La prestación de ayuda a domicilio queda garantizada en Avilés, mientras que en Gozón las trabajadoras de Alfa se quejan de retrasos en los pagos
Una nueva empresa se hace cargo de las tareas asistenciales de la quebrada Aser
E. CAMPO/ Alba D. COSGAYA
El Ayuntamiento de Avilés autorizará que otra empresa asuma el contrato de ayuda a domicilio que tenía Atención Social y Empresas Residenciales de Asturias, controlada en un 49 por ciento por Aser, que anunció su cierre. El compromiso de la nueva entidad es asumir a las 120 trabajadoras, según explicó ayer la concejala de Bienestar Social, Yolanda Alonso. «Aser llegó a una situación de quiebra y de falta de liquidez, pese a que en Avilés les pagamos en tiempo y forma, y comenzó a retrasar los pagos de las nóminas. Al ver que la empresa tenía problemas importantes le instamos a que buscara la mejor solución al conflicto», indicó la edil socialista. Según ha podido saber este periódico, la principal candidata a hacerse con el servicio es Azvase, si bien la firma todavía no se ha producido.
Alonso recalcó que el Ayuntamiento no intervino en el proceso de cambio de empresa, sino que fue la propia entidad afectada la que propuso la cesión de contrato, algo que el gobierno avilesino aceptó al considerar que era la mejor solución. «La ley de contratos prevé la cesión del contrato de una empresa en favor de otra, nosotros lo autorizamos al ver que cumple con todos los requisitos», explicó la concejala. Yolanda Alonso expresó también su agradecimiento a las trabajadoras, que mostraron «gran dedicación y responsabilidad» ya que en ningún momento desatendieron sus tareas pese a que los pagos se retrasaban. «El Ayuntamiento les está muy agradecido», recalcó Alonso.
Por otra parte, Izquierda Unida de Gozón ha acusado al gobierno local de trato preferente hacia la empresa Alfa. La concesión del servicio a domicilio, que realiza dicha empresa, saldrá a concurso este otoño. Los retrasos en el pago de los salarios y la falta de coordinación interna son algunas de las quejas de los trabajadores, que se manifestaron hace meses enfrente del Ayuntamiento y realizaron parones en el trabajo. El grupo municipal de Izquierda Unida acusa al Alcalde, Salvador Fernández (PP), de trato de favor hacia la empresa, a la que se paga mensualmente en vez de cada noventa días.
Por su parte, las trabajadoras de Alfa se quejan de que el Alcalde y la concejala de Servicios Sociales, Paula de Miguel, se pasan la pelota sin solucionar el conflicto laboral que les afecta y aseguran que su mayor preocupación es «pasar otros cuatro años en una empresa que no paga».
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