Salud explica las destituciones del HUCA por el mal resultado de sus áreas de gestión
Francisco Javier Vadillo, del Hospital San Agustín, asumirá la dirección médica del Central, y Julio Bobes la jefatura del servicio de psiquiatría
Salud explica las destituciones del HUCA por el mal resultado de sus áreas de gestión
Foto. A la derecha, Francisco Javier Vadillo, neurólogo y actual director médico del Hospital San Agustín de Avilés, futuro director médico del HUCA. A la derecha, Julio Bobes, catedrático y próximo jefe de psiquiatría del Central. | lne
La Nueva España. Oviedo, Pablo ÁLVAREZ
Los resultados obtenidos por las ocho unidades y áreas de gestión clínica que funcionan en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no son del agrado de los nuevos responsables de la Consejería de Sanidad y del Servicio de Salud del Principado (Sespa).
Tan es así que fuentes próximas a ambos organismos señalan que estos resultados están en el origen de las destituciones, ejecutadas la semana pasada, de dos subdirectores médicos y del responsable del área de gestión de salud mental del complejo sanitario de Oviedo. Las citadas destituciones precipitaron, a su vez, la del gerente del HUCA, Mario González, quien en los próximos días abandonará el cargo que ha ocupado en los últimos cuatro años.
Durante varios días, en medios sanitarios se había manejado como único posible motivo de los ceses un desencuentro de carácter personal o familiar entre el gerente del Sespa, Juan Azcona, y los destituidos. Las fuentes consultadas por LA NUEVA ESPAÑA dan por hecho que los directores de las restantes áreas de gestión del HUCA tendrán «una nueva oportunidad» para mejorar sus cifras, particularmente en los epígrafes económicos.
La semana pasada, el Hospital Central sufrió una violenta sacudida con la abrupta destitución de José Antonio García Fernández y Fernando Fernández Cadenas, subdirectores médicos, y de Hilario Prada, director del área de gestión de salud mental. Se trataba de un estreno sorprendentemente fuerte de los nuevos responsables de la Consejería de Sanidad.
Con el fin de conseguir mejores resultados en la gestión clínica, es prácticamente seguro que el Sespa optará por situar al neurólogo Francisco Javier Vadillo, director médico del Hospital San Agustín de Avilés, como director médico del Hospital Central, cargo en el que relevará a César Morís. Las citadas fuentes destacan que Vadillo llega con el aval de los buenos resultados de las áreas de gestión clínica del San Agustín.
No ha trascendido la identidad del futuro gerente. Todo apunta a que se están buscando profesionales fuera de la región. Uno de los nombres que se han barajado en los últimos días es el de Jesús Rodríguez, quien, entre otras responsabilidades, ha sido gerente del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid.
Otra cara nueva en el HUCA será Julio Bobes, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, quien asumirá la jefatura del servicio de su especialidad. Una llegada que no parece presuponer de forma automática que vaya a hacerse cargo de la dirección del área de gestión de la que ha sido desalojado Hilario Prada. Bobes ha sido en los últimos años coordinador del centro de salud mental de Teatinos, en Oviedo.
Los dirigentes sanitarios de Foro Asturias han subrayado desde el primer momento su apoyo a la gestión clínica. Se trata de un modelo organizativo basado en la descentralización de la toma de decisiones, con un notable aumento de la autonomía de los profesionales a la hora de planificar y desarrollar su trabajo. Las áreas de gestión suelen ser el resultado de la agrupación de dos o más servicios, y los directores de la misma se sitúan jerárquicamente por encima de los jefes de los servicios agrupados. La consecución de los objetivos pactados con las respectivas gerencias da derecho a que el personal implicado perciba un plus salarial por productividad.
Según fuentes próximas a la Administración sanitaria, el objetivo de las nuevas autoridades es crear más áreas de gestión. Eso sí, dejando claro que el modelo de libre designación para cubrir el puesto de director tendrá como contrapartida una rigurosa exigencia de resultados. De ahí que la destitución de Hilario Prada pueda ser interpretada, de algún modo, como un aviso para navegantes.
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