«La donación, más que sanidad, es solidaridad»
El Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias recuerda en Llaranes que este gesto puede llegar a salvar hasta tres vidas
28.09.11 - 02:39 -
El Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias quiso recordar esta idea en la charla que tuvo lugar en el centro social del barrio de Llaranes. Con el título «La donación de sangre: un acto necesario», se llamó la atención sobre el déficit de donaciones que sufre no sólo el Principado de Asturias, sino todo el país.
Durante la conferencia, Pablo Mata, coordinador de este centro, recordó que llevan 25 años no sólo captando donantes y almacenando sangre, sino también congelando tejidos o promoviendo donaciones de médula ósea. «Tras una donación, la sangre se fracciona separando los componentes, hasta conseguir una bolsa de hematíes o glóbulos rojos, otra de plasma y otra de plaquetas. Una donación puede salvar hasta tres vidas» apuntaba, recordando que la sangre es necesaria tanto para hacer transfusiones a un paciente con una enfermedad propia de este fluido como para realizar cirugías o transplantes.
Problema
Uno de los puntos en el que más se quiso incidir es en diferenciar la sangre de una medicina, «ya que es imposible de fabricar en un laboratorio». Por ello, el déficit de bolsas de sangre podría llegar a producir un parón en la sanidad. «El mejor hospital del mundo, sin sangre no puede hacer nada», declaró Mata.
Tras la charla, se mantuvo un coloquio con los asistentes en el que se trató uno de los errores más frecuentes de la sociedad en cuanto a la frecuencia con la que ir a donar; ya que «muchas personas solo se acercan a las extracciones de sangre cuando ocurre una gran catástrofe, como un atentado terrorista o un accidente. Pero las transfusiones se hacen todos los días».
Actualmente, el envejecimiento que sufre la población asturiana crea dos grandes problemas que afectan a las donaciones. Por un lado, aumentan las necesidades de transfusiones, siendo el 52% de los pacientes personas mayores de 70 años. Por otro, no hay un rejuvenecimiento en los donantes, a pesar que a partir de los 18 años ya se puede donar sangre. «Se escudan en el miedo al pinchazo, pero luego van cubiertos de tatuajes», se quejaba una de las asistentes a la conferencia.
La charla de ayer se completa con una extracción de sangre que tendrá lugar en el barrio de la Luz, frente a la biblioteca pública. De 16 a 20.30, cualquier persona mayor de edad que no haya donado en estos últimos tres meses, ni haya sufrido ninguna enfermedad grave, podrá acercarse para donar la bolsa de sangre.
Ya en el siglo XVII los médicos empezaron a investigar en cómo la sangre podría ser la solución a algunas enfermedades de los humanos; pero no fue hasta la II Guerra Mundial cuando las transfusiones se convirtieron en un método que diariamente salva a miles de personas en el mundo. «El dolor del temido pinchazo se compensa con el beneficio del acto», afirma Pablo Mata.
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