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Madrid, 23 de Julio: Hay que seguir construyendo alternativa política, cívica, popular, anti neoliberal y por otra sociedad y otras formas de resolver sus crisis…

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Las incertidumbres del verano

Por Carlos Martínez García – ATTAC Andalucía.

Que se produzcan ataques especulativos al euro es lo lógico. El euro se ha convertido en un negocio para los especuladores y para los fondos de inversión. Es además una presa fácil, primero porque es una moneda sin nación, sin política fiscal común y sin fuerza militar tras ella. Europa no es sino un gran supermercado en el que, dado que ni existe regulación económica alguna, ni responde a unos intereses comunes, cualquiera llega y compra -o no-, pero es que además puede ir al encargado y amenazarle de que o baja los precios o se pone en la puerta y comienza a gritar que la fruta está podrida, la carne es de vaca loca y los yogures están caducados. Y esto hace daño si la gente pica -y suele picar, pues no entra-, pero es que además el extorsionador puede hacerlo, nadie se lo va a impedir y encima uno o dos de los dueños están conchabados con él.

Eso es Europa. Construida solo como un mercado y sin más objetivo que el de competir con otros mercados a base de eliminar los derechos sociales de sus habitantes duramente conseguidos -que no otorgados, tras largos años de duras luchas sociales, sindicales, políticas y guerras frente al fascismo-. Europa desea despojarse de los beneficios de las personas que la habitan, para así ceder ante el extorsionador de la puerta del supermercado, es decir las agencias de calificación y, en consecuencia, los llamados mercados a cuyos intereses estos sirven.

No hay voluntad ni coraje político en la Unión Europea para hacer frente a los especuladores financieros. Últimamente por la UE solo hay valentía para recortar prestaciones y empobrecer paulatinamente a la ciudadanía, montando una grosera transferencia de rentas de las clases trabajadoras y populares a los ricos, a los bancos, a las mafias financieras. Vivimos en una especie de “Chicago años veinte” en el que los gánsteres, con el apoyo de jueces y policías, vulneran las leyes y constituciones nacionales a favor de sus capos y protegidos por unas burocracias a su servicio.

La ciudadanía europea esta inerme frente a tanto latrocinio legal. En el reino de España, la situación es grave, muy grave y es víctima de constantes abusos y ataques. Pero seamos conscientes de que esos ataques están consentidos, permitidos, y el Gobierno lo que trata de hacer es tranquilizar a los gánsteres, en lugar de defender a la población de sus tropelías. Y encima, la oposición de derecha extrema el PP es Gobierno ya en casi todas las autonomías y grandes ayuntamientos, es decir posee un poder político inmenso y además, como es la más chula y grande de la clase, asusta, pues nadie se le enfrenta con coraje y decisión. Claro que si no se persigue a los gánsteres ¿cómo se le va a plantar cara al chulo de la clase?.

El neoliberalismo está fracasando, el capitalismo solo genera pobreza para la mayoría y además le estorba la Democracia. Estamos caminando, si no ponemos pronto pie en pared, hacía un capitalismo sin democracia, pues si algo no tiene la derecha española es tradición democrática. Por eso ahora las alternativas son muy simples y sencillas, todo comienza por defender la soberanía popular y situar la política por encima de los mercados.

La respuesta a la crisis financiera y del sistema, que tanto nos está haciendo sufrir a las clases populares, solo puede ser política, profundamente política. Articular un movimiento social y cívico participativo y muy amplio -tal y como se está produciendo- es político. Negarlo es suicida. Ignorar que este estado sigue dominado por la misma oligarquía que en los años cincuenta del siglo pasado es no saber a que nos enfrentamos, y esa oligarquía a pesar de la crisis, gana, porque la banca siempre gana y los bancos son los mismos en esencia, solo que aún más concentrados.

El pueblo soberano necesita decir que no tolera más esta situación. El 15M lo dijo, el 19J también, y ahora le toca el turno al 23 de Julio. Hay que salir nuevamente a la calle, pues hay que decirlo alto y claro, que no nos están haciendo ni puñetero caso.

Están los poderosos y los gobernantes, sean del partido con poder que sean, tan acostumbrados a pasar de nosotras que siguen sin hacernos caso; sin embargo, tiemblan ante los especuladores.

Hay que hacerse respetar y el 23 de Julio, haciendo el esfuerzo de ir a Madrid, les diremos que estamos aquí y de paso seguiremos construyendo alternativa política, cívica, popular, anti neoliberal y por otra sociedad y otras formas de resolver sus crisis.

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