Pablo Zariquiegui Oviedo
Los peores vaticinios no se han cumplido. El número de abortos no sólo no ha aumentado, sino que incluso se ha reducido ligeramente. Es el balance del primer año de aplicación de la nueva ley del aborto en Asturias.
La estimación realizada por las tres clínicas privadas autorizadas para la práctica de abortos desmonta los peores augurios de la derecha política y de la iglesia católica. Ambos estamentos habían apuntado que la nueva ley del aborto, que consagra la interrupción voluntaria y gratuita hasta la semana 14 de gestación, iba a disparar el número de intervenciones.
La realidad, sin embargo, dista mucho del vaticinio apocalíptico de los segmentos más conservadores de la sociedad. Los datos facilitados por las tres clínicas privadas --Buenavista, Belladona y Sirona-- apuntan a que el número de abortos se ha estabilizado e, incluso, se ha reducido. La reforma de la ley del aborto entró en vigor a principios de julio de 2010. El año anterior, de enero a diciembre de 2009, según datos oficiales del Ministerio de Sanidad, se registraron en Asturias un total de 1.650 abortos voluntarios. Las clínicas privadas, que difieren del registro de datos ministerial, sostienen, sin embargo, que entre julio de 2010 y julio de 2011, el número de interrupciones del embarazo no ha aumentado.
La percepción de las tres clínicas es diferente. Buenavista y Sirona apuntan una reducción en las intervenciones del 3,5% y 22%, respectivamente. Belladona, por su parte, que ha cerrado su clínica en Avilés, menciona un incremento del 19%. Buenavista es, de todas ellas, la que más abortos practica en Asturias.
La Consejería de Salud, que a fecha de hoy tiene ya los datos remitidos por los tres centros autorizados, ha preferido no realizar comentarios sobre el primer año de aplicación de la ley del aborto. Amelia González, directora general de Salud Pública, estimaba en una entrevista concedida a este periódico que el Principado pagaría al año unos 600.000 euros a las clínicas autorizadas por realizar interrupciones voluntarias del embarazo. González rechazaba también que la nueva ley del aborto tuviera que acarrear necesariamente un aumento de las intervenciones.
Eugenio Civieta, director médico de la clínica Buenavista, aporta tres razones que, en su opinión, pueden explicar la reducción, muy ligera, del número de abortos. Civieta señala, como preámbulo, que la caída en las prácticas abortivas tiene que ver más con un contexto de crisis que con la entrada en vigor de la nueva ley. El director médico de Buenavista indica que en Asturias, como en el resto de España, se ha registrado una reducción de las prácticas de aborto del 3,5%. Primero y fundamental, porque las inmigrantes, que suponían hasta un 30% de las mujeres que abortaban en Asturias, son hoy menos como consecuencia de la crisis. Civieta subraya que muchas de ellas han optado por volver a sus países de origen ante la falta de expectativas laborales de Asturias. Segundo, porque las inmigrantes que siguen en Asturias han adoptado las prácticas de protección y de prevención de las españolas. Y tercero, porque el uso de la píldora postcoital ha evitado tener que recurrir al aborto.
Blanca Cañedo, gerente de Belladona, apunta, sin embargo, que queda mucho por hacer. Cañedo subraya que el número de abortos en su centro se ha incrementado un 19%. Indica que muchas de las jóvenes que llegan hasta su clínica reconocen no utilizar ningún método anticonceptivo. Subraya que es especialmente preocupante la situación de las rumanas que recurren al aborto como un método de contracepción. Y recomienda, por último, incrementar las campañas de prevención. “No es aceptable --afirma-- que la mayoría de las mujeres reconozcan no protegerse”.
La gerente de Belladona ha observado también una tendencia creciente. Y es que las dificultades existentes en otras comunidades autónomas llevan a mujeres asturianas residentes en Madrid o Barcelona, por ejemplo, a volver a Asturias para someterse a la intervención.
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