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Sanidad: patatas calientes y recalentadas

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La primera intervención en la Junta del consejero Navia-Osorio combinó diagnósticos preocupantes y certeros con críticas endeblemente fundadas

Foto: Carlos Galcerán. lne

Lne.es » Sociedad PABLO ÁLVAREZ

 Déficit presupuestario, aplazamiento de pagos a proveedores, un hospital nuevo que amenaza con hipotecar el conjunto del sistema sanitario público, casi 700 pacientes con demoras de más de seis meses para operarse... No defraudaron los contenidos de la primera comparecencia del consejero de Sanidad del Principado, José María Navia-Osorio, en la Junta General del Principado, celebrada el pasado miércoles.

 

Brillante e ingenioso a ratos, el titular de Sanidad dibujó con datos lo que muchos sabían y otros barruntaban: que la sanidad es una de las «patatas calientes» que ha heredado el Ejecutivo que preside Francisco Álvarez-Cascos. Sin embargo, Navia-Osorio añadió algunas cifras y consideraciones, caso de las referidas al coste del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), endeblemente fundadas y que parecían encaminadas a aumentar aún más la temperatura de cocción del menú. Las líneas que siguen analizan con cierto detalle algunas de las patatas -tanto las calientes como las «recalentadas»- que el titular de Sanidad sirvió en el Parlamento regional.

 

El HUCA como patata caliente. Que el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) es una patata caliente para el nuevo Ejecutivo era algo que pocos dudaban. En primer lugar, porque la coyuntura global del momento actual no tiene nada que ver con aquella en la que se acometió el proyecto, allá por el año 2002. Por poner un ejemplo, hace nueve años eran legión los que se frotaban las manos sólo de imaginarse las maravillas que podrían hacerse con los terrenos que el actual Hospital Central dejase libres en el barrio del Cristo. Hoy nadie sabe muy bien qué hacer con ellos.

 

Por otra parte, el proceso de gestación del HUCA no ha estado exento de sobrecostes, cambios de proyecto, modificaciones en los materiales, prolongaciones de plazos? El Gobierno de Álvarez-Cascos cuenta con la indudable legitimidad de que su líder siempre se mostró contrario al proyecto de un nuevo hospital y partidario de reformar el antiguo, para lo cual el Gobierno central del PP ofreció en su día 21.000 millones de pesetas. En la Junta, el consejero de Sanidad, José María Navia-Osorio, tildó al nuevo HUCA de «losa» para el conjunto de la sanidad pública asturiana, un centro sanitario que considera sólo apto «para ricos», en alusión a los altos costes que supondrá ponerlo en servicio y mantenerlo en funcionamiento.

 

El HUCA como patata recalentada. Pero esta incuestionable patata caliente fue severamente recalentada al decir el Consejero que el Principado deberá pagar a la empresa pública Gispasa por el HUCA un total de 1.588 millones de euros a lo largo de los próximos 25 años. «Cinco veces más de lo que se dice», apostilló. La cifra causó alarma e indujo a pensar que las cifras que se venían barajando hasta el momento se habían quintuplicado de la noche a la mañana.

 

Con el revuelo ya instalado en la opinión pública y en el sector sanitario, el anterior Gobierno salió a la palestra para desmentir tal conclusión y aclarar que «en torno al 80 por ciento» de esa cifra no es para sufragar la construcción del HUCA, sino para gastos corrientes que en diversos conceptos acarreará el futuro HUCA del mismo modo -o similar- que los acarrea la sede actual. Entre tanto, la Consejería también matizó sustancialmente las declaraciones del Consejero (ver LA NUEVA ESPAÑA de ayer) admitiendo que la citada cuantía incluía gastos ajenos a las obras (esterilización, mantenimiento de la obra civil y de los equipos...). El departamento de Navia-Osorio no ha concretado qué porción de los 1.588 millones son imputables a la construcción del nuevo HUCA y qué parte corresponde a gastos independientes de que el hospital sea nuevo o viejo, o esté ubicado en un lugar o en otro.

 

Un déficit acuciante... El Consejero vaticinó que su departamento concluirá el año 2011 con un déficit de 317 millones de euros. Y añadió que para 2012 necesitará un presupuesto cercano a los 2.000 millones simplemente «para poner a cero la sanidad», pues al ejercicio de 2012 se destinarían unos 1.590. De la cifra global de gasto, 73,4 millones corresponden a la factura que Gispasa pasará en concepto de HUCA. A nadie se le oculta que obtener esos 2.000 millones requerirá buscar recursos debajo de las piedras.

 

... Severos problemas de pagos... Navia-Osorio admitió que los pagos a los proveedores, especialmente a los grandes, sufrirán aplazamientos notables. Sin embargo, el Gobierno regional se ha propuesto que las farmacias sigan cobrando con puntualidad, al contrario de lo que está sucediendo en otras comunidades autónomas.

