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Asturias, a la cabeza del ictus

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25.09.11 -GIJÓN.El Comercio.

Se aconseja controlar la tensión y el colesterol y estar atento a cambios bruscos como la pérdida de fuerza en los brazos o alteraciones del habla

Foto: Antonio Masip, en su domicilio de Oviedo, donde hizo su rehabilitación emocional tras el ictus. :: MARIO ROJAS

Con 3.200 ingresos hospitalarios al año, es la comunidad con mayor incidencia

El envejecimiento ha convertido a Asturias en la comunidad con mayor incidencia de ictus, una enfermedad cerebrovascular de carácter grave, que suele sobrevenir de forma repentina y en la que resulta crucial la atención precoz. Con 3.200 ingresos hospitalarios al año, los conocidos médicamente hasta hace pocos años como 'ACV', constituyen la primera causa de muerte entre las asturianas y la segunda en varones. Son, además, el primer motivo de invalidez permanente en adultos y responsables de una quinta parte del gasto farmacéutico regional, que en 2010 cerró en 343 millones de euros.

En dos décadas, Asturias ha visto cómo el ictus duplicaba su presencia pasando de los 132 casos por cien mil de los años 1990 a los 311 por cien mil de la actualidad. Se trata de un índice que se sitúa muy por encima de la media española, que está en los 211 enfermos por cada cien mil habitantes. Aunque la mayoría de los afectados son personas mayores de 65 años, hasta un 15% se produce en gente con menos de 45 años. La tensión elevada, el colesterol alto, la obesidad, el alcohol y el tabaco son factores de riesgo que favorecen la aparición de esta enfermedad que seguirá creciendo en Asturias de la mano del aumento de la vejez.

Educar a la población a reconocer sus síntomas y también a adoptar hábitos saludables son algunas de las medidas de prevención aconsejadas por los expertos para paliar el avance de este mal. Ya en la pasada legislatura, el ictus había sido incluido entre el grupo de trastornos de especial seguimiento por parte de la Consejería de Salud. Los accidentes cerebrovasculares pasaron a formar parte de planes de actuación específicos junto a los infartos, demencias, procesos de ansiedad y consumo de alcohol. La iniciativa ha sido retomada por la nueva Consejería de Sanidad, que acaba de editar una guía clínica actualizada.

Reducir las secuelas

En este documento se explica que el ictus es un trastorno brusco en la circulación cerebral que termina por alterar la función de una región del cerebro. De ahí su nombre, ictus, que significa 'golpe'. Si el accidente cerebrovascular tiene su origen en la interrupción del flujo sanguíneo estaríamos ante una isquemia o un infarto cerebral. Si en cambio el origen está en la rotura de una vena o de una arteria se trataría de una hemorragia cerebral o un derrame. La mayor parte de los casos, el 75% según la Sociedad Española de Neurología, son infartos cerebrales. Los médicos aconsejan llevar una dieta equilibrada. También controlar de forma periódica la tensión y el colesterol. Así y todo, es recomendable reconocer los síntomas del ictus. El abordaje precoz es vital puesto que reduce la mortalidad y también las secuelas presentes en casi el 60% de los casos. Seis son las principales señales de alarma a tener en cuenta. La pérdida de fuerza en la cara, brazos y piernas, sobre todo en un lado del cuerpo, es una de ellas. También la aparición de hormigueo y falta de sensibilidad al tacto o la pérdida súbita de visión. La alteración repentina del habla o la dificultad para expresarse es otro de los síntomas, al igual que un dolor de cabeza muy intenso, acompañado de sensación de vértigo.

Asturias dispone de dos unidades hospitalarias de atención temprana situadas en Cabueñes, que la abrió en 2007, y en el HUCA, inaugurada en 2010. Hay una tercera de rehabilitación y descarga en el Monte Naranco. Los hospitales de Gijón y Oviedo registrar conjuntamente unos 1.500 ingresos anuales. La tendencia es que la presión asistencial vaya a más en los próximos años.

La Sociedad de Neurología aconseja la existencia de una cama hospitalaria para la atención del ictus por cada cien mil personas. La apertura en Oviedo de una unidad hace ahora un año ha hecho que Asturias dejara de estar entre las comunidades deficitarias.

«Tuve que aprender a andar y ordenar todos mis recuerdos desde cero», rememora Antonio Masip

El Comercio.25.09.11 - 0L. FONSECA | GIJÓN.

 Llegó a tener reconocida una minusvalía del 86%. Un ictus, el segundo, dejó al exalcalde de Oviedo, Antonio Masip, casi postrado a la edad de 59 años. «Tuve que aprender a andar otra vez y ordenar mis recuerdos desde cero», rememora este europarlamentario al que los médicos daban prácticamente por irrecuperable cuando en octubre de 2006 sufrió su segundo accidente cerebrovascular.

Pero Masip no se dio por vencido y al ritmo del 'María', de Ricky Martin, «me empeñé en dar un pasito pa'lante», detalla. No fue fácil. «Un infierno», confiesa, pero «un infierno que valió la pena». En la noche del 10 de octubre de 2006, Masip llegó al Hospital Central paralizado de medio cuerpo. «Sólo movía el dedo índice de la mano izquierda». El camino a partir de entonces fue largo y cuesta arriba. Muchos afectados de ictus no consiguen recuperarse de las secuelas. Pero el primer día que Masip logró ponerse de pie «lloré sin parar». El político socialista, de 65 años, no escatima detalles y sentimientos de lo vivido. Como cuando confiesa la cantidad de veces que cayó, una de ellas en el Parlamento Europeo mientras estaba en posesión de la palabra. «Seguí hablando desde el suelo», afirma entre risas.

La enfermedad lo ha vuelto mucho más cercano y permeable. Tanto, que el 29 de octubre, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de Ictus, presentará en Oviedo su nuevo libro 'Con vistas al Naranco', donde relata cómo se enfrentó y logró salir del ictus. Porque en la actualidad, Masip realiza una vida «casi normal». Mantiene su actividad parlamentaria en Bruselas y Estrasburgo. «En los sitios habituales me manejo bien, pero en los nuevos me da como vértigo», relata. Eloína, su esposa, médica de profesión, es su principal puntal. Las nuevas tecnologías ayudan a Masip a mantenerse conectado y a «hacer muchas cosas desde casa». Sigue utilizando muletas, pero ha recuperado mucha de la movilidad perdida. A quienes estén como él estuvo hace unos años sólo les aconseja una cosa: «que no se rindan». También «tener en cuenta los avisos. Yo no hice caso al primer ictus y así me fue».

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