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Los colores que salvan vidas

 Los colores que salvan vidas

 

 

09.10.11 - 02:38 -

JESÚS GONZÁLEZ jaizpurua@lavozdeaviles.es | AVILÉS.

Urgencias clasifica a sus pacientes según su gravedad con un sistema de origen militar

El 'triaje' se consolida en el San Agustín por la mejor organización del servicio y porque permite agilizar la atención a los casos más graves

 

Cuando alguien acude al servicio de Urgencias del Hospital San Agustín se encuentra con que al poco tiempo de llegar, identificarse y contar qué le pasa, es clasificado con un determinado color. «Siga la línea verde», es posible que le lleguen a decir.

Esa entrada en el centro supone que el paciente ha sido 'triado', ha sido sometido al proceso de clasificación en una escala de colores según la gravedad de su estado. Del primer despacho en el que es recibido, el paciente saldrá con el nombre del médico que le atenderá y con el color que marcará su estancia en Urgencias. Dependiendo de que uno sea verde, azul, naranja o amarillo, será recibido por un médico en menos de diez minutos o en más de tres horas.

Se trata del sistema de 'triaje', una fórmula de origen militar que clasifica a los pacientes por la gravedad de su estado para priorizar la atención de los que están en peor situación y mejorar así la organización del servicio de Urgencias. En el caso de Avilés, el sistema se puso en marcha en junio de 2009 y, según cuenta el jefe del servicio, Gabriel Redondo, se ha consolidado como un modo más eficiente de atender a los pacientes que acuden al hospital. Aunque tampoco haga milagros, sí que ha contribuido a mejorar los tiempos de espera y la organización del servicio. «Antes se clasificaba al paciente un poco 'a ojo', se concentraba a todo el mundo en la sala de espera, y eso tiene su peligro. Ahora sabemos qué hay en cada momento en el servicio y qué prioridades se tienen», explicó Redondo.

La escala de colores está integrada -de menor a mayor gravedad-, por el azul, el verde, el amarillo, el naranja y el rojo. A diferencia del 'triaje' militar, en Urgencias no se clasifica a los pacientes con el color negro, porque lo que necesitarían en ese caso ya no sería atención médica, sino expertos en pompas fúnebres.

Si el paciente tiene prisa por volver a casa, lo peor que le va a pasar es que le asignen el color azul, reservado para aquellos pacientes que no tendrían que estar en Urgencias. Su estado es, literalmente, de 'no urgente', por lo que lo más probable es que tarden horas en atenderle. El pasado año, de los 68.262 casos que vieron en el servicio, un 0,3% eran de este tipo.

El siguiente nivel de gravedad, el de los casos 'poco urgentes', se identifica con el color verde. En este caso se hallaban un 22,4% de los pacientes atendidos en 2010. Por lo general, a estos casos se les invita a seguir una línea verde pintada en el suelo del pasillo que guiará al paciente hasta la sala de espera. En ese momento, el nombre del enfermo aparece en el ordenador del médico al que ha sido asignado, que sabrá que, cuando termine con el paciente al que esté atendiendo en ese momento ya tendrá a otro aguardando a ser atendido con unos síntomas y una gravedad determinadas.

El objetivo de los responsables del servicio de Urgencias, dirigido por el doctor Gabriel Redondo, es que los pacientes que hayan sido 'triados' con el color verde sean atendidos en un plazo de dos horas o menos. En el último año, el tiempo medio de atención para estos pacientes fue de 49 minutos.

El siguiente nivel de urgencia lo componen los pacientes que son clasificados con el color amarillo. En estos casos, si la persona se puede desenvolver por sí sola con soltura, también deberá seguir la línea pertinente hasta el punto que le indiquen. Es habitual, según cuenta la supervisora de enfermería Leo Ibáñez Pérez, que los pacientes sean conducidos en silla de ruedas hasta el correspondiente 'box', el habitáculo dotado de camillas y cierto material médico en el que deberá esperar a ser atendido en un tiempo inferior a una hora. La media el pasado año fue de 34 minutos.

Dolor fuerte

Los casos catalogados con el color amarillo fueron en 2010 los más numerosos de los que fueron sometidos al sistema de 'triaje'. Heridas de cierta consideración, fiebres importantes y episodios de dolor fuerte por las más diversas causas fueron síntomas frecuentes de quienes se clasificaron como 'urgentes' con este color, un 37% del total.

Para los niveles naranja o rojo, ya no se le pide al paciente que siga línea alguna. Los primeros, casos 'muy urgentes' según la clasificación, son directamente acostados en los 'boxes' del área naranja, seis en total con capacidad para albergar hasta dos pacientes por 'box', un total de doce. En algunos casos, se cuenta incluso con equipamiento médico más sofisticado y monitores para controlar las constantes vitales del paciente.

Cerca de 7.000 personas, en torno a un 11% del total de pacientes que pasaron el pasado año por el servicio de Urgencias del San Agustín, fueron clasificados con el color naranja, para el que se prevé un tiempo de espera de en torno a diez minutos.

En este caso, no obstante, «la atención suele ser inmediata», algo que distorsionaría el sistema de estadísticas que regula los tiempos de atención y que toma como punto en que concluye la espera el momento en el que el médico abre el fichero del historial del paciente. «Lo que ocurre es que, por lo general, estos casos ya son graves y el médico atiende al enfermo sin esperar a ir al ordenador a abrir el historial, por eso nos sale en la estadística que el tiempo medio de espera es de 16 minutos», explica el doctor Redondo.

Los casos de pacientes clasificados con el color rojo son extraordinarios. Apenas un 0,1% de las personas que llegaron a Urgencias el pasado año lo hicieron presentando un nivel de 'Urgencia vital', según el sistema de 'triaje'. Es decir, fueron atendidos a vida o muerte de forma inmediata.

En ese caso, el paciente llega por lo general en ambulancia, en el pasillo de los 'boxes' naranjas se hace sonar una alarma que moviliza de forma inmediata a dos médicos y al resto de personal disponible para una urgencia de ese tipo. Inmediatamente se sitúa al paciente en un 'box' especial, con todos los equipos técnicos necesarios para tratar de salvarle la vida y que pueda luego recuperarse debidamente en la planta correspondiente del hospital, como hace el 40% de quienes llegan al servicio de Urgencias.

El sistema, en el que se integran también un pediatra y un traumatólogo, ha llegado a clasificar a 275 pacientes en un solo día, si bien la media se encuentra en torno a los 200 pacientes diarios atendidos por 58 personas -17 médicos, 17 ATS, 13 auxiliares de enfermería y 11 celadores, distribuidos en tres turnos-.

El 'triaje' sólo se interrumpe de noche. A partir de las diez de la noche, decae la presión y se vuelve al sistema antiguo, sin clasificación previa ni asignación de médico. «La noche es diferente, es más trabada, más complicada. Ves otro tipo de cosas, peleas, drogas, alcohol...», esa es otra historia, apunta el doctor Redondo.

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