 

... Y, pese a todo, Medicina a La Cadellada. En este contexto de restricciones, sorprende la decidida apuesta de Francisco Álvarez-Cascos por trasladar la Facultad de Medicina a La Cadellada, junto al nuevo HUCA. Crear un nuevo campus de ciencias de la salud fue una promesa del ex presidente Vicente Álvarez Areces que el Gobierno socialista olvidó muy pronto a causa de su elevado coste. Habrá que ver de dónde saca el dinero el actual Ejecutivo.

 

Listas de espera: manipulación o trampas al solitario. En su comparecencia, el Consejero se mostró preocupado por la situación de las listas de espera quirúrgicas. El pasado 31 de agosto aguardaban una operación 17.525 pacientes, de ellos 661 con una demora superior a los seis meses, y con una espera media de 79 días. Navia-Osorio vertió críticas sobre la gestión del Gobierno de Areces en este epígrafe, e incluso aludió a pacientes hallados «en los cajones».

 

Con independencia de los datos, tan criticables como se quiera, el titular de Sanidad tiene en su equipo, como directores generales, a dos profesionales que en la pasada legislatura tenían un control muy directo -bien es cierto que no la última palabra- sobre las listas de espera en el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Lo cual invita a pensar que o bien Navia-Osorio está en condiciones de denunciar abiertamente una posible manipulación de los datos por parte del equipo anterior o bien que teme que alguien se haga trampas al solitario. O sea, si la patata ya estaba caliente o fue recalentada. El Consejero argumentó, con tono irónico, que de junio a agosto la lista de espera aumentó en 1.057 enfermos. Sin embargo, es bien sabido que las demoras siempre crecen en verano. Más que nada, porque los médicos están de vacaciones y no operan. En los dos meses citados, en 2010 la lista aumentó en 1.432 pacientes; en 2009, en 1.925; en 2008, en 1.510, y en 2007, en 2.021. O sea, que el incremento de este año ha sido el menor en cinco años.

 

Dedicación exclusiva: ¿un disparo en el propio pie? Navia-Osorio afirmó en la Junta que «como consejero» no tiene «ninguna» opinión sobre la dedicación exclusiva de los médicos del sistema sanitario público. Hasta hace bien poco la tenía, y era claramente favorable a permitir que los facultativos que lo desearan pudieran compaginar actividad pública y privada, pero todo cambió hace hoy dos semanas, cuando LA NUEVA ESPAÑA publicó que el departamento que dirige Navia-Osorio manejaba el proyecto de suprimir la incompatibilidad entre ambas actividades, vigente en el Principado (y sólo en el Principado) desde 2003. Foro Asturias desmintió la noticia y la Consejería de Sanidad siguió los mismos pasos.

 

La cuestión ahora es ver qué hacen la Consejería y el Sespa para llevar adelante la cobertura de determinadas jefaturas que, según la normativa actual, exigen dedicación exclusiva. Plazas para las que los responsables sanitarios podrían estar pensando en profesionales que, por ser anteriores a 2003, compatibilizan el ejercicio público con el privado. No sería de extrañar que el drástico cambio de postura se convirtiera en un desagradable disparo en el propio pie.

«La actitud del Consejero siembra dudas sobre todas las cifras que da el Gobierno», dice el PP

Oviedo, P. Á. 

El Partido Popular y el PSOE criticaron ayer las declaraciones del consejero de Sanidad, José María Navia-Osorio, en la Junta General del Principado, en las que cifró en 1.588 millones de euros el coste final del nuevo HUCA, y el hecho de que más tarde su departamento admitiese que esa cuantía incluye gastos ajenos a las obras. 

Carlos Galcerán, diputado autonómico del PP, afirmó que «da una imagen penosa que la denuncia que marcó la comparecencia del Consejero esté basada en datos manipulados. Hay una mezcla y una confusión de coste y sobrecoste, incluyendo gastos ajenos a las obras y creando una alarma injustificada o quizá buscada para esconder lo evidente: que no se está gobernando». Galcerán subrayó que «es incuestionable el despilfarro de Gispasa, pero esta actitud del Consejero siembra dudas sobre el resto de las cifras que está aportando el Gobierno». 

Entre tanto, Pilar Alonso, diputada del PSOE, argumentó que «el Consejero tiene que rectificar en un asunto de extremada importancia para el futuro de la sanidad». Según Alonso, «a pesar de que se le advirtió reiteradamente de que los datos no eran correctos mantuvo su posición». A juicio de la diputada socialista, el hecho de que el Consejero afirmara que no tenía opinión sobre la dedicación exclusiva de los médicos «puso de manifiesto que era cierto el contenido de la información que desmintió».

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